martes, 31 de julio de 2018

El Poder del Ahora


Recientemente me he leído este libro que fue un éxito de ventas hace años. Tenía curiosidad el porqué de su éxito y cómo es que hay personas a las que les ha cambiado la vida la lectura de este libro. El libro vale la pena, aunque veces es espeso y cuesta de seguir pero en su mayor parte se entiende bien y tiene un punto de vista de ver la vida que vale la pena considerar.

Éstas son algunas de las opiniones de algunos lectores:
  • Un libro de cabecera. Lo compré y fue mi tabla de salvación en un momento muy duro de mi vida.
  • Me encanta. Un libro profundo e interesante para poder centrarnos en lo más importante, y disfrutar cada momento de la vida, sin que nos afecten tanto los problemas. Propone distanciarnos del pensamiento que puede no resultar sencillo.
  • Este libro me ha cambiado la vida. He ganado equilibrio y tranquilidad interior. La relación con la pareja está muy estable ahora. El autor ha conseguido lo que no han podido ningún psicólogo conmigo. 
  • Comienza el cambio. La esencia que lo caracteriza es la del mindfulness, una práctica que tiene múltiples beneficios para la salud física y mental. 
  • Muy buen libro. Se basa en disfrutar del presente sin agobiarse por el pasado ni preocuparse del futuro, ya que, de hecho, lo único que se tiene es el ahora. Puede parecer repetitivo, pero es simplemente para que quede grabado el mensaje. 
  • Lo recomiendo 100% . Este libro me cambió la vida. Ni un médico ni psicólogos ni nadie profesional supo darme una solución a mi problema de nervios, ansiedad y cefalea tensional. Este libro es una pasada y lo recomiendo al 100% para todos, sufran o no crisis de ansiedad u otro problema. Este libro nos enseña a vivir en el presente, pues es lo único que existe.


lunes, 30 de julio de 2018

Incapacidad de dejar de pensar: una enfermedad terrible

Ser incapaz de dejar de pensar es una enfermedad terrible, pero no nos damos cuenta de ella porque casi todo el mundo la sufre y se considera algo normal. Este ruido mental incesante te impide encontrar el reino de quietud interior que es inseparable del Ser.

Pensar se ha convertido en una enfermedad. La enfermedad se produce cuando las cosas no están en equilibrio.

Por ejemplo, el proceso de multiplicación y división celular dentro del cuerpo no es nada malo, pero cuando las células proliferan sin tener en cuenta la totalidad del organismo, tenemos una enfermedad. El pensamiento incesante produce esclavitud. Entonces eres esclavo de tu mente. Ella te domina, te utiliza, no tú a ella.

Si no podemos liberarnos de nuestros pensamientos cuando deseamos, si no podemos "apagar" nuestra mente, es que somos esclavos de ella. Entonces es cuando tenemos pensamientos involuntarios en la cabeza que no podemos parar,  monólogos o diálogos continuos. Es bastante habitual que su propia voz interna sea el peor enemigo de la persona. Muchos viven con un torturador en su cabeza que les ataca y les castiga, agotando su energía vital.

Según Eckhart Tolle, entre el 80 y el 90 por ciento del pensamiento de la mayoría de la gente es inútil y repetitivo y, teniendo en cuenta su naturaleza disfuncional y a menudo negativa, buena parte de él también es dañino. El parloteo mental produce un serio desgaste de tu energía vital. El pensamiento compulsivo es, en realidad, una adicción.

Pero hay buenas nuevas: puedes liberarte de tu mente, que es la única verdadera liberación.

domingo, 29 de julio de 2018

Puedes liberarte de tu mente, de los pensamientos involuntarios.

Para liberarte de tu mente has de prestar una atención especial a cualquier patrón de pensamiento repetitivo, a esos viejos discos de gramófono que pueden haber estado dando vueltas en tu cabeza durante años. Esto es lo que llamo «observar al pensador».

Cuando escuches esa voz, escúchala imparcialmente. Es decir, no juzgues. La voz está allí y yo estoy aquí, observándola. Esta sensación de tu propia presencia, no es un pensamiento. Surge de
más allá de la mente. Así, cuando escuchas un pensamiento, no sólo eres consciente del pensamiento, sino también de ti mismo como testigo del pensamiento. De este modo el pensamiento pierde su poder sobre ti y se disuelve rápidamente. Es el principio del fin del pensamiento compulsivo e involuntario.

Con la práctica, la sensación de quietud y de paz se va ahondando. A medida que profundizas en este reino de la no-mente, como a veces se le denomina en Oriente, vas alcanzando el estado de  conciencia pura.

También puedes crear una apertura en la corriente mental por el simple hecho de dirigir el foco de tu atención al ahora. Basta con que te hagas intensamente consciente del momento presente. Creas una brecha sin mente en la que estás muy alerta y consciente, pero no piensas. Ésta es la esencia de la
meditación. Puedes practicar esto en tu vida cotidiana tomando cualquier actividad rutinaria, por ejemplo, cada vez que subas o bajes las escaleras en tu casa o en tu puesto de trabajo, presta mucha atención a cada escalón, a cada movimiento, incluso a tu respiración. O cuando te laves las manos, presta atención a todas las percepciones sensoriales asociadas con esa actividad: el
sonido y la sensación del agua, el movimiento de tus manos, el aroma del jabón, etc.  O cuando entres en tu coche, después de cerrar la puerta, deténte durante unos segundos y observa el flujo de tu
respiración. Toma conciencia de una silenciosa pero intensa sensación de presencia. Hay un criterio que te permite medir el éxito logrado en esta práctica: el grado de paz que sientas en tu interior.

De modo que el paso más vital en tu camino hacia la iluminación es éste: aprende a no identificarte con tu mente.

sábado, 28 de julio de 2018

Atrapado en las emociones

La mente, tal como yo uso la palabra, no es únicamente el pensamiento. Incluye también las emociones y las pautas de reacción inconscientes, tanto mentales como emocionales.

La emoción surge en el punto donde cuerpo y mente se encuentran. Es la reacción del cuerpo a la mente o, dicho de otra forma, el reflejo de la mente en el cuerpo. Por ejemplo, un pensamiento de ataque o un pensamiento hostil creará una acumulación de energía corporal a la que llamamos enfado.

Cuanto más te identificas con el pensamiento, con lo que te gusta o disgusta, con tus juicios e interpretaciones, es decir, cuanto menos presente estás como conciencia observante, más fuerte es la carga de energía emocional, seas consciente de ella o no.

Si te es difícil sentir tus emociones, empieza por enfocar la atención en el campo energético interno de tu cuerpo. Siente el cuerpo desde dentro.

Una emoción es el reflejo de la mente en el cuerpo. Pero a veces hay un conflicto entre ambas: la
mente dice «no» mientras la emoción dice «sí», o al revés. Si realmente quieres conocer tu mente, el cuerpo siempre te dará un reflejo fiel; Si existe un conflicto aparente entre ambos, el pensamiento es el que miente y la emoción dice la verdad.

Pensamientos versus conciencia

Pensamiento y conciencia no son sinónimos. El pensamiento sólo es un aspecto menor de la conciencia.

Iluminación significa elevarse por encima del pensamiento, no volver a caer a un nivel por debajo del
pensamiento, el nivel del animal o de la planta. En el estado de iluminación sigues usando la mente cuando la necesitas, pero de un modo mucho más enfocado y eficaz que antes. La empleas principalmente con fines prácticos, pero eres libre del diálogo interno involuntario.

La no-mente es conciencia sin pensamiento. Sólo la no-mente permite pensar creativamente, porque da al pensamiento un poder real. Todos los verdaderos artistas, lo sepan o no, crean desde un lugar de no-mente, desde la quietud interna.

viernes, 27 de julio de 2018

Observar nuestras emociones

Puedes dejar que la emoción esté ahí sin ser controlado por ella. Ya no eres la emoción; eres el observador, la presencia que mira. Observar nuestras emociones es tan importante como observar nuestros pensamientos? Adquiere el hábito de preguntarte: ¿Qué está pasando dentro de mí en este momento?

Una emoción quiere apoderarse de ti y normalmente lo consigue, a menos que haya suficiente presencia en ti. Te ves arrastrado a la identificación inconsciente con la emoción por tu falta de presencia, lo cual es normal, la emoción se convierte temporalmente en «ti».

A menudo se crea un círculo vicioso entre el pensamiento y la emoción, que se nutren mutuamente. El patrón de pensamiento crea un reflejo agrandado de sí mismo en forma de emoción, y la frecuencia vibratoria de la emoción alimenta el patrón de pensamiento original.

jueves, 26 de julio de 2018

La ley de los opuestos en las emociones

Básicamente, todas las emociones son modificaciones de una emoción primordial. Se parece bastante al «miedo» y, aparte de la sensación de estar bajo una amenaza continua, también incluye una marcada impresión de abandono y falta de plenitud, «dolor».

Una de las principales tareas de la mente es luchar contra el dolor emocional e intentar doblegarlo,
pero lo único que consigue es encubrir el dolor temporalmente. De hecho, cuanto más lucha la mente por liberarse del dolor, mayor es éste. La mente nunca puede encontrar una solución y tampoco puede permitir que tú la encuentres, porque ella misma es parte intrínseca del «problema».
Imagina a un jefe de policía intentando encontrar a un pirómano, cuando el pirómano es el propio jefe de policía.

No te liberarás del dolor hasta que dejes de derivar tu sentido de identidad de la identificación con la mente, es decir, con el ego.

El amor, la alegría y la paz no pueden florecer hasta que te has liberado del dominio de la mente. Pero no son lo que yo llamaría emociones. Están más allá de las emociones, a un nivel mucho más profundo. El amor, la alegría y la paz son profundos estados de Ser o, más bien, tres aspectos del estado de conexión interna con el Ser. Como tales, no tienen opuesto.

Las emociones, sin embargo, siendo parte de la mente dualista, están sujetas a la ley de opuestos. Lo que a veces se llama equivocadamente alegría suele ser el lado placentero y generalmente fugaz de un ciclo que alterna entre placer y dolor.

El placer siempre se deriva de algo externo a ti, mientras que la alegría surge de dentro. El placer se irá y su ausencia también te producirá dolor. lo que denominamos amor puede ser placentero y excitante durante algún tiempo, pero es un apego adictivo, un estado de extrema necesidad que puede convertirse en su opuesto en un abrir y cerrar de ojos.

El verdadero amor no te hace sufrir. ¿Cómo podría? El verdadero amor no se convierte repentinamente en odio, y la verdadera alegría tampoco se convierte en dolor.

Manténte presente. Sé un observador de la mente. El dolor es inevitable mientras sigas identificándote con tu mente. Me refiero básicamente al dolor emocional, que también es la principal causa del dolor físico y de las enfermedades físicas.

El resentimiento, el odio, la autocompasión, la culpabilidad, la ira, la depresión, los celos, e incluso la menor irritación…, todos ellos son formas de dolor.

Cada placer o cumbre emocional contiene dentro de sí la semilla del dolor: su opuesto inseparable, que se manifestará con el tiempo.


Tú no eres tu dolor

Di siempre «sí» al momento presente.

El momento presente a veces es desagradable, inaceptable u horrible. Es como es. Observa cómo tu mente le pone una etiqueta y cómo ese proceso de etiquetar, ese continuo juicio, crea dolor e infelicidad.

Observando la mecánica de la mente sales fuera de sus patrones de resistencia,

Acepta; y después actúa. Acepta cualquier cosa que contenga el momento presente como si la hubieras elegido.

Mientras no seas capaz de acceder al poder del ahora, cada dolor emocional que experimentas deja tras de sí un residuo de sufrimiento que vive en ti. Se mezcla con el dolor del pasado que ya estaba allí, alojándose en tu cuerpo y en tu mente.

Este dolor acumulado es un campo de energía negativa que ocupa tu cuerpo y tu mente.

Algunas personas viven casi totalmente a través de su cuerpo de dolor, Cualquier cosa puede activarlo, pero resuena especialmente con los dolores del pasado. Cuando está preparado para despertar de su estado latente, un pensamiento o un comentario inocente hecho por alguien cercano a ti puede ser suficiente para activarlo.

Cuando se ha apropiado de ti, el cuerpo-dolor crea una situación en tu vida que refleja su propia frecuencia energética para poder alimentarse de ella. El dolor sólo puede alimentarse de dolor. El dolor no puede alimentarse de alegría; le resulta totalmente indigesta.

En cuanto el cuerpo de dolor se apropia de ti, quieres más dolor. Te conviertes en una víctima o en un agresor.


Quieres causar dolor, sufrirlo, o ambas cosas. En realidad no hay mucha diferencia entre ambas.

Como no eres consciente de lo que haces, afirmarás vehementemente que no quieres sufrir. Pero si miras de cerca, verás que tu manera de comportarte y tu forma de pensar están diseñadas para perpetuar el dolor, tanto para ti mismo como para los demás.

El cuerpo-dolor, que es la oscura sombra proyectada por el ego, en realidad teme la luz de tu conciencia. Tiene miedo de que lo descubras. Su supervivencia depende de que sigas identificándote inconscientemente con él,

Pero si no lo afrontas, si no llevas la luz de tu conciencia al dolor, te verás obligado a revivirlo una y otra vez.

El cuerpo-dolor no quiere que lo observes directamente y lo veas como es. En el momento que lo observas, en cuanto sientes su campo energético dentro de ti y llevas tu atención hacia él, la identificación se rompe. Ha aparecido una dimensión superior de conciencia.

Ahora eres el testigo u observador del cuerpo-dolor. Esto significa que ya no puede usarte pretendiendo ser tú, ya no puede alimentarse a través de ti. Has encontrado tu mayor fuerza interior. Has accedido al poder del ahora.

No puedes luchar contra la oscuridad, tampoco puedes luchar contra el cuerpo-dolor. Si lo intentaras crearías más conflicto interno y prolongarías el dolor. Basta con observarlo.

Cuando empiezas a dejar de identificarte y te conviertes en el observador, el cuerpo-dolor sigue operando durante cierto tiempo e intenta engañarte para que vuelvas a identificarte con él. Aunque ya no le das energía mediante la identificación, tiene cierta inercia,

En este estadio puede crear tensiones en distintos puntos. Mantente presente, mantente consciente.

Tienes que estar lo suficientemente atento como para observar el cuerpo-dolor directamente y sentir su energía. Entonces no podrá controlar tu pensamiento. En cuanto tu pensamiento se alinea con el campo energético de tu cuerpo-dolor, te identificas con él y vuelves a alimentarlo con tus pensamientos.

Por ejemplo, si la vibración energética predominante del cuerpo-dolor es la ira y cultivas pensamientos iracundos en los que te repites lo que alguien te hizo y cómo le vas a responder, entonces te has vuelto inconsciente y el cuerpo-dolor se ha convertido en «ti».

La atención consciente sostenida corta el vínculo entre el cuerpo-dolor y tu proceso de pensamiento,

Permitidme resumir el proceso. Enfoca tu atención en lo que sientes dentro de ti. Identifica el cuerpo-dolor y acepta que está ahí. No pienses en él, no dejes que el sentimiento se convierta en pensamiento. No juzgues ni analices. No te fabriques una identidad con el dolor. Mantente presente y continúa siendo un observador de lo que ocurre dentro de ti. Toma conciencia no sólo del dolor emocional, sino también de «aquel que lo observa», el testigo silencioso, tú.


Éste es el poder del ahora, el poder de tu propia presencia consciente. Observa qué ocurre a continuación.

miércoles, 25 de julio de 2018

Deja de crear dolor

Tu dolor tiene dos niveles: el dolor que creas ahora y el dolor del pasado que aún vive en tu cuerpo y en tu mente. A continuación hablaré de cómo dejar de crear dolor en el presente y disolver el dolor del pasado.

El dolor que creas en el ahora siempre surge de una falta de aceptación, de una resistencia inconsciente a lo que es. Como pensamiento, la resistencia es un juicio de algún tipo. Como emoción, la resistencia es algún tipo de negatividad.

La mente siempre trata de negar el ahora y de escapar de él. En otras palabras: cuanto más te identificas con tu mente, más sufres.

Si no deseas crear más dolor para ti mismo ni para los demás, si no quieres añadir más dolor al residuo del pasado que aún vive en ti, no crees más tiempo,

¿Cómo dejar de crear tiempo? Date cuenta inequívocamente de que el momento presente es lo único que tienes. Haz del ahora el centro fundamental de tu vida.

martes, 24 de julio de 2018

Placer de ser infeliz

Puede ser que tengas intensas resistencias internas a soltar la identificación con tu dolor. Esto ocurrirá particularmente si has vivido muy identificado con tu cuerpo-dolor durante casi toda tu vida, y toda o la mayor parte de tu identidad está invertida en él. Esto significa que a partir del cuerpo-dolor te has fabricado un yo infeliz y te identificas con esa ficción mental. En tal
caso, el miedo inconsciente a perder tu identidad creará una fuerte resistencia a cualquier desidentificaciónEn otras palabras, preferirás sentir dolor —ser el cuerpo-dolor— que dar un salto a lo desconocido y arriesgarte a perder tu familiar identidad desgraciada.

Observa el peculiar placer que te proporciona ser infeliz. Observa la tendencia compulsiva a hablar o a pensar en tu desdicha.

Tú eres el único que puedes hacerlo. Nadie puede hacerlo por ti. Pero si tienes la suerte de encontrar a alguien que es intensamente consciente, si puedes estar con esa persona y unirte a ella en el estado de presencia, eso te ayudará y acelerará las cosas. Una de las funciones del profesor espiritual es ser ese fuego.

No evitas meter la mano en el fuego porque le tengas miedo, sino porque sabes que te quemarías. No necesitas tener miedo para evitar peligros innecesarios; basta un mínimo de inteligencia y
sentido común. En asuntos tan prácticos, es útil aplicar las lecciones aprendidas en el pasado.

Ahora bien, si alguien te amenazara con fuego o con violencia física, posiblemente sentirías miedo.
pero éste no es el estado de miedo psicológico que estamos comentando aquí. El estado de miedo psicológico está divorciado de cualquier peligro real e inmediato. El miedo psicológico del que hablamos siempre se refiere a algo que podría ocurrir, no a algo que ya está ocurriendo. Tú estás en el aquí y ahora, mientras que tu mente está en el futuro. Esto crea una brecha de ansiedad.


Y si te has identificado con tu mente y has perdido el poder y la simplicidad del ahora, esa brecha de ansiedad será tu constante compañera.

Siempre puedes afrontar el momento presente, pero no puedes afrontar algo que sólo es una proyección mental; no puedes afrontar el futuro. Además, mientras sigas identificándote con tu mente, el ego dirigirá tu vida,

lunes, 23 de julio de 2018

El origen del miedo

¿Qué mensaje recibe continuamente el cuerpo desde el ego, desde ese falso yo fabricado por la mente?: Peligro, estoy amenazado. ¿Y qué emoción genera este mensaje continuo? Miedo, por supuesto.

El miedo parece tener muchas causas: miedo a la pérdida, miedo al fracaso, miedo a que nos hieran, y así sucesivamente; pero, en definitiva, todos los miedos pueden resumirse en el miedo del ego a la muerte, a la aniquilación.

El miedo a la muerte afecta a todos los aspectos de tu vida. Por ejemplo, algo tan aparentemente trivial y «normal» como la necesidad compulsiva de tener razón en una discusión y demostrar que el otro está equivocado —defender la posición mental con la que te has identificado— se debe al miedo a la muerte.

Por tanto, tú, como ego, no puedes permitirte estar equivocado. Equivocarse es morir. Esto ha motivado muchas guerras y ha causado la ruptura de innumerables relaciones.

Cuando dejas de identificarte con la mente, el hecho de tener razón o estar equivocado es indiferente para tu sentido de identidad; de modo que esa necesidad compulsiva, apremiante y profundamente inconsciente de tener razón, que es una forma de violencia, deja de estar presente.

Puedes expresar cómo te sientes y lo que piensas con claridad y firmeza, pero no estará teñido de agresividad ni actitud defensiva.

El poder sobre los demás es debilidad disfrazada de fuerza.


domingo, 22 de julio de 2018

No dejes que la mente te controle

Otro aspecto del dolor emocional que forma parte intrínseca de la mente egotista (del ego) es una profunda sensación de falta de totalidad o de carencia, de no estar completo.

La persona a menudo entrará en una búsqueda compulsiva de gratificación para el ego y de cosas con las que identificarse para llenar el agujero que siente dentro. Así, tratará de conseguir posesiones, dinero, éxito, poder, reconocimiento o una relación especial para sentirse mejor consigo misma, para sentirse más completa. Como el ego es un sentido de identidad derivado de las cosas externas, necesita identificarse con ellas.

Las identificaciones más habituales del ego guardan relación con las posesiones, con el trabajo, con el estatus y reconocimiento social, con el conocimiento y la educación, con la apariencia física, con las habilidades personales, con las relaciones, con la historia personal y familiar, con los sistemas de creencias y también con las identificaciones colectivas: nacionales, raciales, religiosas y otras. Ninguna de estas identificaciones es tú.

Llegarás a saber la verdad de mi afirmación por ti mismo. A más tardar, lo sabrás cuando sientas que la muerte se acerca. La muerte te desnuda de todo lo que no eres tú. El secreto de la vida es «morir antes de morir» y descubrir que no hay muerte.

Los problemas de la mente no pueden resolverse en el nivel mental. Estudiar las complejidades de la mente puede convertirte en un buen psicólogo, pero eso no te llevará más allá de la mente, del mismo modo que el estudio de la locura no es suficiente para generar la cordura.

Las necesidades del ego son inacabables. El ego se siente vulnerable y amenazado; por eso vive en un estado de miedo y necesidad.

No necesitas crearte un complejo problema personal. Si lo haces, el ego estará encantado. Siempre está buscando algo a lo que aferrarse para sostener y fortalecer su sentido de identidad ilusorio, y se quedará pegado rápidamente a tus problemas.

Cuando reconoces que la raíz de la inconsciencia está en la identificación con la mente, en la que obviamente se incluyen las emociones, puedes salir de ella.

La mente, en sí misma, no es disfuncional. Es una herramienta maravillosa. La disfunción se instaura cuando buscas tu sentido de identidad en ella y la confundes contigo. Entonces se convierte en la mente egotista y se adueña de tu vida.

La clave es ésta: acaba con la ilusión del tiempo. Tiempo y mente son inseparables.

sábado, 21 de julio de 2018

Atrapado en el tiempo

Estar identificado con la mente es estar atrapado en el tiempo: vives compulsivamente, y casi exclusivamente, mediante el recuerdo y la anticipación. Esto produce una preocupación interminable por el pasado y el futuro, y una falta de disposición a honrar y reconocer el momento presente y permitir que sea.

El tiempo no tiene nada de precioso, porque es una ilusión. Lo que percibes como precioso no es el tiempo, sino un punto que está fuera del tiempo: el ahora. Ése sí que es precioso.

¿Por qué es lo más precioso? En primer lugar, porque es lo único que hay. Es todo lo que hay.

Nada ocurrió nunca en el pasado; ocurrió en el ahora. Nada ocurrirá nunca en el futuro; ocurrirá en el ahora. Lo que piensas que es el pasado es un registro almacenado en la mente de un ahora anterior.

El pasado y el futuro no tienen realidad propia. Del mismo modo que la Luna no tiene luz propia y sólo puede reflejar la luz del Sol, el pasado y el futuro sólo son pálidos reflejos de la luz, el poder y la realidad del eterno presente.

La razón por la que a algunas personas les gusta practicar deportes de riesgo, como la escalada, las carreras de coches y otros parecidos es que, aunque no sean conscientes de ello, esa actividad les obliga a estar en el ahora: en ese intenso estado de gran vivacidad en el que se está libre del tiempo, libre de problemas, libre de pensamientos, libre de las cargas de la personalidad.

Pero no hace falta que te pongas a escalar la cara norte del Eiger. Puedes entrar en ese estado ahora.

Desde la antigüedad, los maestros espirituales han apuntado hacia el ahora como la clave de la dimensión espiritual. Estar tan plenamente, tan completamente en el presente que ningún problema o sufrimiento, nada que no sea quien eres en esencia, pueda sobrevivir en ti.

viernes, 20 de julio de 2018

El observador silencioso

Convierte en práctica retirar la atención que prestas al pasado y al futuro cuando no sean necesarios. Si el futuro imaginario es mejor, te da esperanza o expectativas placenteras. Si es peor, crea ansiedad. Ambas son ilusorias.

En cuanto eres capaz de observar tu mente, ya no estás atrapado en ella. Mantente presente como observador de tu mente, de tus pensamientos y emociones, así como de tus reacciones a las diversas situaciones.

Interésate al menos tanto por tus reacciones como por la situación o persona que te hace reaccionar.

Cuántas veces tu atención se va al pasado o al futuro. No juzgues ni analices lo que observas. Contempla el pensamiento, siente la emoción, observa la reacción. No las conviertas en un problema personal.

Se necesita una intensa presencia cuando ciertas situaciones provocan una reacción muy cargada de emoción, como cuando tu autoimagen se ve amenazada, cuando te topas con un desafío existencial que te da miedo, cuando las cosas «van mal» o surge un complejo emocional del pasado.
La reacción o la emoción se apodera de ti; te «conviertes» en ella. Eres el actor que la representa pero no eres tú; es una pauta reactiva, es la mente en su modalidad habitual de supervivencia.

La identificación con la mente da a ésta más energía; la observación le resta energía.

jueves, 19 de julio de 2018

El tiempo de reloj versus el tiempo psicológico

Aprende a usar el tiempo en los aspectos prácticos de tu vida —podemos denominarlo el «tiempo del reloj», pero regresa inmediatamente a la conciencia del presente cuando esos asuntos prácticos estén resueltos.

El tiempo del reloj no se limita a concertar una cita o planear un viaje. También incluye aprender del pasado para no repetir los mismos errores una y otra vez; establecer objetivos y avanzar hacia ellos. Cualquier lección del pasado se vuelve relevante ahora y se aplica en el ahora. Cualquier planificación y esfuerzo por conseguir un objetivo particular se hace ahora.

El principal foco de atención de la persona iluminada está siempre en el ahora, continúa usando el tiempo del reloj, pero es libre del tiempo psicológico.

Mantente alerta para no transformar el tiempo del reloj en tiempo psicológico. Por ejemplo: si cometiste un error en el pasado y aprendes de él ahora, estás usando el tiempo del reloj. Por otra parte, si te centras mentalmente en el error de modo que surgen la autocrítica, el rencor o
la culpa, entonces estás convirtiéndolo en parte de tu «yo», lo estás haciendo «tuyo».

Negarse a perdonar, siempre implica una pesada carga de tiempo psicológico. Si te marcas un objetivo y avanzas hacia él, estás usando el tiempo del reloj. valoras y das la máxima atención al paso que estás dando en este momento. Si te centras excesivamente en el objetivo dejas de honrar el ahora. Entonces se queda reducido a un simple paso intermedio sin valor intrínseco que te permite acceder al futuro. El tiempo del reloj se convierte en tiempo psicológico.

Tu camino de vida deja de ser una aventura y se reduce a una necesidad obsesiva de llegar, de alcanzar, de «lograrlo». Dejas de mirar y de oler las flores que están a los lados del camino y dejas de interesarte por la belleza y el milagro de la vida que se desarrolla a tu alrededor cuando estás presente en el ahora.

No te quedará ninguna duda de que el tiempo psicológico es una enfermedad mental si observas sus
manifestaciones colectivas. Toman la forma, por ejemplo, de ideologías como el comunismo, el nacional-socialismo o cualquier nacionalismo, o rígidos sistemas de creencias religiosas
y, en consecuencia, el fin justifica los medios. El fin es una idea. A menudo los medios empleados para llegar a ese futuro ideal pasan por la esclavitud, la tortura y el asesinato de  mucha gente en el presente.

50 millones de personas fueron asesinadas para hacer progresar la causa comunista, para traer un mundo mejor en Rusia, China y otros países. Éste es un ejemplo escalofriante de cómo la creencia en un cielo futuro crea un infierno en el presente. ¿Puede caber alguna duda de que el tiempo psicológico es una enfermedad mental seria y peligrosa?


Normalmente el futuro es una réplica del pasado. Puede haber cambios superficiales, pero una transformación real es rara.

Lo que percibes como futuro es parte intrínseca de tu estado de conciencia ahora. Si tu mente lleva una pesada carga del pasado, experimentarás más de lo mismo. Podrías ganar muchos millones, pero un cambio de esa clase es muy superficial. Seguirías repitiendo las mismas pautas condicionadas en un entorno más lujoso.

A la mayoría de la gente le cuesta creer en la posibilidad de un estado de conciencia totalmente libre de negatividad. Sin embargo, ése es el estado de liberación al que apuntan todas las enseñanzas espirituales. Es la promesa de salvación, no en un futuro ilusorio, sino aquí y ahora.

Quizá te cueste reconocer que el tiempo es la causa de tus sufrimientos y de tus problemas. Crees que están causados por situaciones específicas de tu vida. Pero hasta que no enfrentas la disfunción fundamental de la mente —su apego al pasado y al futuro y su negación del ahora—, en realidad los problemas son intercambiables.

En lugar de hablar de tu «vida» deberías ser más preciso y hablar de tu «situación de vida», que está hecha de tiempo psicológico: pasado y futuro. Ciertas cosas del pasado no fueron como deseabas. Aún sigues resistiéndote a lo ocurrido en el pasado, y ahora te estás resistiendo a lo que es. Lo que te hace seguir adelante es la esperanza, pero la esperanza hace que estés enfocado en el futuro, y ese enfoque permanente perpetúa tu negación del ahora, y por tanto tu infelicidad.



miércoles, 18 de julio de 2018

Presta atención a tu vida, no a tu situación de vida

Olvídate de tu situación de vida durante un tiempo y presta atención a tu vida. Cuando estás lleno de problemas no hay espacio para que pueda entrar nada nuevo, no hay lugar para una solución.

Por eso, cuando puedas, date espacio, crea el espacio que te permita encontrar la corriente de vida que subyace a tu situación de vida.

Emplea tus sentidos plenamente. Trata de estar donde estás. Mira a tu alrededor. Simplemente mira, sin interpretar. Observa la luz, las formas, los colores, las texturas. Sé consciente de la presencia silenciosa de cada cosa. Sé consciente del espacio que permite que cada cosa sea. Escucha los sonidos; no los juzgues. Escucha el silencio debajo de los sonidos. Toca algo —cualquier cosa— y siente y reconoce su Ser. Observa el ritmo de tu respiración; siente cómo fluye el aire dentro y fuera, siente la energía de vida dentro de tu cuerpo. Permite que todo sea, tanto dentro como fuera. Permite y reconoce la «cualidad» de las cosas. Entra profundamente en el ahora.


No se trata de resolver tus problemas. Más bien se trata de que te des cuenta de que no hay problemas. Sólo hay situaciones, situaciones que han de ser afrontadas o que han de dejarse como están y aceptarse como parte de la «cualidad» de este momento hasta que cambien o puedan tratarse de algún modo.

O llevas en tu mente la pesada carga de un centenar de cosas que tendrás que hacer en el futuro, en lugar de centrar tu atención en lo único que puedes hacer ahora.

Cuando creas un problema, creas dolor. Basta con hacer una simple elección, con tomar una simple decisión: pase lo que pase, no generaré más dolor para mí mismo. No me crearé más problemas. Si no generas más dolor para ti mismo, tampoco lo generarás para los demás.

Ante una verdadera emergencia, la mente se para; estás totalmente presente en el ahora y algo infinitamente más poderoso asume el control. Por eso hay tantas historias de personas corrientes que de repente son capaces de hacer actos increíblemente heroicos.

Buena parte de lo que la gente dice, piensa o hace está motivado por el miedo, que siempre requiere orientarse hacia el futuro y desvincularse del ahora.



martes, 17 de julio de 2018

El estado normal la mayoría de personas

La mayoría de la gente alterna únicamente entre la inconsciencia ordinaria y la inconsciencia profunda. La inconsciencia ordinaria es estar identificado con tus emociones y procesos de pensamiento, con tus reacciones, deseos y aversiones. Es el estado normal de la mayoría de la gente. No es un estado de dolor o infelicidad agudos, sino de incomodidad, descontento, aburrimiento o nervios casi continuos: una especie de ruido de fondo. Mucha gente hace uso del alcohol, las drogas, el sexo, la comida, el trabajo, la televisión o incluso ir de compras como anestésicos, en un intento inconsciente de apartar esa incomodidad básica.

La incomodidad de la inconsciencia ordinaria se convierte en el dolor de la inconsciencia profunda —un estado de sufrimiento o infelicidad más agudo y evidente—

Los desafíos de la vida son tus pruebas. Tu manera de lidiar con ellas es el único indicador válido que te mostrará y mostrará a los demás cuál es tu verdadero nivel de conciencia,

Por tanto, es esencial llevar más conciencia a tu vida en las situaciones ordinarias, cuando todo va relativamente bien. Así irá creciendo el poder de tu presencia, Ninguna inconsciencia ni negatividad, ninguna discordia o violencia podrán entrar en ese campo y sobrevivir,

Cuando aprendes a ser testigo de tus pensamientos y emociones, te das cuenta de que muy pocas veces te sientes verdaderamente cómodo contigo mismo, si es que te ocurre alguna vez. A nivel mental, encontrarás abundantes resistencias en forma de juicios, descontento y proyecciones
mentales que te alejan del ahora. A nivel emocional, notarás una corriente subterránea de incomodidad, tensión, aburrimiento o nervios.

«¿Por qué estáis siempre ansiosos?», preguntaba Jesús a sus discípulos. «¿Puede la ansiedad añadir un solo día a vuestra vida?» Y el Buda enseñó que la raíz del sufrimiento se halla en nuestro constante desear y anhelar.


Esta disfunción colectiva de la resistencia al ahora está intrínsecamente conectada con la pérdida de conciencia del Ser, y forma la base de nuestra deshumanizada civilización industrial.

Acostúmbrate a hacer un seguimiento de tu estado emocional y mental mediante la autoobservación. Puedes plantearte frecuentemente es: «¿Estoy relajado en este momento?». O también puedes preguntarte: «¿Qué está ocurriendo dentro de mí en este instante?».

Si consigues que lo de dentro esté bien, lo de fuera encajará en su lugar.

Dirige tu atención hacia dentro. Mira dentro de ti. ¿Qué tipo de pensamientos está produciendo tu mente? ¿Qué sientes? Dirige tu atención al cuerpo. ¿Notas alguna tensión?


El «cómo» siempre es más importante que el «qué».

Para notar si te has dejado atrapar por el tiempo psicológico, puedes usar un criterio
muy simple. Basta con preguntarse: ¿Hay alegría, fluidez y ligereza en lo que estoy haciendo? Si no la hay, el tiempo encubre el momento presente y percibimos la vida como una carga o como un esfuerzo. Si no hay alegría, fluidez o ligereza en lo que haces, eso no significa necesariamente que tengas que cambiar lo que haces. A veces basta con cambiar la manera de hacerlo.

El «cómo» siempre es más importante que el «qué». Trata de conceder mucha más atención a lo que haces que al resultado que esperas obtener. En cuanto honras el momento presente, toda infelicidad y esfuerzo se disuelven, y la vida empieza a fluir con alegría y suavidad.

Por tanto, no te preocupes por el fruto de tus acciones: mantente atento a la acción misma. El fruto ya vendrá cuando corresponda. El desapego del fruto de la acción recibe el nombre de karma yoga.


Ya no dependes del futuro para conseguir la satisfacción o la realización; no buscas en él la salvación. Por lo tanto, no te apegas a los resultados. Ni el éxito ni el fracaso pueden cambiar el estado de tu Ser interno.

Cuando tu sentido de identidad se deriva del Ser, cuando te liberas del «devenir» como necesidad psicológica, ni tu felicidad ni tu sentido de identidad dependen de los resultados, y por tanto estás libre del miedo. No pides que las situaciones, condiciones, lugares o personas te hagan feliz y después sufres si no responden a tus expectativas.

lunes, 16 de julio de 2018

La liberación de la infelicidad

¿Te disgusta hacer lo que haces? Tal vez te disguste tu trabajo; o puede que hayas aceptado hacer algo y estés haciéndolo,

¿Sientes un resentimiento no expresado hacia alguna persona cercana? ¿Eres consciente de que la energía que emanas tiene unos efectos tan dañinos que te contamina y contamina a los que te rodean?

Mira detenidamente en tu interior. ¿Existe algún rastro, por pequeño que sea, de resentimiento o de mala disposición? Si lo hay, obsérvalo tanto a nivel mental como emocional. ¿Qué pensamientos crea tu mente en torno a esa situación? Después observa la emoción, que es la reacción
corporal a esos pensamientos. Siente la emoción. ¿Te resulta agradable o desagradable?

¿Tienes elección? Quizá se están aprovechando de ti, tal vez estás haciendo un trabajo tedioso, quizá alguien cercano a ti es deshonesto, irritante o inconsciente, pero todo eso es irrelevante. Es indiferente que los pensamientos y las emociones que te provoca esa situación estén justificados. El hecho es que te estás resistiendo a lo que es. Deja de hacer lo que estás haciendo, habla con la persona implicada y exprésale claramente lo que sientes, o bien suelta la negatividad que tu mente ha creado en torno a la situación y que no sirve a otro propósito que el de fortalecer un falso sentido de identidad.

La negatividad nunca es la mejor manera de hacer frente a una situación. Cualquier cosa que hagas con energía negativa quedará contaminada por ella y con el tiempo producirá más
dolor, más infelicidad.

Además, cualquier estado interno negativo es contagioso: la infelicidad se transmite más fácilmente que las enfermedades físicas.  ¿Estás contaminando el mundo, o lo estás limpiando?
Lo mismo que ocurre dentro, sucede fuera.

¿Cómo podemos soltar la negatividad, tal como sugieres? Soltándola. ¿Cómo sueltas un trozo de carbón ardiente que te quema en la mano? ¿Cómo sueltas un equipaje pesado e inservible que estás llevando? Reconociendo que no quieres sufrir el dolor ni seguir llevando la carga, y después dejándola caer. Hay muchas pautas de inconsciencia ordinaria que puedes soltar cuando te das cuenta de que ya no las necesitas, cuando te das cuenta de que puedes elegir,

domingo, 15 de julio de 2018

Acepta tu estado negativo, reconócelo

Una vez que el patrón mental, la emoción o la reacción ya se han desencadenado, acéptalos.

Si tuvieras elección, si te dieras cuenta de que tienes elección, ¿qué elegirías: el sufrimiento o la alegría, la relajación o la incomodidad, la paz o el conflicto? ¿Elegirías un pensamiento o sentimiento que te alejara de tu estado natural de bienestar, de la alegría interna?

Sólo personas que están en un estado profundamente negativo, que se sienten muy mal, crearían una realidad así como reflejo de lo que sienten.

Cuando aceptas tu resentimiento, mal humor, enfado, etc., ya no estás obligado a expresarlos ciegamente, y es menos probable que los proyectes en los demás.

sábado, 14 de julio de 2018

Siguiente etapa: deja de crear emociones negativas

Después de haber practicado la aceptación durante cierto tiempo, como tú la has practicado, llega un momento en que tienes que pasar a la etapa siguiente, en la que dejas de crear esas emociones negativas. Si no lo haces, tu «aceptación» se convierte en una etiqueta mental que permite a tu ego continuar cayendo en la infelicidad y fortalecer su separación de los demás, de tu entorno, de tu aquí y ahora.

Más ejemplos sobre la inconsciencia ordinariaTrata de pillarte quejándote, de palabra o pensamiento, de la situación en la que te encuentras, de lo que los demás dicen o hacen, de tu entorno, de tu situación de vida, incluso del tiempo. Quejarse siempre es no aceptar lo que es, y conlleva invariablemente una carga de inconsciencia y negatividad.

Por tanto, cambia la situación emprendiendo una acción o expresando lo que piensas siempre que sea posible o necesario; abandona la situación o acéptala. Lo demás es locura.


¿Estás resistiéndote a tu aquí y ahora? Algunas personas siempre prefieren estar en otra parte. Su «aquí» nunca es lo suficientemente bueno. Averigua si éste es tu caso mediante la auto-observación. Estés donde estés, estáte totalmente allí.



viernes, 13 de julio de 2018

Qué hacer si tu presente te resulta intolerable

Si tu aquí y ahora te resulta intolerable y te hace desgraciado, tienes tres opciones:

1- retirarte de la situación,
2- cambiarla o
3- aceptarla totalmente.

Si quieres asumir la responsabilidad de tu vida, debes elegir una de estas tres opciones, y debes elegirla ahora. Después acepta las consecuenciasSin excusas, sin negatividad, sin contaminación psíquica.


Normalmente es mejor hacer cualquier cosa que no hacer nada- Si cometes un error, al menos aprenderás algo, y así el error dejará de serlo.

Si permaneces atrapado, no aprendes nada. ¿Es el miedo lo que te impide tomar una decisión?
Reconoce el miedo, obsérvalo, pon tu atención en él. Ese reconocimiento sirve para cortar el vínculo entre el miedo y tu pensamiento. No dejes que el miedo llegue a tu mente.

jueves, 12 de julio de 2018

Rendición

Si verdaderamente no hay nada que puedas hacer para cambiar tu aquí y ahora, y tampoco puedes retirarte de la situación, entonces acepta totalmente que estás aquí y ahora abandonando toda resistencia interna.

De ese modo, el falso yo infeliz al que le encanta sentirse desgraciado, resentido o compadecerse de sí mismo no puede sobrevivir. A este acto se le denomina rendición. La rendición no es una muestra de debilidad; al contrario, requiere una gran fuerza. Sólo una persona que se ha rendido tiene poder espiritual. La rendición te permite liberarte internamente de la situación, y puede que entonces cambie sin esfuerzo por tu parte. Rindiéndote eres libre.

¿O hay algo que «deberías» estar haciendo y no estás haciendo? Ponte en marcha y hazlo ahora mismo.

Como alternativa, también puedes aceptar completamente tu inactividad, tu vagancia o pasividad del momento, si ésa es tu elección.  Disfrútalo. Sé tan vago o inactivo como puedas. Si entras en ello plena y conscientemente, pronto podrás salir. O tal vez no. En cualquier caso, no habrá conflicto interno, ni resistencia, ni negatividad.

miércoles, 11 de julio de 2018

La causa de la tensión

Lo que causa tensión es estar «aquí» queriendo estar «allí», o estar en el presente queriendo estar en el futuro.

Cuando te muevas, trabajes o corras, hazlo totalmente. Disfruta del flujo energético, disfruta de la elevada energía del momento. Ahora ya no estás estresado, ya no estás dividido en dos. Simplemente te estás moviendo, corriendo, trabajando, y estás disfrutando de ello. O puedes dejarlo todo y sentarte en un banco del parque. Pero si lo haces, observa tu mente. Es posible que te diga: «Deberías estar trabajando. Estás perdiendo el tiempo». Observa tu mente. Sonríele

Haz morir el pasado cada momento. No lo necesitas. Refiérete a él sólo cuando sea absolutamente relevante para el presente. Siente el poder de este momento y la plenitud del Ser. Siente tu presencia.

¿Estás preocupado? ¿Sueles pensar mucho en lo que pasaría si… ? Entonces estás identificado con tu mente, que se proyecta en una imaginaria situación futura y genera miedoNo hay modo de poder afrontar esa situación, porque no existe.

martes, 10 de julio de 2018

Toma conciencia del momento presente

Puedes parar esa locura que corroe la salud y la vida volviendo a tomar conciencia del momento presente. Siente la respiración. Siente el aire que fluye dentro y fuera de tu cuerpo. Siente tu campo de energía interna. Lo único que tienes que afrontar, con lo que tienes que lidiar en la vida real —en oposición a las proyecciones mentales imaginarias—, es este momento. Pregúntate qué «problema» tienes ahora mismono el año próximo, mañana o dentro de cinco minutos. ¿Qué está mal en este momento? Siempre puedes lidiar con el ahora, pero nunca podrás lidiar con el futuro, y tampoco tienes que hacerlo.

«Algún día lo conseguiré.» ¿Está tu atención tan absorta en los objetivos que reduces el momento presente a ser un medio para un fin? ¿Ha desaparecido la alegría de tus acciones?

¿Estás esperando para empezar a vivir? Si has desarrollado este patrón mental, independientemente de lo que hagas o consigas, el presente nunca será
suficientemente bueno; el futuro siempre parecerá mejorUna receta perfecta para la insatisfacción permanente y el descontento.

lunes, 9 de julio de 2018

Tu influencia sanadora y el resto de la gente

Tu influencia sanadora no se basa fundamentalmente en el hacer, sino en el ser. Todas las personas con las que entres en contacto se sentirán tocadas por tu presencia y afectadas por la paz que emanas, seas consciente de ello o no.

Cuando estás plenamente presente y la gente que te rodea muestra una conducta inconsciente, no sientes la necesidad de reaccionar a ella porque no le concedes el carácter de realidad.

Tu paz es tan profunda y vasta que cualquier cosa que no sea paz desaparece en su seno como si nunca hubiera existido. Esto rompe el ciclo kármico de acción y reacción.

Tu forma de ser transforma el mundo más poderosamente que lo que dices; es más esencial aún que tus acciones. Si una persona hambrienta te da pan y tú lo tienes, se lo darás. Pero lo realmente importante es el momento de compartir el Ser, del que el pan es un símbolo. Una profunda sanación tiene lugar en ese momento, en el que nadie da y nadie recibe. El verdadero cambio ocurre dentro, no fuera.

domingo, 8 de julio de 2018

No luches, los polos opuestos se atraen

Recuerda: así como no puedes luchar contra la oscuridad, tampoco puedes luchar contra la inconsciencia. Si tratas de hacerlo, los polos opuestos se fortalecerán todavía más. Te identificarás con una de las polaridades, y te verás arrasado hacia la inconsciencia.

Asegúrate de no albergar resistencias internas, ni odio, ni negatividad. No significa que tengas que soportar pasivamente cualquier situación en la que te encuentres sin hacer nada al respecto. Tampoco significa que dejes de hacer planes o de iniciar acciones positivas.

La rendición es una sabiduría simple pero profunda que implica ceder más que oponerse al flujo de la vida. Es renunciar a la resistencia interna a lo que es, que suele agudizarse cuando las cosas van mal, lo que significa que hay una distancia entre las demandas y rígidas expectativas de tu mente y lo que es. En esa brecha anida el dolor.

Tienes que rendirte si quieres eliminar el dolor y el sufrimiento de tu vida. La aceptación de lo que es te libera inmediatamente de tu identificación mental y vuelve a conectarse con el Ser. La resistencia ES la mente.

OJO! Resignación no es rendición. No tienes por qué aceptar una situación de vida desagradable o indeseable. Tampoco tienes que engañarte diciendo que no hay nada malo. No. Reconoces plenamente que quieres salir de esa situación, pero sin ponerle ninguna etiqueta mental. Por lo tanto, no hay resistencia, ni negatividad emocional. Aceptas el momento como es. Después te pones en acción y haces lo posible por salir de esa situación. Eso es lo que denomino acción positiva, que es mucho más eficaz que la acción negativa, surgida de la ira, desesperación o la frustración.

sábado, 7 de julio de 2018

Qué sucede si no te rindes

La no-rendición endurece tu forma psicológica, el caparazón del ego, creando así una fuerte sensación de separación. El mundo que te rodea, y en particular la gente, pueden resultarte amenazantes. Surge una necesidad compulsiva de destruir a los demás mediante juicios, y también la de competir y dominar. Hasta la naturaleza se convierte en tu enemigo, porque tus percepciones están gobernadas por el miedo.

La enfermedad mental que llamamos paranoia sólo es una forma más aguda de este estado de conciencia, normal pero disfuncional.

Y no sólo tu forma psicológica, sino también tu forma física, tu cuerpo se endurece y se pone rígido a causa de la resistencia. El libre flujo de energías corporales, que es esencial para la salud, queda muy restringido.

Cuando tu situación de vida te resulta insatisfactoria o intolerable, sólo si empiezas por rendirte podrás romper el patrón de resistencia inconsciente que perpetúa esa situación. La rendición es perfectamente compatible con la acción, con iniciar cambios o alcanzar objetivos, pero en el estado de rendición tu acción fluye desde una energía completamente diferente.

En el estado de rendición, ves con claridad lo que hay que hacer y empiezas a actuar. Aprende de la naturaleza: observa cómo se hace todo y cómo se despliega el milagro de la vida sin insatisfacción ni felicidad.  Ya no partes de un estado de reacción y resistencia.

Observa la situación y pregúntate: ¿Hay algo que pueda hacer para cambiar la situación, mejorarla o apartarme de ella? Si es así, emprende la acción apropiada. No te centres en las cien cosas que vas a tener que hacer en el futuro, sino en la única cosa que puedes hacer ahora. Eso no significa que no puedas planificar. Podría ocurrir que lo que tengas que hacer ahora sea planificar. Pero asegúrate de no empezar a proyectar "películas mentales", perdiendo de ese modo el ahora. Cualquier acción que emprendas puede no dar fruto inmediatamente. Hasta que lo haga, no te resistas a lo que es.

viernes, 6 de julio de 2018

La rendición no es "ya nada me importa"

No confundas la rendición con una actitud de "ya nada me puede molestar" o "las cosas ya no me importan". Si la miras de cerca, verás que tal actitud está teñida de negatividad en forma de resentimiento oculto, de modo que no es rendición, sino resistencia enmascarada.

Observa cómo tu mente crea la resistencia, etiqueta la situación, a ti mismo, a los demás. Observa el proceso de pensamiento implicado. Siente la energía de la emoción. Al centrar toda tu atención en el ahora, la resistencia inconsciente se hace consciente y  ése es su fin.

La negatividad, la infelicidad o el sufrimiento, sean del tipo que sea, y la resistencia siempre es inconsciente.  La rendición (energía espiritual) no está sujeta a la ley de polaridad (energía mental), que dicta que nada puede existir sin su opuesto, que no puede haber bien sin mal. Quienes funcionan con energía mental, que aún son la vasta mayoría de los pobladores de la Tierra, siguen sin darse cuenta de la existencia de la energía espiritual,que pertenece a otro orden de realidad.

jueves, 5 de julio de 2018

Rendición en las relaciones personales

Rendirte no significa permitir que te utilice la gente inconsciente. En absoluto. Es posible decir NO a una persona con firmeza y claridad o salir de una situación estando en un estado de no-resistencia. Cuando dices "no" a una persona, esa negativa no ha de venir de la reacción, sino de la intuición, de una toma de conciencia clara de lo que es correcto para ti en ese momento, Haz que sea un "no" no-reactivo, libre de toda negatividad, que no cree más sufrimiento.

Si no puedes rendirte, actúa inmediatamente: expresa tu queja, haz algo que pueda cambiar la situación, o retírate de ella. Asume la responsabilidad de tu vida. No te contamines con negatividad. La rendición hará que tus relaciones cambien profundamente. Si no puedes aceptar lo que es, eso implica que nunca puedes aceptar a las personas como son. Las juzgarás, las criticarás, las etiquetarás, las rechazarás o intentarás cambiarlas. Además, si siempre haces del ahora un medio para un fin futuro, también convertirás a cada persona con la que te encuentres en un medio para un fin. Observa lo que le ocurre a la posición mental de la otra persona cuando dejas de energetizarla mediante la resistencia, entonces empieza la verdadera comunicación.

No resistirse no significa no hacer nada. Lo único que implica es que la acción no va a ser reactiva. No te resistas a la fuerza del oponente. Cede para vencer.

miércoles, 4 de julio de 2018

El mundo es un reflejo de ti

La rendición no transforma lo que es directamente. La rendición te transforma a ti. Cuando tú te transformas, todo tu mundo se transforma, porque el mundo sólo es un reflejo.

Cuando estés enfermo o incapacitado, no te sientas fracasado, no te sientas culpable. No culpes a la vida por haberte tratado injustamente, pero tampoco te culpes a ti mismo. Todo eso son resistencias. Si tienes un enfermedad grave, úsala para iluminarte. Cualquier cosa mala que te pase en la vida, úsala para iluminarte. Retira tiempo de la enfermedad. No le des ningún pasado ni ningún futuro.

Podría parecer que la situación está creando el sufrimiento, pero en último término no es así: la responsabilidad es tu resistencia. Ríndete al dolor, a la desesperación, al miedo, a la soledad o a cualquier forma que adopte el sufrimiento. Obsérvalo sin etiquetarlo mentalmente. A continuación observa cómo el milagro de la rendición transmuta el sufrimiento en paz profunda, Ésta es tu crucifixión. Deja que se convierta en tu resurrección y ascensión.

Cuando sientes un dolor profundo, lo más probable es que te surja un fuerte impulso de escapar de él. No quieres sentir lo que sientes. Pero no hay escapatoria no hay salida. Puede que haya pseudoescapes: el trabajo, la bebida, las drogas, proyectar el dolor, pero no te liberan del dolor. Cuando niegas el dolor emocional, todo queda contaminado por él. Lo emites, pues es la energía que emana de ti, y los otros lo notarán.

martes, 3 de julio de 2018

Qué hacer cuando no hay escapatoria del dolor

Existe un camino que permite atravesar el dolor, por tanto, no te alejes de él. Siéntelo, ¡No pienses en él! Exprésalo si es necesario. Pon toda tu atención en lo que sientes, no en la persona, evento o situación que parece causarlo. Compadecerte de ti mismo y contar tu historia a los demás te mantendrá atrapado en el sufrimiento. Como es imposible huir del sentimiento, la única posibilidad de cambio es entrar en él. Puede que al principio te parezca un lugar oscuro y terrorífico, pero cuando sientas el impulso de huir de él, obsérvalo sin hace nada. Siente la pena, el miedo, la soledad, lo que estés sintiendo. Llegado a esta etapa, ya ha ocurrido la rendición.


lunes, 2 de julio de 2018

La mente se adhiere a lo conocido

Algunas personas se relacionan con otras con el mismo patrón de comportamiento que es hace daño, ¿por qué?  Porque la mente, al estar condicionada por el pasado, siempre trata de recrear lo que conoce, lo que le resulta familiar, aunque sea doloroso. La mente siempre se adhiere a o conocido.

Nadie elige la disfunción, el conflicto, el dolor. Ocurren porque no hay suficiente presencia para disolver el pasado. Siempre parece que la gente tiene una elección , pero eso es ilusorio mientras la mente dirija tu vida, mientras seas la mente. El estado de identificación con la mente es agudamente disfuncional. Es una forma de locura. Casi todo el mundo sufre esta enfermedad en distintos grados. Por este motivo es necesaria la rendición, aceptar lo que es.