viernes, 29 de abril de 2016

¿Mejor no tener expectativas de nadie para evitar la frustración?



Todos tenemos expectativas sobre cómo van a ser las personas, cómo van a ocurrir las cosas. Esperamos un comportamiento determinado de nuestras parejas, de los colegas de trabajo, de nuestros hijos, de nuestros padres, de nuestros amigos y si creemos que nos fallan,  que no actúan como deseamos, entonces sobreviene la frustración.

Todo el mundo tiene derecho a ser como es, los demás no son clones nuestros, entonces ¿por qué esta angustia cuando alguien no responde a nuestras expectativas? ¿Es sano romper con alguien o enfadarse porque no ha cumplido nuestras expectativas, no nos ha respondido como deseábamos, no ha hecho lo esperado? ¿Hemos entonces de acabar la relación con esa persona? Y si decidimos terminar con la amistad, la pareja, ¿estamos terminando con una relación tóxica, estamos huyendo porque no toleramos la frustración o es que estamos viendo una realidad distorsionada por nuestras creencias irracionales? 

¿Debemos renunciar a esperar nada de nadie, para evitar la frustración, ya que somos diferentes, ellos tienen su punta de vista y nosotros el nuestro, y los dos son respetables? ¿No es la renuncia a cualquier expectativa un permiso para que nos maltraten? 

¿Cómo sabemos que nuestras expectativas no son correctas, que estamos pidiendo demasiado? ¿Dónde está el umbral entre el sentido común y la distorsión?

ALGUNAS FRASES QUE NOS HARÁN PENSAR
  • Si me he defraudo por lo que esperaba de alguien, es mi responsabilidad aceptar que era mi creencia, mi expectativa, la que yo me he creado. La otra persona está en su derecho de no corresponder a lo que yo esperaba de ella
  • Al entender el proceso y mecanismo de nuestras expectativas, vamos restándoles importancia, comprendiendo, siendo más compasivos y flexibles. Vamos aceptando y amando a las personas y a nosotros mismos por lo que son, por lo que somos, con nuestros errores y aciertos. Nos permitimos ser como necesitemos ser, permitimos a los demás ser como necesiten ser y como quieran ser. (Las Expectativas nos aseguran frustración, La Mente es Maravillosa). 
  • “No vemos las cosas como son, sino como somos”   -Krishnamurti-
  • Según las perspectivas construccionistas en psicología, la “realidad” es una construcción hasta cierto punto por quién la observa. Por lo tanto, es subjetiva. Todo cuanto vemos y observamos, pasa a través de nuestro filtro personal, el cual se encuentra constituido por nuestros valores, creencias, experiencias, características biológicas, relacionales y psicológicas, además del contexto cultural vigente del momento. 
  • Por lo tanto, de acuerdo con esto, nunca se llegará a conocer la realidad tal cual es, pues siempre será observada a través de los ojos del observador.  Entonces, ¿significa esto que hay muchas realidades? De acuerdo al construccionismo, sí. Tantas como personas hay en este mundo
  • Esta perspectiva puede ayudarnos en nuestro día a día, sobre todo con las relaciones que mantenemos con los demás. Ya que cada vez que entablemos una conversación o una discusión con otra persona, podemos intentar comprender su punto de vista, teniendo en cuenta cómo ella construye la realidad en base a sus valores, creencias, experiencias, etc
  • Así, conseguiremos un mejor entendimiento, abandonando esa postura tan rígida que a veces tenemos los seres humanos de intentar llevar al otro por nuestro camino, convenciéndole de que lo que pensamos es la verdad más absoluta y objetiva de todas. (Realidad versus Expectativa. La Mente es Maravillosa). 
El Semanal de El País tiene un artículo muy interesante sobre cómo nos influyen las expectativas de los demás:
  • Desafortunadamente tenemos la costumbre de formarnos ideas negativas de las personas que nos rodean: nos fijamos más en sus fallos y en sus errores, y menos en sus talentos y virtudes. Con lo cual proyectamos imágenes negativas que dificultan nuestra comunicación y provocan que a la persona le sea más difícil expresarse con naturalidad y desde su talento, haciéndolo desde sus inseguridades y temores.
  • "La profecía de un suceso lleva al suceso de la profecía” PAUL WATZLAWICK
  • Cuando la comunicación está encallada, debido a las imágenes negativas formadas de unos y otros, podemos buscar preguntas que faciliten un cambio de visión. ¿Qué ha hecho bien esta persona (en el último año)? Recuerde un momento en que logró algo, o un momento en el que expresó una de sus cualidades. Piense en aquello mejor de ella, en lo que le da vida, en su núcleo vital positivo
  • Si nos centramos en ese potencial, en lo que nos motiva, en lo mejor de cada uno, desbloqueamos situaciones encalladas. Aprender a desarrollar la capacidad afirmativa, la de reconocer y apreciar los logros de los demás, nos ayuda en este proceso. Es la habilidad de ver lo que otros son capaces de hacer y fortalecerlos para que lo hagan. Es también reconocer nuestros logros y fortalecer nuestras capacidades.
  • Para cambiar podemos centrarnos en lo que no va bien, en lo erróneo, y minimizarlo, o bien centrarnos en lo que va bien, lo correcto, y maximizarlo. La capacidad afirmativa se centra en esta segunda opción, que está demostrado que presenta el doble de efectividad.
  • Veamos cómo podemos aplicar la capacidad afirmativa en nuestras relaciones. Si tenemos la tendencia de fijarnos en los errores y fallos del otro, nos desesperamos. La imagen del error del otro hace sentir rabia y las expectativas son negativas, esperando lo peor. Pero con esa actitud solo condiciono a que se repita el mismo patrón de conducta. En cambio, si vemos lo mejor de las personas con quienes interactuamos y nos centramos en imágenes positivas de los demás, expresaremos lo mejor de nosotros mismos y avanzaremos en mantener relaciones saludables.
  • Cuando la imagen que nos hemos formado de otra persona es positiva, esta imagen nos sirve como un radar que aumenta nuestra capacidad de percibir los éxitos del otro, nos ayuda a recordar los aspectos positivos en lugar de los negativos, y cuando las situaciones son ambiguas, tomamos en cuenta las posibilidades positivas en lugar de las negativas. “Es bastante posible que la capacidad afirmativa de sintonizar a nivel cognitivo con los aspectos más positivos de otro ser humano sea, en realidad, una capacidad humana extraordinaria”, afirma Cooperrider.
  • Atraemos hacia nosotros aquello que deseamos o rechazamos según el poder de nuestras expectativas y creencias. Pongamos atención a los miedos que tenemos porque atraemos hacia nosotros aquello que tememos. Si tiene miedo a equivocarse, tiene muchas más probabilidades de equivocarse. Del mismo modo, prestemos atención a lo que creemos, puesto que nuestras creencias influyen directamente en la realidad que vivimos. Si cree que no podrá, será cierto y no podrá. Si cree que podrá, también será cierto y podrá. A esto se le denomina la profecía autocumplida, una expectativa que incita a las personas a actuar de formas que hacen que lo que esperan se convierta en realidad.
  • En definitiva, se trata de prestar atención a las imágenes que nos hemos formado de las personas con quienes convivimos o trabajamos, cómo han influido en las creencias y expectativas que tenemos de ellas y de qué manera esto afecta a nuestra conducta para con ellos y la realidad que construimos. Es decir, que si la imagen que nos hemos formado del otro es negativa, estamos precondicionados.
  • Naturalmente, hay que atreverse a cambiar nuestra imagen negativa, por ejemplo de alguien cercano, para comprobar que funciona y que marca una gran diferencia en nuestras vidas. Procuremos ver alguna de sus virtudes, cualidades o talentos. Fortalezcamos una imagen positiva. Si lo creemos, funcionará. Porque el poder de nuestras creencias influye directamente en la realidad que construimos.