viernes, 30 de agosto de 2013

Tus Zonas Erróneas




QUÉ ES LA VERDADERA INTELIGENCIA: El verdadero barómetro de la inteligencia es una vida feliz y efectiva vivida cada día y en cada momento del día. Si escogemos lo que nos hace felices, o por lo menos evitamos lo que nos hará infelices, entonces se puede decir que somos inteligentes.

AUSENCIA DE CRISIS NERVIOSAS: Las personas “inteligentes” no tienen colapso nervioso porque están en control de sí mismas, saben cómo elegir la felicidad en vez de la depresión, porque saben enfrentrarse con los problemas que hay en sus vidas, que no necesariamente se pueden resolver. Esta gente tiene la capacidad de ser igualmente feliz y valiosa, se solucione o no el problema.

LOS PROBLEMAS NO SON INCOMPATIBLES CON LA FELICIDAD: Los seres humanos que reconocen los problemas como algo que es parte de la condición humana y no miden la felicidad por la ausencia de problemas, ésos son los seres humanos más inteligentes que conocemos; también los más raros y difíciles de encontrar.

Elige cómo te sentirás

Una emoción dada es una opción, y no una condición de vida.

Sólo tú puedes controlar lo que entra en tu cabeza como un pensamiento. Si tú no crees en esto, contesta simplemente esta pregunta: “Si no eres tú quien controla tus pensamientos, ¿quién los controla? ¿Es acaso tu cónyuge, o tu jefe o tu madre?” Tú sabes que no es así. Tú y sólo tú puedes controlar tu aparato pensante.   

No es correcto pensar que son las cosas o la gente lo que te hace infeliz. Eres tú el responsable de tu desgracia porque son tus pensamientos respecto a las cosas y la gente que hay en tu vida lo que te hace infeliz. Para llegar a ser una persona libre y sana tienes que aprender a pensar de forma diferente.

No puedes tener un sentimiento sin antes haber experimentado un pensamiento. Por tanto, si controlas el pensamiento autodestructivo, controlarás las emociones autodestructivas.

¿Por qué voy a escoger la depresión? ¿Acaso deprimirme me ayudará a enfrentarme a los hechos?

La importancia de vivir el momento presente


  • Absorbe todo lo que te brinda el momento presente y desconéctate del pasado que ya no existe y del futuro que llegará a su tiempo.
    Piensa que recordar, desear, esperar, lamentar y arrepentirse son las tácticas más usuales para evadir el presente.
  • Si mirar hacia atrás lo que ha sido tu vida, descubrirás que es muy raro que te lamentes o arrepientas por algo que has hecho. Es lo que no has hecho lo que te atormentará. O sea, que el mensaje está muy claro. ¡Hazlo! ¡Haz cosas! Valora el momento presente. Aférrate a cada momento de tu vida y saboréalo.
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El crecimiento para salir del dolor


  • La única verdadera prueba de la vida es el crecimiento: cuando decides quedarte inmovilizado o experimentar emociones dolorosas, entonces habrás hecho una opción de anticrecimiento.
  • Tener dominio de ti mismo significa que tú eres el que decides tu destino: la gente a las que les va bien en la vida es la gente que va en busca de las circunstancias que quieren y si no las encuentran, se las hacen, se las fabrican.
  • Cambiar tu manera de pensar, o de sentir, o de vivir, es posible, pero nunca fácil.
  • Si realmente quieres liberarte de la neurosis, realizarte y controlar tus propias decisiones, si realmente quieres alcanzar la felicidad del momento-presente, necesitarás aplicar el mismo tipo de disciplina rígida que necesitaste para aprender algo de forma autofrustrante, pues tendrás que desandar el camino mental que has seguido hasta la fecha. Necesitarás aplicar una disciplina rígida: tendrás que repetirte hasta el cansancio que tu mente te pertenece y que eres capaz de controlar tus propios sentimientos.
  • La capacidad en una tarea es realmente una cuestión de tiempo, más que una cualidad innata: con suficiente tiempo y esfuerzo podrías, si así lo decidieras, dominar casi cualquier disciplina académica: el que no te guste lo inteligente que has escogido ser es simplemente una forma de subestimar, de despreciarse a sí mismo, que sólo puede tener consecuencias perjudiciales para tu propia vida.
  • Puede haber aspectos que quieras mejorar (comportamiento social, talento musical, etc), pero si lo que haces es rebajarte a ti mismo, refuerzas los motes peyorativos que los demás te han colocadodisminuyes tus propias oportunidades de amar.

El amor a ti mismo


  • Definición del amor: la capacidad y la buena disposición para permitir que los seres queridos sean lo que ellos elijan para sí mismos, sin insistir en que hagan lo que a ti te gusta.
  • Ámate a ti mismo. Siente que eres importante, hermoso y que vales mucho. Entonces no tendrás necesidad de que los demás te apoyen. Si estás seguro de ti mismo, no querrás ni necesitarás que los demás sean como tú. Por otro lado, eso les privaría de su individualidad, y lo que te gusta en ellos son precisamente esos rasgos que los diferencian.
  • En vez de odiarte a ti mismo, trata de tener sentimientos positivos. Que la equivocación te sirva de lección, haz el propósito de no repetirlos pero no los asocies con tu autoestima o valoración.
El amor al cuerpo
  • Puede que tengas algunos rasgos físicos que te desagraden. Si son partes de tu cuerpo que pueden ser modificadas, haz que cambiarlas sea una de tus metas. Esas partes que desapruebas y que no pueden ser modificadas pueden ser vistos bajo una óptica diferente. Lo que tú has hecho es aceptar la definición de la sociedad contemporánea respecto a la belleza. Decide que te agrada tu yo físico y que es valioso y atractivo para tu modo de ver, para ti, rechazando las comparaciones y las opiniones de los demás.

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Deja de lamentarte, actúa.


  • La gente que funciona plenamente no protesta jamás: la felicidad implica no protestar por lo que no tiene remedio o por lo que no hay nada que hacer. Si ves que los otros te pueden ayudar de alguna manera, por más pequeña que sea, comunícales que no te no te sientes bien. Pero si los demás no pueden hacer nada por ti, entonces no protestes.
  • La protesta y la queja son el refugio de la gente que desconfía de sí misma. Contarle a los demás las cosas que no te gustan de ti mismo contribuyes a que tú sigas insatisfecho, pues lo único que ellos no pueden hacer es negarlas, y entonces, tú no les crees.
  • La lamentación de uno mismo es una actividad inútil que impide que vivas tu vida en forma positiva. Te impulsa a tenerte pena de ti mismo e inmoviliza tus esfuerzos para dar y recibir amor. Mas aún, disminuye tus posibilidades de mejorar tus relaciones afectivas y aumentar tus relaciones sociales. Si auténticamente te amas a ti mismo, entonces las quejas a los demás, que no pueden hacer nada por ti, se convierten en una actividad imposible de defender o justificar.. Y si encuentras en ti mismo (y en los demás) cosas que te disgusten, en vez de quejarte puedes empezar a hacer inmediatamente a hacer lo necesario para corregir esa situación.
  • Lamentarse ante los demás es un acto inútil, aceptar que los demás abusen de ti cargándote con sus fardos llenos de problemas tampoco ayuda a nadie.
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Ejercicios para amarse a uno mismo

El amor propio: amarse a uno mismo no es decirle a todo el mundo lo maravilloso que eres. No hay ninguna necesidad de convencer a los demás. Cuando te amas a ti mismo, no exiges el amor de los demás. Es suficiente con contar con la propia aceptación interna. No tiene que ver con los puntos de vista de los demás.

Algunos ejercicios fáciles para amarse a sí mismo:
La práctica del amor a uno mismo empieza por la mente. Debes aprender a controlar tus pensamientos. Eso requiere ser muy consciente del presente cuando te comportas de una forma autodestructiva.

He aquí una breve lista de esta clase de comportamientos que luego podrás ampliar cuando consigas un sentido de autoestima basado en tu propia valía.
  • No achacar los buenos resultados a la suerte, sino a uno mismo.
  • Si hay alguien por el que sientes verdadero amor, díselo de frente: “Te amo” y mientras observas su reacción puedes darte una palmadita en la espalda por haberte atrevido a correr ese riesgo.
  • Empieza a elegir las cosas que más te gusten en todas las situaciones. Abomina y destierra toda conducta anegada en la que te niegues a ti mismo a menos que sea absolutamente necesario. Y rara vez lo es.
  • Al cabo de un día agobiante, toma tiempo para una siesta o date un paseo por el parque, incluso si tienes mucho que hacer. Te ayudará a sentirte ciento por ciento mejor.
  • En vez de dudar inmediatamente de la sinceridad de cualquier gesto afectivo, acéptalo con “muchas gracias” o “cuánto me alegro que pienses así”.
  • Apúntate a una actividad que te guste.
  • Elimina la envidia reconociéndola como una manera de rebajarte a ti mismo. Al compararte con otra persona e imaginarte que eres menos querida que ella, haces que otros sean más importantes que tú. Con la práctica y la costumbre de amarte a ti mismo, cualquier circunstancia que antes te daba celos o envidia funcionará de manera inversa. Creerás tanto en ti mismo que no necesitarás ni el amor ni la aceptación de los demás para sentir que vales.
  • Si él o ella escogen a otra persona, la elección es un reflejo de su personalidad, no de la tuya.
  • Tu actividad basada en el amor a ti mismo puede incluir nuevas formas de tratar tu cuerpo: tratar de perder peso, hacer ejercicio, salir, disfrutar de la naturaleza, procurar que tu cuerpo sea atractivo.
  • Un día entero pasado encerrado o llevando a cabo actividades aburridas es un voto de hostilidad hacia tu propia persona. A menos que te guste estar encerrado, en cuyo caso, tu habrás elegido esa situación.
  • Sexualmente, puedes elegir que la búsqueda de tu placer sea más importante que el de tu compañero. Sólo al escoger gratificarte a ti mismo podrás dar placer a otra persona. Si no eres feliz, por lo general, tu compañero se sentirá desilusionado.
  • Puede que no te guste cómo hiciste algún trabajo: eso no quiere decir que tú no valgas. Tú debes saber que tienes un valor ajeno a tus logros. Es tan absurdo hacer que lo que tú vales dependa de algún logro externo como lo es hacer que dependa de la opinión de otra persona.
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Tú no necesitas la aprobación de los demás


  • Si el deseo de aprobación externa se ha convertido en una verdadera necesidad en tu vida, quiere decir que tienes mucho que hacer en pro de ti mismo. A todos nos gustan que nos aplaudan, que nos hagan cumplidos y que nos alaben. ¿Quien iba a querer renunciar a todo eso? No hay ninguna necesidad de hacerlo. La aprobación no es un mal en sí misma.
  • La búsqueda de aprobación se convierte en una zona errónea sólo cuando se convierte en una necesidad en vez de un deseo. Si sólo deseas la aprobación, no hay problema, pero si la necesitas, te puedes derrumbar en caso de no conseguirla. La gente que parece conseguir la mayor cantidad de aprobación en la vida es precisamente la que nunca la busca, que no la desea y a la que menos le preocupa conseguirla. Piensa en la persona, que en el círculo de tus relaciones, es la que recibe mayor aprobación. ¿Cómo es ese individuo? ¿Cómo se comporta? ¿Que hay en él que atrae a toda la gente? Lo más probable es que estés pensando en alguien que es directo y franco, independiente de la opinión de los demás.
  • Si sufres ese tipo de necesidad, te expones a sobrellevar muchas miserias y frustraciones en la vida: hay que deshacerse de la necesidad de aprobación. No hemos de sacrificar nuestra personalidad por las opiniones y predilecciones de los demás.
  • Si dejas que la opinión de los demás sea más importante que la tuya propia, y si no logras luego su aprobación, te sentirás deprimido, puesto que ellos son más importantes que tú.
  • Como el sentimiento de lo que vales como persona, se encuentra localizado en los demás, si ellos rehúsan alimentarte con su aprobación, te quedas sin nada. No vales nada. Y de ahí en adelante, mientras mayor sea tu necesidad de halago, más podrás ser manipulada por los demás.
Por tanto,
  • No te sientas deprimido cuando alguien no esté de acuerdo contigo.
  • No digas cosas que no sientes para que la gente te quiera.
  • No reniegues de tu opinión si alguien no está de acuerdo.
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Por qué buscamos la aprobación externa


  • Colocar la responsabilidad de tus sentimientos en los demás. Si te sientes así ( fatal, dolido, deprimido, etc) porque alguien no te aprueba, entonces ÉL, esa persona, no tú, es el responsable de lo que tú sientes.
  • Si ellos son responsables de cómo te sientes porque no te aprueban, cualquier CAMBIO en ti se vuelve imposible, puesto que es por culpa de los demás que te sientes así. Entonces él o ellos serán responsables también de que tú no cambies. Así la búsqueda-de-aprobación te ayuda a evitar cualquier cambio.
  • Mientras los demás sean los responsables y tú no puedas cambiar, tú no tendrás que correr ningún riesgo. En consecuencia, el aferrarte al comportamiento de búsqueda-de-aprobación te ayudará convenientemente a evitar cualquier actividad que implique correr un riesgo en tu vida.
  • Reforzar la imagen pobre de ti mismo y con ello fomentar tu autocompasión y desidia.
  • Reforzar la idea de que otros tienen que ocuparse de ti; de ese modo, puedes volver a la infancia y ser mimado, protegido y manipulado.
  • Culpar a los demás de lo que estás sintiendo.
  • Engañarte a ti mismo diciéndote que cuentas con la simpatía de aquellos que tú has hecho más importantes que tú mismo en tu vida; de ese modo te sientes cómodo exteriormente aunque por dentro alimentes las semillas del descontento.
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Estrategias para evitar la búsqueda de aprobación como necesidad


  • Etiqueta la desaprobación con nuevas respuestas que empieces con la palabra . Por ejemplo, te das cuenta de que tu padre no está de acuerdo contigo y se está enfadando. En vez de cambiar de posición o defenderte, simplemente contesta “tú te estás enfadando y piensas que yo no debería pensar como pienso”. Esto te mantendrá en contacto con el hecho de que la desaprobación le pertenece a él y no a ti.
  • Puedes negarte a discutir o tratar de convencer a los demás de lo acertado de tu posición, y simplemente creer en ella. No tienes por qué estar de acuerdo con los demás, pero no busques el conflicto.
  • Corrígete en voz alta cada vez que vayas en busca de aprobación.
  • Toma nota de cuántas frases afirmativas pronuncias y cuántas en forma de interrogación. ¿Acaso haces preguntas, pides permiso y aprobación, en vez de dar tu opinión de frente?
  • No se trata de eliminar toda aprobación externa, si no de evitar que cualquier pequeñez te inmovilice. Los aplausos son agradables y la aprobación es una experiencia muy satisfactoria. Es muy agradable sentirse aprobado. Lo que buscas es la inmunidad ante el dolor cuando no logras lo que buscas.

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Un nuevo Yo: la ruptura con el pasado


  • No te etiquetes: todos los “yo soy” autodestructivos provienen de cuatro frases neuróticas: (1) “Así soy yo” (2) “Yo siempre he sido así” (3) “No puedo evitarlo” (4) “Es mi carácter”
    Los “yo soy” te limitan y son autodestructivos. El quedarte exactamente como eres en cualquier sector de tu vida equivale a tomar una de esas decisiones que se parecen a la muerte.
    No eches la culpa a la genética para apoyar estos “yo soy”. Tu puedes escoger tu propia personalidad.
Si te sigues recordando a ti mismo que eres de una manera determinada (ej., olvidadizo) y recordándote que no puedes evitarlo, siempre serás así.
  • Tú eres producto de la suma total de tus elecciones, y cada uno de los “Yo soy” que tanto cuidas, podría ser rebautizado “He escogido ser”. Piensa en algunas etiquetas deliciosas que sean completamente nuevas y no estén relacionadas en absoluto con las cosas que los demás han elegido para ti, o con las que tú habías elegido para ti hasta ahora.
Si usas las etiquetas autodestructivas durante un largo tiempo, te las creerás tu mismo y entonces ya eres un producto acabado destinado a seguir siendo lo que eres para el resto de tus días. Es mejor coger la opción “hasta ahora he sido así” y ahora voy a cambiar de comportamiento.


Encuentra algo que no has hecho nunca y dedica una tarde a esa actividad. Recuerda, TÚ PUEDES APRENDER A HACER CASI CUALQUIER COSA SI ASÍ LO DECIDES.
Lo mejor para eliminar la tristeza es aprender algo. Aprender es lo que te conviene.


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Las emociones inútiles: culpabilidad y preocupación


La culpabilidad quiere decir que despilfarras tus momentos presentes al estar inmovilizado a causa de un comportamiento pasado, mientras que la preocupación es el mecanismo que te mantiene inmovilizado ahora por algo que está en el futuro y que a menudo es algo sobre lo que no tienes ningún control.
Ya mires atrás o adelante, el resultado es el mismo. Estás malgastando el momento presente.  

Observaciones respecto a la preocupación
Por mucho que te preocupes, no cambiará nadano confundas la preocupación con los planes: si la actividad del momento presente puede contribuir a que ese futuro sea mejor, esto no es preocupación. Sólo es preocupación cuando de alguna manera te encuentras inmovilizada en el presente por algún acontecimiento que puede suceder en el futuro.

Preocupación no es lo mismo que amor. Cada persona tiene derecho a ser lo que elige sin condiciones impuestas por otra persona.

Las preocupaciones impiden que vivas tu vida. Los angustiados se quedan quietos preocupándose por todo mientras que las personas activas y positivas tienen la necesidad de moverse. El mejor antídoto para la preocupación es la acción. Aprende a vivir ahora, a no desperdiciar tus momentos actuales en pensamientos inmovilizantes sobre el pasado o futuro.

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Examinando la culpa


La máquina funciona de la siguiente manera. Alguien emite un mensaje destinado a recordarte que has sido una mala persona por algo que dijiste o no dijiste, sentiste o no sentiste, hiciste o no hiciste.
Se considera incorrecto que no te sientas culpable: todo está relacionado con la importancia que les des a los problemas,
No existe culpabilidad, por grande que sea, que pueda cambiar el pasado.
Prométete, en vez de sentir culpabilidad, evitar la repetición de un comportamiento específico: aprender de tus equivocaciones es una parte sana y necesaria de tu crecimiento.

Se acabó! Tu culpabilidad es una tentativa de cambiar la historia, de desear que las cosas no fueran como son. Pero la historia es así y tú no puedes hacer nada al respecto.

No te sientas culpable por comportamientos que no perjudican a los demás: los mensajes represores son muy comunes en nuestra cultura. La culpabilidad aumenta las posibilidades de que repitas el mismo comportamiento en el futuro.

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La culpabilidad relacionada a la pareja


La culpabilidad por el “si tú me quisieras” es una de las maneras eficaces de manipular un amante, cuando uno quiere castigar a su pareja por algo que ha hecho.
A menudo, años después de ocurrido un incidente, uno de los cónyuges se lo recuerda al otro para ayudarlo a escoger la culpa del momento presente: “no te olvides de lo que hiciste en 1951” ¿Cómo puedo tener confianza en ti cuando me fallaste entonces?

Empieza a aceptar en ti mismo cosas que tú has escogido, pero que le pueden disgustar a cierta gente. Es necesario que te apruebes a ti mismo; la aprobación de los demás es agradable pero no viene al caso.

Evalúa las verdaderas consecuencias de tu comportamiento: determina tú mismo si los resultados de tus actos han sido agradables y productivos para ti.

El comportamiento de las personas que te hacen sentir culpable empezará a cambiar cuando vean que no te pueden forzar a sentirte culpable. Una vez que logres desconectar la culpa, la posibilidad de manipularte y controlarte emocionalmente habrá desaparecido para siempre.

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Explorando lo desconocido



Puede que te esté empezando a aburrir tanta seguridad, de saber cómo será cada día aún antes de que lo vivas. No puedes crecer y desarrollarte si sabes las contestaciones antes de que siquiera te hayan hecho las preguntas.

Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades. Puedes abrirte a nuevas experiencias o puedes seguir haciendo las mismas cosas, de la misma manera, hasta que te entierren.

Tienes mejores posibilidades de evitar colapsos psicológicos si eliminas parte de la rutina cotidiana de tu vida: el aburrimiento es debilitante y malo psicológicamente.

Rigidez contra la espontaneidad: la espontaneidad quiere decir ser capaz de ensayar cualquier cosa de repente. Puedes descubrir que no disfrutaste haciéndolo pero sí disfrutaste con el hecho de probarlo.

Los prejuicios y la rigidez: la rigidez es la base del prejuicio, que quiere decir prejuzgar. El prejuicio se basa en quedarse con lo conocido. Esto es, con gente como tú. Te mantienen alejado de la gente, cosas e ideas desconocidas y potencialmente perturbadoras.

El ser espontáneo quiere decir que eliminas tus prejuicios y que te permites a ti mismo conocer y tratar con gente e ideas nuevas.

Si no confías en nadie que no te sea completamente familiar es porque no tienes confianza en ti mismo cuando andas en terreno desconocido.

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La trampa de "siempre hay que tener un plan"


Puede que tengas planeado lo que harás a los 25, 30, 40, 50 o 70 años y entonces simplemente consultas tu agenda para ver dónde deberías estar, en vez de tomar una decisión cada día y creer lo suficientemente en ti mismo para poder cambiar tus planes.

La seguridad, el proyecto final es para los cadáveres. La seguridad quiere decir saber lo que va a pasar: nada de riesgos, nada de excitaciones, nada de desafíos. La seguridad significa nada de crecimiento y nada de crecimiento significa la muerte.

El fracaso no existe, es simplemente la opinión que alguien tiene sobre cómo se deberían hacer ciertas cosas. Cuando te convenzas de que no hay ningún acto que deba hacerse de una manera específica, según el criterio de otras personas, entonces el fracaso será imposible.
Si fallas en la ejecución de una tarea dada (según tus reglas y medidas), no has de igualar fracaso tarea con tu valor como persona.

El no triunfar en algo que trataste de hacer no implica tu fracaso como persona. Se trata simplemente de no haber logrado el éxito en esa tarea específica y en ese momento presente.

Los gatos persiguen a los ratones: si les falla uno, simplemente se van detrás de otro. No se quedan echados quejándose porque uno se les escapó; ni tienen un colapso nervioso porque fracasaron: ¿Por qué no aplicas la misma lógica a tu propio comportamiento?

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Huye de la perfección


En la gran mayoría de las actividades, tener que hacerlo lo mejor posible, o incluso, tener que hacerlo bien, significa poner un verdadero obstáculo a la mera posibilidad de hacer. No dejes que el perfeccionismo te deje a un lado evitando que tomes partes en actividades que te puedan resultar placenteras. Trata de cambiar “Hazlo lo mejor que puedas” por simplemente “hazlo”. Perfección quiere decir inmovilidad. Si tienes cánones de perfección para ti mismo, nunca tratarás de hacer nada.

Si tienes hijos, no cultives su parálisis y su resentimiento insistiendo que hagan lo más que puedan. Si una actividad les gusta, trata de estimularles para que se esfuercen más en esos campos, pero en las otras actividades el hacer es más importante que el triunfar. Estimúlales para que practiquen el esquí, o canten, o dibujen o bailen o lo que sea, porque quieren hacerlo, y que no eviten algo porque quizá no lo hagan tan bien.

A nadie se le debería enseñar a ser competitivo, a tratar siquiera de hacerlo bien. Los niños aprenden fácilmente el mensaje de confundir su propio valor con sus fracasos, y por ello empiezan a evitar actividades en las que no logran sobresalir.

El fracaso puede ser productivo. Puede servir de incentivo al trabajo y la exploración. Sin fracasos no podemos aprender nada. Tenemos la tendencia a esquivar todas las experiencias que pueden acabar en fracasos.

El miedo al fracaso es parte importante del miedo a lo desconocido, y miedo a la desaprobación por no haber hecho algo lo mejor posible.

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Algunos comportamientos típicos del “miedo a lo desconocido”


  • Comer el mismo tipo de comida durante toda la vida.
  • Usar siempre el mismo estilo de ropa.
  • Leer los mismos diarios y las mismas revistas que mantienen la misma posición editorial día tras día sin admitir jamás un punto de vista contrario.
  • Ver el mismo tipo de películas durante toda la vida.
  • Tener miedo a probar una nueva actividad porque no la puedas hacer bien.
  • Rehusar oír opiniones e ideas que no compartes. Inmediatamente decides que el interlocutor está loco o mal informado.
  • Mantener un matrimonio / noviazgo que obviamente no funciona por temor a lo desconocido, a la soledad. Piensas que es mejor seguir con lo habitual desagradable que adentrarse en un territorio que potencialmente es solitario.
  • Quedarse en zonas seguras en el colegio o en el trabajo porque “sé que lo hago bien”, en vez de arriesgarse a conseguir una nota mediocre embarcándose en una nueva disciplina.
  • Evitar personas que clasifiques como desviadas y usar cualquier etiqueta peyorativa que te sirva como defensa y protección del miedo a lo desconocido. En vez de tratar de aprender algo sobre esa gente, les pones una etiqueta con un epíteto difamatorio y hablas sobre ellos en vez de hablar con ellos.
  • Enfocar el sexo sin imaginación, haciendo siempre lo mismo en la misma posición. No probar jamás algo nuevo y exótico porque es diferente.
  • En una fiesta a la que asistes con tu pareja, quedarte a su lado todo el rato, no porque así lo desees, sino porque de esta manera te sientes seguro.
  • Medir las cosas en términos monetarios: si cuesta más, quiere decir que vale más
  • ¿Por qué no empiezas a hacerle frente a tu tendencia a vivir cada día de la misma manera que viviste el día anterior, sin ninguna posibilidad de crecimiento y desarrollo?
  • Hacer que el criterio para todo sea la eficiencia y el resultado obtenido y no el placer que te brinda hacerlo. Sólo haces lo que sabes hacer bien y evitas lo que no puedes hacer en absoluto o no haces muy bien.
  • Incapacidad para alterar un plan cuando se presenta un alternativa interesante.
  • Estar pendiente de la hora dejando que el reloj domine tu vida. Vivir de acuerdo a un horario que te aleja de la posibilidad de probar cosas nuevas y desconocidas en tu vida. Dormir, comer y hacer el amor según la hora, sin tener en cuenta el cansancio, el hambre o el deseo.
  • Desechar ciertas clases de actividades sin haberlas probado jamás.
  • Esconderse detrás del mismo grupo de amigos sin buscar o aceptar gente diferente que represente mundos nuevos y desconocidos. Juntarse regularmente con el mismo grupo y seguir con ese mismo grupo toda la vida.
  • No atreverse a participar en una conversación con gente extraña o sobre temas desconocidos por miedo a lo que pasaría si lo hicieras. Pensar para tus adentros que ellos deben ser más inteligentes, más capaces, más hábiles o mejores conversadores, y usar esto como razón para evitar una nueva experiencia.
Éstos son sólo algunos ejemplos de comportamientos malsanos engendrados por el miedo a lo desconocido. Tú probablemente podrás componer tu propia lista.

¿Por qué no empiezas a hacerle frente a tu tendencia a vivir cada día de la misma manera que viviste el día anterior, sin ninguna posibilidad de crecimiento y desarrollo? Lo que está bien, lo que debe ser, es sólo cuestión de opiniones, en realidad de la opinión controladora de otra persona.


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Estrategias para enfrentarse con lo desconocido


  • Hacer esfuerzos selectivos para probar cosas nuevas.
  • Frecuenta lo desconocido en vez de seguir con tu grupito típico de relaciones con los que puedas predecir todo lo que te va a suceder.
  • Empieza a arriesgarte a hacer cosas que te sacarán de la rutina diaria.
  • Correr algún riesgo puede implicar una tormenta emocional pero también puede significar una experiencia gratificante para ti.
  • Cada vez que te des cuenta de que estás evitando lo desconocido, dirígete a ti mismo la siguiente pregunta: “¿Qué es lo peor que me puede pasar?
  • Haz la prueba de hacer algo tonto, como ir descalzo por el parque o zambullirte desnudo en el mar. Haz la prueba de hacer algunas cosas que siempre has evitado porque “No debes hacer esas cosas”.
  • Recuerda que el miedo al fracaso es a menudo el miedo al ridículo o a la desaprobación de los demás o de alguien en particular. Tus capacidades no son ni mejores ni peores que las de otros, simplemente son diferentes.
  • Haz la prueba de hacer algunas cosas que siempre has rechazado con la frase “simplemente yo no valgo para esto”. Si el resultado final no es una obra maestra, no has fracasado: has tenido placer haciéndolo.
  • Recuerda que lo opuesto al crecimiento = monotonía y muerte
Puedes tomar la decisión de vivir cada día de una manera diferente, siendo espontáneo y vital, o puedes temer a lo desconocido y permanecer igual, siendo el mismo de siempre, psicológicamente muerto.
  • En vez de que tu credo y el de tus hijo sea “Haz todo lo mejor posible”, prueba este otro: “Selecciona las cosas que más te importan en la vida y haz un esfuerzo grande en ese sentido y el resto de las cosas, hazlas, simplemente.”
  • No dejes que tus convicciones te paralicen. El creer algo a raíz de una experiencia pasada y aferrarse a esa creencia es evadirse de la realidad. Sólo existe el ahora, y la verdad del presente puede muy bien no ser la realidad del pasado.
  • Puedes ser lo que escojas ser. Grábatelo en tu cabeza y recuérdatelo cuando caigas en tu comportamiento inseguro y típicamente evasivo.
  • Ten conciencia de que estás evitando lo desconocido en el momento en que lo estás haciendo. En ese momento inicia un diálogo contigo mismo. Dite a ti mismo que no importa que no sepas a dónde vas en cada momento de tu vida. El tener conciencia de la rutina es el primer paso para cambiarla.
  • Mantén una conversación con alguien que hayas evitado en el pasado. Muy pronto te darás cuenta de que tus prejuicios son los que te mantienen en un estado estacionario y sin interés. Si prejuzgas a la gente, no podrás tratar con ella de antemano. Mientras más grande sea el número de gente distinta que conozcas, más probabilidades tendrás de darte cuenta de lo mucho que has perdido y de lo tontas e infundadas que eran tus aprensiones y temores.
  • Imagínate cómo hubieran sido las cosas si los grandes exploradores y los grandes inventores del pasado hubieran tenido miedo a lo desconocido. Toda la población del mundo estaría aún concentrada en el valle del Tigris.
  • Todo depende de ti. Tu zona errónea de miedo a lo desconocido está esperando a ser reemplazada por nuevas actividades estimulantes y llenas de interés que aportarán placer a tu vida. No tienes que saber a dónde vas; lo importante es el camino.
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Rompiendo la barrera de los convencionalismos


 El condicionamiento a la sociedad puede ser muy útil a veces, pero si esto es llevado a un punto extremo, puede convertirse en una neurosis, particularmente si el resultado de esta adaptación a los “debes de hacer esto o aquello” es la infelicidad, la depresión o la ansiedad.

Cuando descubras que estás haciendo cosas desagradables y que no son productivas debido a algún “debe”, quiere decir que has renunciado a tu libertad de elección y estás permitiendo que te controle alguna fuerza exterior.

Locus de control internos frente a locus de control externo: Aproximadamente el 75% de la gente de nuestra cultura tiene una personalidad de orientación más externa que interna.

¿Qué quiere decir que sea “externo” tu locus de control? En esencia quiere decir que tú responsabilizas de tu estado emocional en tus momentos presentes a alguien o algo externo:
Ejemplo: “Él me ofendió”, “Mis amigos no me quieren”, “No tengo suerte” o “Mi suerte ha cambiado”.

La persona que tiene un locus de control interno es la que coloca firmemente sobre sus propios hombros toda la responsabilidad por lo que él mismo siente, y ese tipo de persona es muy rara en nuestra sociedad.

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Despréndete de la indecisión


 La indecisión proviene de querer tener razón, de hacerlo bien. Cuando hayas logrado eliminar el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto de cada decisión, entonces te será facilísimo tomar decisiones.

Igualmente puedes disminuir tu tendencia neurótica a la indecisión pensando que los posibles resultados no serán ni buenos ni malos, ni correctos ni incorrectos, ni siquiera mejores ni peores. Simplemente serán diferentes.

No existe una manera apropiada para ti; sólo lo que tú decides es lo apropiado para ti, siempre que no les compliques las cosas a los demás o se las dificultes.

Ser leal a ti mismo quiere decir que no tienes necesidad de un sistema exterior de apoyo.

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Estrategias para eliminar los "deberías"


  •  Corre riesgos ¡Haz cosas! Decídete a ser diferente de lo que te han enseñado a ser.
  • Pregúntate a ti mismo por qué te estás cargando con tantos “deberías”.
  • Haz tus propias normas de conducta, escogiendo las que tengan más sentido para ti.
  • Corre el riesgo de enfrentarte u oponerte a alguna regla que quisieras eliminar. Por ejemplo, si eres mujer y siempre has pensado que una mujer no debe llamar a un hombre para invitarlo a salir y te encuentras sin nada que hacer un fin de semana, llama a algún amigo y a ver qué pasa.
  • Al tomar decisiones, elimina la noción del bien y el mal y di que cualquier opción está bien, sólo que traerá distintas consecuencias.
  • Sé lo que quieres ser, lo que sea, en vez de lo que crees que se espera de ti porque eres hombre, mujer, un ser maduro o lo que sea.
  • Practica durante períodos cada vez más extensos a no proyectar sentimientos de culpa sobre los demás, o a hablar de otra persona, hecho o idea de modo quejumbroso o culpabilizador.
  • Deja de esperar que cambien los demás. Pregúntate a ti mismo por qué han de cambiar simplemente porque a ti te gustaría que así fuera. Reconoce que todas las personas tienen derecho a ser lo que quieran ser, incluso si te irritan siendo así.
  • Le eches o no la culpa a alguien o a algo, sigues siendo el mismo a menos que hagas algo constructivo para corregir lo que no te gusta.
  • Declara en voz alta que acabas de culpar a alguien por algo y que estás trabajando contigo mismo para eliminar este tipo de comportamiento.
  • Decide que la infelicidad que escojas será el resultado de tu propio esfuerzo y de tu propio comportamiento y nunca el resultado de las acciones de otra persona.
  • Recuérdate a ti mismo constantemente que cualquier infelicidad proveniente del exterior refuerza tu propia esclavitud, ya que implica que tú no ejerces control sobre ti mismo ni sobre ellos, sino que más bien son ellos los que tienen control sobre ti.
  • Consulta la lista de los “deberías”. Trata de cambiar estos viejos hábitos por actitudes y comportamientos nuevos y distintos. Empieza a tener confianza en ti mismo dándole menos importancia a esos “deberías” externos.
  • Trata de recordar que lo que hace otra gente no es lo que te molesta, sino tu reacción.
  • Conviértete en juez de tu propia conducta y aprende a confiar en ti mismo para tomar las decisiones del momento presente. Deja de buscar en las tradiciones y las normativas de toda la vida la respuesta adecuada.
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La obediencia ciega a las normas

Algunos comportamientos humanos más despreciables de que se tenga conocimiento tuvieron como pretexto la obediencia a órdenes superiores: los nazis ejecutaron a seis millones de judíos y asesinaron y maltrataron a varios otros millones de ellos porque así lo mandaba la “ley”.

Lo oyes todos los días. No pienses, obedece los reglamentos, incluso si son absurdos.
Tu destino será vivir una vida de servidumbre emocional si tienes que acatar las leyes y reglas todo el tiempo. Lo importante es determinar por ti mismo cuáles son las normas que funcionan y cuáles pueden romperse sin perjudicar a los demás ni a ti mismo.

La ley está para servirte a ti, y no para hacer de ti un sirviente.

Los reglamentos tontos no desaparecerán jamás, pero tú no tienes forzosamente que ser parte de ellos. No armes un lío, ya que atraerás la ira de los demás y te crearás obstáculos. Simplemente toma tus propias decisiones mientras los otros siguen las ovejas del rebaño.

Todo progreso implica una oposición violenta, pues es un insulto a los viejos reglamentos que ya no tienen vigencia.


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Estrategias para escapar de la norma y la culpa


  • Corre riesgos ¡Haz cosas! Decídete a ser diferente de lo que te han enseñado a ser.
  • Pregúntate a ti mismo por qué te estás cargando con tantos “deberías”.
  • Haz tus propias normas de conducta, escogiendo las que tengan más sentido para ti.
  • Corre el riesgo de enfrentarte u oponerte a alguna regla que quisieras eliminar. Por ejemplo, si eres mujer y siempre has pensado que una mujer no debe llamar a un hombre para invitarlo a salir y te encuentras sin nada que hacer un fin de semana, llama a algún amigo y a ver qué pasa.
  • Al tomar decisiones, elimina la noción del bien y el mal y di que cualquier opción está bien, sólo que traerá distintas consecuencias.
  • Sé lo que quieres ser, lo que sea, en vez de lo que crees que se espera de ti porque eres hombre, mujer, un ser maduro o lo que sea.
  • Practica durante períodos cada vez más extensos a no proyectar sentimientos de culpa sobre los demás, o a hablar de otra persona, hecho o idea de modo quejumbroso o culpabilizador.
  • Deja de esperar que cambien los demás. Pregúntate a ti mismo por qué han de cambiar simplemente porque a ti te gustaría que así fuera. Reconoce que todas las personas tienen derecho a ser lo que quieran ser, incluso si te irritan siendo así.
  • Le eches o no la culpa a alguien o a algo, sigues siendo el mismo a menos que hagas algo constructivo para corregir lo que no te gusta.
  • Declara en voz alta que acabas de culpar a alguien por algo y que estás trabajando contigo mismo para eliminar este tipo de comportamiento.
  • Decide que la infelicidad que escojas será el resultado de tu propio esfuerzo y de tu propio comportamiento y nunca el resultado de las acciones de otra persona.
  • Recuérdate a ti mismo constantemente que cualquier infelicidad proveniente del exterior refuerza tu propia esclavitud, ya que implica que tú no ejerces control sobre ti mismo ni sobre ellos, sino que más bien son ellos los que tienen control sobre ti.
  • Consulta la lista de los “deberías”. Trata de cambiar estos viejos hábitos por actitudes y comportamientos nuevos y distintos. Empieza a tener confianza en ti mismo dándole menos importancia a esos “deberías” externos.
  • Trata de recordar que lo que hace otra gente no es lo que te molesta, sino tu reacción.
  • Conviértete en juez de tu propia conducta y aprende a confiar en ti mismo para tomar las decisiones del momento presente. Deja de buscar en las tradiciones y las normativas de toda la vida la respuesta adecuada.
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No te compares con los demás


Si te sientes perturbado porque no puedes hacer algo que otra gente puede hacer o ha hecho, es porque has dejado que sean ellos los que te controlen. Cada vez que te comparas a ti mismo con cualquier otra persona, estás jugando al juego de “No es justo” y trasladándote desde tu postura de confianza en ti mismo al pensamiento externo dirigido por terceros.

En vez de pensar que las cosas son injustas, puedes decidir lo que realmente quieres y ponerte a buscar los modos para lograrlo, independientemente de lo que el resto del mundo quiere o hace.

No importa cuánto te quejes, ya que así no lograrás ningún cambio positivo. Si te enfocas a ti mismo en vez de compararte con los demás, te darás cuenta de que no vale la pena molestarse por la falta de equidad y justicia.

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Los celos: una rama de la “exigencia de justicia”




Si los celos interfieren en tu vida y te producen una inmovilidad emocional, lo que debes hacer es proponerte como meta eliminar ese tipo de pensamiento inútil y perjudicial. Los celos son en realidad una manera de exigirle a alguien que te quiera de cierto modo específico y tú dices “No es justo”, cuando no lo hacen. Esto proviene de una falta de confianza en ti mismo.

Si un miembro de la pareja se enamora de un tercero, no es que sea “injusto”, simplemente es. El hecho de que tu pareja haya tenido una affair con otra persona puede ser independiente de ti, y ninguno de ellos relacionados contigo: quizá simplemente haya querido hacer algo distinto, quizás sintió amor por otra persona además de su pareja, o quizás quiso poner a prueba su sex appeal o mantener a raya la vejez. Sea cual fuere el motivo, no tiene porqué tener que ver con el valor que le da a la pareja. La pareja puede ver el affaire de su marido/mujer como algo que pasa entre dos personas y no como algo dirigido contra ella. Puede seguir hiriéndose a sí misma/o con esos celos autoflagelantes porque se considera menos importante que la o el amante de su pareja, o puede llegar a reconocer que el affaire de otra persona nada tiene que ver con su propia valía.

Algunos comportamientos típicos de demanda de justicia


  • Corresponder siempre cuando alguien te hace un favor.
  • Corresponder al beso que se te da o decir “Yo también te quiero” en vez de aceptarlo y expresar tus propios pensamientos cuando escojas hacerlo.
  • Sentirte obligado a tener relaciones sexuales con alguien aunque no quieras.
  • En las discusiones insistir en una decisión clara y nítida en que los vencedores tienen razón y los perdedores están equivocados.
  • Gastar la misma cantidad de dinero en un regalo que el se gastó en ti la persona a quien regalas.
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Estrategias para no sentir injusticia


  • Hazte a ti mismo esta pregunta: ¿Desaparecerán las desigualdades porque a mi me perturban?
  • Empieza a pensar que tu vida emocional es independiente de lo que haga cualquier otra persona. Esto te librará del dolor que sientes cuando la gente se comporta de una manera distinta a la que tú quisieras.
  • Trata de mirar con perspectiva las decisiones que hagas y no como hechos monumentales que cambiarán tu vida.
  • Elimina las referencias externas de comparación. Ten tus propias metas, independientemente de lo que hagan los otros.
  • Haz simplemente algo agradable porque tienes ganas y no porque la ocasión te lo exige.
  • Gasta la cantidad de dinero que tú quieras en un regalo sin dejarte influenciar por lo que se gastó en ti.
  • Decide por ti mismo cuáles serán las normas de conducta que regirán tu comportamiento en el seno de tu familia, basándote en lo que tú consideras apropiado para ti. Si tú sientes que lo que quieres hacer es salir tres noches por semana, no dejes que el concepto “justicia” se interponga en lo que tú decidas hacer.
  • Recuerda que la venganza es simplemente otra manera de ser controlado por los demás. Haz lo que tú, y no ellos, decidas que es conveniente para ti.
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Terminando con las postergaciones ahora mismo


Tú puedes hacer lo que te propongas. Eres fuerte y capaz. No eres frágil y quebradizo. Al postergar para un momento futuro lo que quisieras hacer ahora, te entregas al escapismo.

Si las cosas están mal, no se solucionarán solas, si no se hace nada para mejorarlas.

Tú no eres necesariamente lo que dices. Tu comportamiento es un barómetro mucho más adecuado para medir tu valor. Lo que haces en tus momentos presentes es el único indicador de lo que eres como persona.

Los críticos y los hacedores
Los verdaderos hacedores de este mundo no tienen tiempo para criticar a los demás. Están demasiado ocupados haciendo cosas. Ayudan en vez de criticar.

Aprende a ignorar a los criticones, los que siempre encuentran faltas en los demás.

El aburrimiento: una resultante de la postergación

El concepto de aburrimiento implica la incapacidad para usar el momento presente en actividades que te ayuden a realizarte. El aburrimiento es una opción, una elección, algo que tú mismo te impones y es uno de esos elementos autodestructivos que puedes eliminar de tu vida.

El no hacer nada conduce al aburrimiento. Eres tú el que experimenta el aburrimiento y puedes eliminarlo haciendo alguna otra cosa con tu mente en ese momento.

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Estrategias para dejar de postergar


  • En vez de pensar en trabajos que se harán a la larga, piensa en el momento actual y trata de pasar un período de 5 minutos haciendo lo que quieras.
  • Ponte a hacer algo que has estado postergando.
  • Pregúntate a ti mismo: “¿Qué es lo peor que me podría pasar si hiciera lo que estoy postergando ahora?”
  • Date a ti mismo un tiempo específico (digamos los miércoles de 10 a 10.15 de la noche) que dedicarás exclusivamente a la tarea que has estado postergando.
  • Observa tu realidad actual. Decide qué es lo que estás evitando y empieza a enfrentarte con tu miedo. 
  • El postergar la acción es sustituir el presente por la ansiedad respecto a algún acontecimiento que pueda suceder en el futuro.
  • Deja de fumar... ¡ahora! Empieza tu dieta … en este mismo momento!, etc Así es como tienes que enfrentar los problemas … actuando ¡ahora mismo!
  • Empieza a usar tu mente de forma creativa en lo que antes eran circunstancias aburridas. Si estás en una reunión aburrida, cambia el ritmo de la misma haciendo una pregunta, u ocupa tu mente en pensamientos estimulantes. Decide que nunca más te aburrirás.
  • Cuando alguien te empieza a criticar, haz esta pregunta: “Tú crees que ahora me hace falta un crítico?”
  • Observa tu vida cuidadosamente: ¿Estás haciendo ahora lo que estarías haciendo si supieras que sólo tienes seis meses de vida?
  • Ten el valor de emprender una actividad que hayas estado evitando hasta ahora. Deja de decirte a ti mismo que tiene que funcionar bien. Recuérdate que hacer es lo importante.
  • Cambia tu vocabulario:
“Espero que se arreglarán las cosas” por “Haré que se arreglen”.
“Me gustaría tanto que las cosas fueran mejores” por “Haré que sean mejores”
“Quizá esto resulte bien” por “Haré que resulte bien”
  • Si quieres que el mundo cambie, no te limites a lamentarte. Haz algo. Sé un hacedor, no una persona que únicamente desea, espera o critica.
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