martes, 11 de enero de 2022

Cómo Hacer que te Pasen Cosas Buenas, un libro inspirador

 



Me lo he acabado recientemente. Aquí van las notas que he subrayado.

  • En mi opinión pocas frases han hecho más daño que la de «vendrá cuando menos te lo esperas». Nadie va a venir a buscarnos a casa para proponernos el proyecto de nuestra vida. Hay que ir a su encuentro.
  • Nos encontramos en el momento de mayor estimulación de la historia; más información y estímulos —música, sonido, comidas, sabores,. Esa sobreestimulación dificulta la toma de decisiones. De golpe surgen multitud de posibilidades y uno no sabe hacia dónde dirigir su vida. Es la sociedad de la confusión y de la dificultad de compromiso.
  • Los millennials viven empapados de emociones y sentimientos que les llevan a necesitar una gratificación constante para avanzar.
  • Años de experimentos demuestran que la manera como uno decide responder ante los problemas y cuestiones que se le plantean cada día influye en el resultado.

  • LA FELICIDAD
    Lo deseable aunque complejo es diseñar la vida con objetivos a largo plazo, de modo que, aunque algo nos desvíe, podamos redirigirnos hacia nuestra meta.

  • La sociedad sufre un gran vacío espiritual que se intenta suplir con una búsqueda frenética de sensaciones tales como satisfacciones corporales, sexo, comidas, alcohol. No hay nada malo per se en las relaciones sexuales, una gastronomía cuidada o el placer de un buen vino... Hablamos de cuando la búsqueda de esas sensaciones sustituye el verdadero sentido en la vida. La acumulación de sensaciones produce una gratificación momentánea, mientras que el vacío en nuestro interior crece como un agujero negro apoderándose paulatinamente de nuestra vida.
  • El ser humano busca tener y relaciona felicidad con posesión. Tener seguridad, tener prestigio, tener cosas materiales, tener amigos... La felicidad verdadera no está en el tener, sino en el serNuestra forma de ser es la base de la verdadera felicidad. La felicidad pasa necesariamente por volver a los valores. ¿Y qué son los valores? Aquello que nos ayuda a ser mejor persona y nos perfecciona. Cuando uno se pierde y no sabe hacia dónde dirigirse, el tener unos valores, unas directrices claras, ayuda a que el barco no se hunda.
  • La felicidad se encuentra en el equilibrio entre mis aspiraciones personales, afectivas, profesionales y lo que he ido poco a poco logrando. Esto tiene un resultado: una autoestima adecuada. Una persona en paz, que tiene cierto equilibrio interior y que disfruta de las cosas pequeñas de la vida, normalmente tendrá un nivel de autoestima adecuado.
  • La vida es un constante volver a empezar. Para ser feliz hay que ser capaz de rehacerse en lo posible de los traumas y dificultades. No podemos elegir gran parte de lo que nos sucederá en la vida, pero somos absolutamente libres, todos y cada uno de nosotros, de elegir la actitud con la que afrontarlo. Nos reparten unas cartas, mejores o peores, pero son las que tenemos y hay que jugarlas lo mejor posible.
  • La clave se sustenta en la solidaridad, en el amor, en el contacto con otros; en definitiva, en los afectos. Los enfermos de Alzheimer; muchos de ellos han olvidado las palabras pero no los afectos, la música, los gestos o las muestras de cariño.
  • Sentarse en el pasado nos convierte en personas agrias, rencorosas, incapaces de olvidar el daño cometido o la emoción sufrida
  • Relajar el cuerpo tras una temporada de esfuerzo se produce una bajada generalizada de nuestras defensas que favorece que se contraigan catarros, gripes u otras enfermedades. Son precisamente esos momentos postensión los más importantes en nuestra trayectoria psicológica, puesto que en función de cómo los afrontemos pueden sobrevenir importantes desajustes mentales.
  • Aprende a dominar el yo interior, los pensamientos del pasado o inquietudes del futuro que nos atormentan y nos impiden vivir de forma equilibrada en el presente. El tiempo no cura todas las heridas, pero sí aparta lo más doloroso del centro de mira. Tras el golpe, hay que retomar la riendas de la propia vida para alcanzar el proyecto de vida que uno tenga trazado.
  • Lo deseable aunque complejo es diseñar la vida con objetivos a largo plazo, de modo que, aunque algo nos desvíe, podamos redirigirnos hacia nuestra meta. Quien no tiene ese proyecto, quien no conoce en qué se quiere convertir, y que no encuentre sentido a su vida, no puede ser feliz.
  • La solución no está en las pastillas. La medicación regula las sustancias elevadas o bajas del cerebro. No suplanta la función cerebral o anímica. La medicación ofrece soluciones, pero existe otra terapia que es efectiva y ayuda: la actitud del médico. Unas palabras de aliento, una escucha real y verdadera, poseen un efecto de curación importante. Se ha demostrado que, si un paciente acude con confianza al médico, la sensación de dolor disminuye. El médico actúa como si fuera un placebo. Si una persona acude al doctor y siente que algo o alguien va a mitigar su dolor, esa sensación de confianza tiene un efecto positivo. El cerebro, ante este pensamiento de alivio y esperanza, libera sustancias químicas tipo endorfinas que palian su dolor.

  • EL SUFRIMIENTO TIENE UN SENTIDO, EL SUFRIMIENTO NOS AYUDA A REFLEXIONAR. EL DOLOR AYUDA A ACEPTAR LAS PROPIAS LIMITACIONES. debemos bajar la cabeza y reconocer que necesitamos ayuda y el cariño o apoyo de otros; que solos no podemos. La conciencia propias limitaciones refuerza nuestra solidaridad, la empatía con el dolor ajeno y, en última instancia, el amor por los demás.
  • Cuando alguien se siente amado, su vida cambia, se ilumina y transmite esa luz. Quien gana en empatía es más «amable» —se deja amar— y convierte su hábitat en un lugar más acogedor para vivir. Solo existe un antídoto al sufrimiento, al dolor y a la enfermedad: el amor. 

  • EL AMOR A LOS DEMÁS.
    La solidaridad y el voluntariado, el darse a los demás, son factores protectores de la mente y del cuerpo. Para que funcione bien una relación de pareja, un negocio o empresa o las relaciones familiares es fundamental que las relaciones entre las personas involucradas sean fáciles. En ocasiones, determinadas personas de tu entorno te caen mal y su mera presencia genera en ti intranquilidad. De no cambiar eso corres el riesgo de que se conviertan en seres tóxicos.
  • Los resultados han sorprendido a los investigadores. No hay lecciones acerca de la riqueza, de la fama o de lo importante que es esforzarse mucho en el trabajo. Ni siquiera en el ámbito fisiológico o médico. El mensaje es tan claro y sencillo como este: las buenas relaciones nos hacen más felices y más saludables Las conexiones sociales nos benefician y la soledad mataLas personas con más vínculos con familia, amigos o la comunidad son más felicesmás sanas y viven más tiempo que las personas que tienen menos relaciones.
  • La soledad ha demostrado ser profundamente tóxica. En nuestra sociedad el perfil solitario se va haciendo cada vez más y más frecuente. Se han realizado estudios que vinculan la soledad con la enfermedad de Alzheimer y otras demencias. 
  • Lo importante no es el número de vínculos sociales, sino la calidad de estos, Vivir inmersos en un conflicto resulta perjudicial para la salud. No fueron los niveles de colesterol los que predijeron cómo envejecerían los sujetos del estudio, fue simplemente el grado de satisfacción que tenían en sus relaciones. Las buenas relaciones no solo protegen el cuerpo, sino que también protegen el cerebroTener una relación de apego seguro con otra persona durante la vejez proporciona protección. Al revés, las personas inmersas en relaciones en que sienten que no pueden contar con el otro pierden antes la memoria.

  • ¿EN QUÉ SE BASA TENER BUENAS RELACIONES? 
    Conectar de forma adecuada para generar un ambiente cordial. Dicen que no hay una segunda oportunidad de generar una buena primera impresión. Nadie compra un producto a una persona que le caiga mal o le genere rechazo. Es imposible que alguien sea capaz de permitir a otro gestionar su dinero o su patrimonio si no media una relación cordial o incluso cierta empatía entre ambos.
  • Para que surja una verdadera amistad, tiene que producirse una convivencia, un intercambio de vivencias y emociones. La amistad se hace de confidencias y se rompe a base de indiscreciones.

  • CÓMO CONSEGUIMOS GENERAR CORRECTAS RELACIONES CON LOS DEMÁS? 
  • Tienes que mostrar interés por las personas. Si acudes a una reunión familiar con primos, tíos o cuñados, la mejor forma de entrar y conectar es interesarte por ellos, por su vida, su trabajo y su salud. Pero de verdad, no haciendo el paripé. Sin que parezca que estás realizando un cuestionario o una investigación, acercándote de manera sincera y amable.
  • Haz un esfuerzo por recordar datos importantes. Las personas que logran recordar información de otros generan un vínculo mucho más fuerte en menor tiempo. David Rockefeller —del Chase Manhattan Bank— tenía un fichero privado de tarjetas con más de cien mil nombres en el que guardaba información sobre los encuentros que había mantenido con esas personas. Esa información le ayudaba a generar familiaridad, haciendo sentir importantes y especiales a todos con los que se topaba. Profundiza en ellos, en sus vidas, aficiones y profesiones, y anota los datos si hace falta. Si tienes una reunión con el director de tu empresa, busca información sobre él, si quieres sorprender a unos amigos, infórmate, si buscas alegrarle la vida a alguien de tu familia, preocúpate por sus intereses actuales.
  • Llama a tus familiares o amigos para evitar perder el contacto.  Personaliza. Busca lo que a cada uno le puede gustar. No emplees el mismo discurso o mensaje con todos los que te rodean.
  • Evita juzgar. Cada persona es diferente. Tendemos a juzgar, analizar y encasillar a las personas en cuanto las conocemos. Para juzgar con equidad hay que ser muy empático y recabar previamente mucha información de la que no solemos disponer. Siempre será más prudente permanecer en silencioHay que aceptar a los demás como son, aunque sean distintos y lo que veamos no nos encaje. Ello no significa que ignoremos la realidad.
  • Existe gente que obra mal o de la que conviene separarse por resultarnos tóxica
  • Hay que evitar cerrarse de forma abrupta a todo lo distinto.
  • No impongas tu criterio, creencias o valores
  • Trabaja en ser un modelo para tus hijos, empleados o amigossi buscas imponer, encontrarás rechazo. De padres exigentes que imponen sin medida salen hijos rebotados, rebeldes y que buscan lo contrario. Los límites son necesarios, que la gente nos respete en nuestras ideas o creencias es clave, pero sin rozar la dureza o agresividad. Una cosa es imponer tus ideas y otra pedir que respeten las tuyas.
  • No existe un buen líder que no sea buena persona. Porque uno es lo que hace, no lo que dice. Ves más allá, tu corazón no está centrado meramente en la superficialidad de las relaciones —conseguir beneficios o gratificaciones fáciles—, sino en el interior de esas personas. Sonríe, ríe con ellos. Si no existe una manera fácil para conectar, emplea un toque de humor.
  • La risa es la distancia más corta entre dos personas y, simultáneamente, es uno de los métodos más eficaces para incrementar las endorfinas en sangre. Las emociones expansivas —la sonrisa, la risa, el placer del humor...— mejoran ostensiblemente las habilidades cognitivas y las conductas sociales. Se ha visto que con ella mejoran nuestra creatividad, organización, planificación y resolución de problemas. La gente alegre y feliz mejora su productividad y rendimiento en el trabajo.
  • Cantar en grupo es beneficioso para la salud mental. Cantar y socializar posee un efecto impresionante en el bienestar, en la mejoría de las habilidades sociales y en la sensación de pertenencia a un grupo. La alegría se contagia y los sentimientos nobles saltan de unos a otros.
  • Ayuda si puedes Si tienes la posibilidad, no pierdas la oportunidad de hacer algo por los demás
  • Da sin pedir a cambio; lógicamente sin caer en el buenismo.
  • No tengas miedo de sentirte vulnerable ante otro o de pedir ayuda.
  • Busca a las personas adecuadas que no te juzguen y puedan tirar de ti hacia arriba.
  • Habla bien de los demás, no critiques. Insisto mucho: hablar bien de las cosas buenas; y con las malas, mantener una posición neutra. Hay que proponerse seriamente que en las conversaciones en que uno intervenga no se generen críticas o juicios negativos. Hablar mal de los demás induce nuestro organismo a un estado emocional tóxico —¡lleno de cortisol!
  • Si quieres que confíen en ti, si quieres que te valoren como persona íntegra y que gente busque tu amistad, crea en ti o en tu negocio, sé discreto.
  • Más vale aprender a gestionar a esa persona —a veces será conveniente distanciarse de ella— que degollarla con tus palabras.
  • Cuenta historias. A la gente le gustan las historias. A veces aportar imaginación, un poco de ilusión y magia en la forma en la que  nos expresamos puede generar un buen ambiente. Científicamente sabemos que las historias hacen que el cerebro libere oxitocinas.
  • No pierdas la educación Hay palabras que tocan el corazón de otros: gracias, perdón y por favor. Nos acostumbramos a dar todo por hecho. No dejamos indiferente a nuestro organismo con las palabras que empleamos: en las conversaciones interiores y en el lenguaje con los que nos rodean.
  • No olvides que para recibir tienes que dar y darte primero. No pretendas que todo surja sin que aportes tu granito de arena. 
  • Hay que aceptar que es muy difícil conseguir relaciones estables y duraderas —en todos los ámbitos de la vida—en cuestión de minutos. Requiere paciencia, constancia y saber darse.
  • Si consigues que la gente te valore y cuente contigo, que seas alguien importante en su vida, te sorprenderás positivamente al percibir que te buscan, te requieren en los buenos y malos momentos.
  • Sea cual sea tu finalidad, trata siempre de mejorar, dar valor y ayudar a sacar lo mejor de los 
  • demás. Intenta ser persona vitamina, alguien que aporta, que ayuda, que resulta alegre y optimista en un momento de turbulencia.
  • Busca que tus metas tengan una finalidad buena; cuando tus objetivos tienen un valor positivo, atraes cosas positivas. Si tus formas, tus maneras de adentrarte en los demás, tienen un toque tóxico, atraerás lo negativo.
  • No te olvides, los amargados van juntos de la mano y poseen un entorno amargado.
  • Intenta ser amable, es más importante de lo que puedas imaginar. En una sociedad donde reina la prisa, la interacción digital y la falta de tiempo, muchos creen que ser amable está en desuso. Nos cuesta parar, hacer un esfuerzo y saludar o preguntar con calmaAnte el estrés, la adversidad o las situaciones de peligro, el tener trabajada esta habilidad nos lleva a cuidar y ayudar a otros, en vez de buscar únicamente nuestra propia supervivencia o bienestarLa amabilidad genera endorfinas, las cuales a su vez reducen los niveles de cortisol —hormona del estrés y de la ansiedad—, y aumentan la oxitocina —hormona del amor y de la confianza—. Por lo tanto, a través de ella mejoran la hipertensión y los problemas cardiovasculares y disminuye la sensación de dolor. 
  • Si alguien tiene dificultad para ser amable, afectuoso o cercano, debería practicar poco a pocoHay que evitar resultar falsos; pocas cosas generan más rechazo que la sensación de hipocresía o simulación. 
  • Tampoco conviene confundir amabilidad con ingenuidad o buenismo. Ante un ataque, un rechazo, una agresión, hay que saber separarse, distanciarse y ser consciente del daño recibido. Si uno no sabe medir el grado de amabilidad que desprende, puede acabar convirtiéndose en víctima de alguien que te use o manipule.

  • LO QUE EL MUNDO NECESITA ES... OXITOCINA
    • Sabemos que esta hormona se encuentra en la base de dos fenómenos primordiales de la vida emocional: la confianza y la empatía. Es una herramienta clave en las relaciones sociales. 
    • El ser amable, comunicarse de forma positiva, activa la oxitocina, lo que tiene efectos maravillosos en el organismo: disminuye la sensación de ansiedad, es un protector del corazón e incluso sabemos que baja los niveles de colesterol.
    • Hay dos hormonas que se segregan estando en buena compañía y disfrutando la vida acompañados de personas a las que queremos: la citada oxitocina y la dopamina —hormona del placer.
    • Cuando los niveles de oxitocina se elevan por encima de lo normal, las emociones de las personas como amor, empatía y compasión son más intensas. Con esta hormona por las nubes, resulta más difícil mantenerse resentido o enfadado. Cuando la oxitocina está elevada, la amígdala del cerebro, zona encargada del miedo, se desactiva; por lo tanto la ansiedad, la angustia, las obsesiones y los pensamientos negativos disminuyen en intensidad. 
    • Sabiendo todo esto, prueba a ser amable; durante las próximas semanas escoge alguna persona que te cueste más e intenta generar un vínculo más agradable
    • Busca las personas con las que pasas muchas horas al día e intenta que la relación sea más cercana; sonríe, interiormente trata de no juzgar tanto y, sabiendo que hay tanto en juego.
    • Tu vida se mide no por lo que recibes, sino por lo que das. —¿Qué haces por los demás? Invierte en las personas, de verdad. Ofrece tu presencia y ayuda reales, no un simple «para cualquier cosa que necesites».
    EL AMOR A LOS IDEALES Y A LAS CREENCIAS 
    • Cada uno tiene sus propios ideales, pero si son fuertes, pueden ser un aliado en el sufrimiento. Al hombre se le puede arrebatar absolutamente todo, exceptuando la última de sus libertades humanas: la elección de su actitud ante la vida. 
    • Como bien decía Einstein: preocúpate más por tu conciencia que por tu reputación. La conciencia es lo que eres; la reputación lo que los demás piensan que eres.
    • Las personas cuyas vidas tienen un sentido toleraron mejor el sufrimiento de Auschwitz. Las personas que encuentran una finalidad, un objetivo, un sentido a su vida, tienen más razones para ser felices.
    • Si uno tiene pensamientos y recuerdos constantes relacionados con gente a la que quiere, momentos especiales, o ilusiones por las que vivir será más alegre y feliz. Recordar escenas placenteras tiene un fuerte impacto en el cerebro: recordar momentos especiales de nuestro pasado tiene la capacidad de producir las mismas sustancias y activar las mismas zonas cerebrales que se activaron cuando eso pasó en realidad. Esto constituye, en mi opinión, el principio de una auténtica revolución en el mundo de la neurociencia. 
    • «medicina del comportamiento». Su objetivo es demostrar la bondad de la meditación y determinadas actitudes mentales frente a los efectos nocivos de la ansiedad y el estrés. El doctor Hebert Benson aplica un nombre a este concepto: el bienestar recordado. Recordar eventos gratificantes, emotivos o alegres del pasado permite a nuestro organismo liberar sustancias bioquímicas antidepresivas
    • Cuando percibo que hay tensión en alguna pareja, suelo preguntar: —¿Cómo os conocisteis, cómo te conquistó tu marido?
    • El doctor Benson sostiene que una persona con dolor de cabeza o dolor de espalda puede mejorar con placebo. ¿La razón? Recuerda la sensación de bienestar que experimentaba tras ingerir la medicación. Los recuerdos tienen un poder curativo incluso mayor que las experiencias positivas en sí mismas.
    EL CORTISOL
    • El cortisol en sí no es malo, lo que es perjudicial para el organismo es su exceso. 
    • Si no contáramos con el cortisol probablemente nos quedaríamos sentados en nuestra butaca disfrutando del espectáculo de humo y llamas. El cortisol, por lo tanto, es fundamental para la supervivencia.
    ¿QUÉ PASA SI RETORNAS AL LUGAR DEL EVENTO TRAUMÁTICO?
    • Estás reviviendo la angustia de la vez anterior. Tu cuerpo en ese momento está generando la misma cantidad de cortisol que cuando «de verdad» sonó esa alarma. Tu mente y tu cuerpo no distinguen lo que es real de lo que es imaginario. El cerebro, por lo tanto, altera profundamente nuestro equilibrio interior.  Cada vez que imaginamos algo que nos agobia, se activa en el organismo el mismo sistema de alerta, y se libera el cortisol que sería necesario para hacer frente a esa amenaza.
    ¿QUÉ SUCEDE SI VIVIMOS PREOCUPADOS POR ALGO CONSTANTEMENTE?
    • Pueden aumentar los niveles de cortisol hasta un 50 por 100 por encima de lo recomendable. Cuando el cortisol se eleva de forma crónica pasa a comportarse como un agente tóxico. Si uno se «intoxica» por cortisol en sangre, se produce una alteración de la respuesta inflamatoria. Las células de defensa, que se vuelven más sensibles y dejan de controlar de forma tan específica la inflamación. Si el estrés se convierte en crónico, los mecanismos de adaptación y reacción se saturan, pudiendo producirse un bloqueo neurológico que derive en diferentes enfermedades.
    • Las personas que viven constantemente estresadas, alerta o con miedo, sufren un mayor deterioro de sus células y un envejecimiento precoz. Muchas enfermedades se activan. 
    • Si estamos «intoxicados» por cortisol, esta hormona está inundando la sangre en lugar de la serotonina o la dopamina, hormonas que tienen un impacto positivo y de bienestar en el cuerpo y en la mente. 
    • Esta sintomatología se produce a tres niveles: físico, psicológico y conductual o de comportamiento. 
    • FÍSICO Te enumero algunos: caída de pelo —alopecia—, temblor de ojo, sudoración excesiva de manos y pies, sequedad de la piel, sensación de nudo en la garganta, opresión en el pecho, sensación de ahogo, taquicardias, parestesias —adormecimiento de extremidades—, problemas y cambios gastrointestinales, colon irritable, dolores musculares, problemas en la tiroides, migrañas, tics, artritis, fibromialgias... El estrés mantenido de forma crónica, la falta de ejercicio sano o la alimentación son algunas de las causas de ese dolor constante.
    • PSICOLÓGICO Se produce un cambio en los patrones de sueño —dedicaremos un apartado a ello—, irritabilidad, tristeza, incapacidad para el disfrute, apatía y abulia, fallos de concentración y/o de memoria, etc. La ansiedad permanente es la puerta deslizante hacia la depresión. Muchas depresiones provienen de vivir alerta durante largos periodos de tiempo.
    • CONDUCTUAL. Con altos niveles de cortisol uno tiende al aislamiento, no le apetece ver a sus amigos o familiares. Le cuesta iniciar una conversación y esquiva las actividades habituales. Por otra parte, se muestra inexpresivo en actos sociales, sin ganas de abrirse a otros.
    • El estrés fisiológico —eustrés— no es malo ni tóxico, todo lo contrario. Es la respuesta natural que el organismo activa ante una amenaza real o imaginaria. Lo realmente perjudicial sucede cuando, desaparecida o siendo infundada dicha amenaza, la mente y el cuerpo siguen percibiendo la sensación de peligro o miedo. 
      MI MENTE Y MI CUERPO NO DISTINGUEN REALIDAD DE FICCIÓN
      • El cerebro no sabe diferenciar lo que es real de lo que es imaginario. Pensar altera nuestro organismo. Un cerebro estresado es la consecuencia de vivir inundados de pensamientos tóxicos
      • La mente tiene un extraordinario control e influencia sobre el cuerpo. Los pensamientos influyen de forma directa en la mente y en el organismo. Si cierras los ojos e imaginas a alguien a quien quieres, en un entorno amable, entonces, tu cuerpo segrega oxitocina, dopamina... 
      • Si imagino algo que me asusta —un examen, una reunión, la posibilidad de que me echen del trabajo, no tener dinero...—, automáticamente genero hormonas de estrés
      • ¿Qué se produce? Tu atención se queda enganchada, aprisionada en pensamientos tóxicos del pasado o del futuro. Cada vez que pensamos en algo negativo, angustiante o perjudicial, el cerebro recibe una señal para elaborar circuitos neuronales especializados que nos asentarán de forma fija en esas ideas.
      • La serotonina, hormona de la felicidad y del bienestar, del apetito, de la libido y de múltiples funciones de la mente y del cuerpo, es la responsable de los estados de ansiedad y depresión. Aproximadamente el 90 por 100 de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino, el resto por el cerebro. Un estudio en la revista Brain, Behavior and Inmunity sobre cómo los probióticos contrarrestan tendencias depresivas. Personas que habían sufrido años de depresión mostraban alteraciones en el cerebro.
      • El estrés en la infancia —bullying, separación de los padres, abuso físico o psicológico...— provoca procesos inflamatorios que pueden hacer a los niños más vulnerables a sufrir trastornos del ánimo, mayor vulnerabilidad e incluso provocar depresión en la edad adulta. Los tratamientos farmacológicos están lejos de ser infalibles: un tercio de los pacientes no responden a los antidepresivos que están en el mercado.
      SUPERAR LAS HERIDAS DEL PASADO Y MIRAR CON ILUSIÓN EL FUTURO
      • Ver la felicidad como la capacidad de vivir instalado de manera sana en el presente, ilusión el futuro. 
      • Los que viven enganchados en el pasado son los depresivos, neuróticos y resentidos; los que viven angustiados por el futuro son los ansiosos. Depresión y ansiedad son las dos grandes enfermedades del siglo XXI. 
      • El 90 por 100 de las cosas que nos preocupan nunca jamás suceden, pero el cuerpo y la mente las viven como si fueran reales. No olvides que solo puedes actuar, sentir y responder en el momento presente.
      VIVIR ENGANCHADO EN EL PASADO
      • El hecho de permanecer con la mente anclada en el pasado, de retornar una y otra vez a algo que ya sucedió, puede originar en nosotros efectos perversos que van desde emociones o sensaciones como la melancolía, la frustración, la culpa, la tristeza o el resentimiento hasta la propia depresión.
      LA CULPA
      • Pocas emociones pueden resultar tan tóxicas y destructivas como la culpa. Consiste en sentir que uno no ha actuado correctamente o que no ha cumplido con las expectativas que había generado, decepcionando así a otras personas —¡o a uno mismo!—.
      • De hecho la culpa tiene varios focos: — Puede originarse dentro de ti. En este caso traes a tu mente siempre un fallo o una decepción. Tu punto de mira está en ti, en tus limitaciones o en tus errores. — Puede surgir del exterior. Cuando tu entorno te recuerda o te apunta con el «dedo acusador». ¡Cuidado! Tanto las voces interiores como las exteriores pueden resultar igual de perjudiciales para la mente y para el cuerpo. La culpa hunde; no permite avanzar.
      CÓMO APACIGUAR EL SENTIMIENTO DE CULPA
      • Fíjate y toma nota de las principales culpas que te asaltan la mente a lo largo del día. Acepta que quizá te juzgas con demasiada dureza en algunos asuntos. La culpa no ayuda, no te hace crecer. No te quita la pena, la angustia o la desesperanza. No es constructiva.
      • Busca en ti cosas que te agraden. Seguro que dentro de ti existen aptitudes que pueden ser un impulso para crecer en positivo, ¡aunque disgusten a otros!
      • Fija tus valores. ¿Qué rige tu vida?
      LA DEPRESIÓN
      • Las depresiones constituyen en la actualidad una de las grandes epidemias de la sociedad moderna.
      • La depresión deja sin energías, sin ganas de hacer nada. Lo más importante es el bajón anímico, aunque también es frecuente la falta de visión de futuro, ya que todo se vuelve negativo ajedrezado por sentimientos de culpa. 
      • El sufrimiento de la depresión puede llegar a ser tan profundo que solo se vea como salida de ese túnel el suicidio. Nadie está a salvo de padecer una depresión.
      • Muchas depresiones provienen de estados de ansiedad permanentes.
      EL PERDÓN
      • Perdonar es dar un bien tras recibir un daño, darte cuenta de que ya no sentía odio ni enfado. Es fundamental superar el dolor tan inmenso a través del perdón. No existe otra manera para alcanzar la paz.
      • «Comprender es aliviar». Esto significa que cuando comprendes o entiendes las razones que impulsan a alguien a herirte —su biografía, su forma de ser, su envidia, sus conflictos internos...— consigues aliviar tu sufrimiento. Existe gente mala, por supuesto, pero la mayor parte de la gente que te hiere tiene sus razones.
      • Cuando uno se queda anclado en un odio, cuando uno no es capaz de sanar las ofensas o humillaciones recibidas, puede convertirse en alguien resentido, agrio y neurótico.
      • Perdonar no significa aceptar que lo que la otra persona cometió fuera aceptable o comprensible.
      • El perdón es necesario porque el dolor que genera no merece estar anclado en tu mente. Por culpa de esa herida, de ese veneno, de ese resentimiento, puedes convertirte en alguien amargado, al no ser capaz de soltarlo.
      • Perdonar alivia el dolor causado, evita el resentimiento. El perdón libera de cargas y ayuda a seguir adelante aunque la causa sea terrible, aunque el que la provocó no se arrepienta.
      • ¿Cómo perdonar? — Aceptar lo que ha pasado. No negar la realidad. — Intentar comprender lo que ha sucedido con perspectiva. Intentar alejar la imagen del escenario mental usando, por ejemplo, técnicas como el EMDR. Es un abordaje psicoterapeútico y una técnica empleada para trabajar el trastorno de estrés postraumatico.
      • El miedo, en principio un mecanismo primario de defensa, se puede convertir en nuestro gran enemigo y perturbar nuestra percepción de la vida. El temeroso percibe su entorno como algo hostil, que le altera y le convierte en un ser vulnerable a todo. Uno precisa tener miedo a ciertas cosas para no lanzarse a todo tipo de periplos y aventuras sin medida.
      • La ansiedad, cuando se asienta, tiene un efecto terrible en el organismo. La gestión de las emociones es básica para el equilibrio personal. El centro del miedo se encuentra en la amígdala cerebral. Tiene una gran capacidad para almacenar recuerdos emotivos y reacciona dependiendo de las emociones que surgen. 
      • La mayoría de las circunstancias que activan el miedo en nuestra mente son aprendidas, Cuando el cerebro percibe toda la realidad como amenazante esto es debido a que el sistema de alerta se ha hiperactivado.
      • Una persona con la amígdala afectada o dañada tiene problemas serios para detectar la alarma, el peligro o el riesgo.
      • El secuestro amigdalar —Amygdala Hijack— sobre inteligencia emocional, se refiere a aquellas respuestas emocionales que surgen de forma abrupta y exagerada. Recibido un estímulo, la reacción del cuerpo resulta excesiva y explosiva. El individuo que responde de esta forma se encuentra anulado por sus emociones.
      CÓMO HACER FRENTE A UN «SECUESTRO DE LA AMÍGDALA»
      • 1. ANALIZA ¿Qué estimulo es el que te dispara?
      • 2. ¿QUÉ SUCEDE EN TU CUERPO?
      • 3. FÍJATE EN ALGUIEN DE TU ENTORNO A QUIEN ADMIRES. ¿Cómo reacciona en situaciones parecidas? Tener un modelo de identidad en quien buscar referencia en momentos difíciles es una gran ayuda.
      • 4. ¡CORTACIRCUITA ESE BUCLE EXPLOSIVO! intenta respirar profundamente, lanza un mensaje positivo a tu mente, un ¡tú puedes! y ¡adelante! La mente precisa aproximadamente entre uno y dos minutos para desbloquear un estado emocional tóxico, por lo tanto, cualquier victoria, por pequeña que sea, se acerca al triunfo.
      • 5. PIDE PERDÓN. En esos instantes de descontrol uno reacciona mal y dice cosas que no piensa realmente. Ten la humildad necesaria para disculparte, e intentar solventar el posible daño causado. Perdónate a ti mismo.
      • Muchas personas solo con tener la seguridad de llevar en el bolsillo esa medicación logran sobreponerse al ataque de pánico sin necesidad de tomársela. 
      • El control de la respiración[11], con los ojos cerrados y prestando atención a cada una de las sensaciones del cuerpo, es una de las medidas más eficaces para estimular el funcionamiento del sistema nervioso parasimpático. Cuando uno consigue mantener su atención enfocada en la respiración, en el presente, en el aquí y el ahora, desechando cualquier pensamiento que le dirija hacia el pasado o le enfoque hacia el futuro, va logrando poco a poco, con cada respiración relajarse. 
      Unas sencillas claves para afrontar tus miedos y la ansiedad son: 
      • — Aprende a reconocerlos. Sé consciente. No los anules, ni ocultes; toda emoción reprimida retorna por la puerta trasera.
      • Toda emoción viene precedida de un pensamiento. Totalmente cierto. Cuando estoy dándole vueltas a algo es cuando me altero.
      • Si ansías algo con fuerza, serás capaz de visualizarlo. La pareja también?
      • Es fundamental abrir la mente. Si no activamos nuestra atención -y el SRAA- no veremos las posibilidades que se despliegan. Si en cambio vamos con actitud receptiva, optimista y con fe, seremos capaces de entender lo que nos sucede para darle un significado a nuestras experiencias.
      • Ahora comienza a entrenar tu atención: intenta fijarte en cosas positivas de tu entorno. Observa algo valioso, objetivamente bueno, y durante un minuto, repite cosas positivas sobre ello. Te sorprenderás. Prueba a hacerlo con personas. Hay mucho bueno que no percibes porque tienes bloqueada esa zona de tu mente,
      • Sentimos lo que pensamos. ' Si digo "me siento bien", experimento bienestar y paz. Si afirmo " me siento sano", mejoro mi salud; y si por el contrario manifiesto "me siento solo", experimento soledad.
      • Estudio: escribir sobre emociones positivas. Los investigadores hallaron una correlación entre las emociones positivas vertidas en esas notas autobiográficas y la longevidad: el 90 por 100 en las que se habían cuantificado mayor número de emociones positivas seguía con vida a los 85 años.
      • También descubrieron que las personas que expresaban más pensamientos o tenían una mayor riqueza de vocabulario tenían una menor posibilidad de desarrollar algún tipo de demencia senil pasados los 85 años, edad en la que el riesgo de alzheimer está en torno al 50 %.
      • Llegamos a una conclusión muy interesante: la senilidad y el envejecimiento mental no parecen inevitables, aunque seamos muy ancianos. La clave parece residir en las emociones positivas.
      • Vivimos en una sociedad que nos incita a bloquear y anular las emociones. Esto se debe a que parece que sentir o emocionarse es un signo de debilidad o de falta de fortaleza. En ocasiones parece que resulta inadecuado y poco apropiado expresar lo que uno siente, sobre todo si tiene un componente emotivo.
      LA ACTITUD COMO FACTOR CLAVE EN LA SALUD
      • Una actitud adecuada y sana puede ser la medicina natural más poderosa a nuestro alcance, y quizá la menos tenida en cuenta.
      • Aprende a sacar lo más valioso de tu interior. El que anula sus emociones acaba siendo una versión empeorada de sí mismo, una versión descafeinada, sin capacidad de ilusionarse por nada.
      • Los hábitos negativos impactan en la longitud del telómero (cronómetro del envejecimiento celular) . Hablamos del estrés, la alimentación, la obesidad, el sedentarismo, la soledad, la contaminación o incluso los problemas del sueño.
      • SALIR DEL BUCLE. Cuando te bloquees o temas perder el control, cuando el estrés te invada, tu cabeza se agote o tu cuerpo no responda, respira, pon el corazón, repite a tu mente mensajes de paz y crecimiento y saldrás del bucle.
      • No es corriendo y de forma apresurada como se llega al trasfondo y a la belleza de la vida. No me he de apresurar en las relaciones.
      LA ERA DIGITAL
      • Facebook se creó para explotar una vulnerabilidad de la psicología del ser humano: la retroalimentación de la validación social. 
      • ¿Qué sucede en el cerebro cada vez que vemos un like? El universo de la pantalla está afectando profundamente la manera en la que nos relacionamos. 
      • Toda adicción tiene una base molecular y fisiológica conocida desde hace muchos años: la dopamina, hormona encargada del placer. Actúa en el instante en el que se interactúa con el objeto de placer -sexo, alcohol, drogas o redes sociales- y el los instantes previos - muchas veces se anticipa al placer y es un activador de motivación. En ocasiones, genera un vacío posterior, provocando una necesidad de volver a consumir ese  producto al poco tiempo.
      PENSAMIENTOS POSITIVOS
      Vamos a dar unas pautas concretas para frenar los pensamientos negativos en cascada. Disfrutar de la vida exige ser capaces de relativizar lo negativo y saber disfrutar de las cosas pequeñas. Vivir en constante alerta, angustia o tristes impide encontrar la paz y el equilibrio imprescindibles para ser felices. Para evitar las preocupaciones hay que sustituir esos pensamientos por ocupaciones o ideas constructivas y positivas. inconsciente. Me encanta esta frase atribuida a Van Gogh: «Si una voz interior te dice ¡no pintes!, pinta con fuerza y acallarás esa voz».

      Los pensamientos negativos tienen un impacto tóxico cuyos efectos pueden durar en el cuerpo varias horas. Vivir enganchado a un pensamiento tóxico recurrente angustia, alterando el funcionamiento óptimo del organismo.

      UNAS IDEAS «SENCILLAS» PARA NO PREOCUPARSE TANTO… SALIR DEL BUCLE
      • Detente un segundo: ¿puede ser que mi mente me esté engañando, agrandando o distorsionando este tema? Acepta que esos pensamientos no siempre dicen la verdad. En ocasiones pueden ser correctos, pero en muchos otros casos falsean la realidad.
      • ¿cuál es mi estado de ánimo hoy? ¿Cuál es la causa del posible «bajón o momento sensible»? (sueño, drogas, cansancio, circunstancias externas…).
      • No traduzcas automáticamente cada pensamiento en palabras. Uno es dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras.
      • ¿He sido capaz de salir de esto que me preocupa (o de algo similar) en otros momentos? ¿Cuál fue el primer paso para salir de este bucle?
      • No presupongas lo que piensan los demás:
      • Háblate en positivo. Di algo sobre ti, que sea cierto y que te ayude a crecer en seguridad.
      • Agárrate al presente, a tu capacidad de actuar hoy y ahora.
      • Relativiza. Plantéate si lo que ahora parece decisivo tendrá importancia dentro de un año.
      • Busca lo positivo de cada situación. Cualquier circunstancia puede valorarse en clave de problema o en clave de solución.
      • Un pequeño consejo en momentos de bucle mental: escribe el torbellino de pensamientos en un papel y refútalos. Por ejemplo: «Mi cuñada me odia». Posteriormente replicar este pensamiento: «Hoy tiene un mal día, en general no es tan dura conmigo». Puede resultar un autoengaño, pero a la larga realizar este simple ejercicio tiene consecuencias saludables para la mente y para el cuerpo.
      • Que tu voz interior te apoye y no te anule. Cuidado con boicotearse, pues puede llevarte a fracasar antes incluso de haber iniciado tus propósitos.

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