domingo, 15 de diciembre de 2019

Para diculparse... también hay que saber



Me he dado cuenta por un mensaje que  he recibido de una persona que he conocido recientemente, Espero que no em jutgis pel Corsa.  Me estaba pidiendo disculpas por el coche que llevaba! Me prometía que el próximo coche que trairía no sería el coche de empresa de su hermano. Estaba muy preocupado por el tema, como si a mí me importara eso.

Entiendo, en parte, lo que decía el libro Tus Zonas Erróneas sobre las disculpas. Es una manera de despreciarse a uno mismo, porque te estás disculpando de ser como eres, estás buscando la aprobación de los demás, te estás subyugando a su valoración positiva, y en ese momento dejas de ser atractivo. Te hace parecer necesitado, inseguro, porque te disculpas por tu realidad (llevar el coche de empresa de tu hermano) o en otros casos, por expresar una opinión que a tu interlocutor no le ha sentado bien.

Todas las apologías son ruegos de perdón. Y las peticiones de perdón son formas de búsqueda de aprobación, como por ejemplo: "Yo sé que no me querrías si yo pensara realmente lo que te acabo de decir, así que, por favor, dime que todavía me aceptas. Disculparse es perder el tiempo. Si necesitas que otra persona te perdone para poder sentirte mejor, quiere decir que estás dejando que controlen
tus sentimientos. Y si puedes decidir no portarte de cierta manera y pensar que algunas expresiones de tu conducta no están bien, vivir disculpándose es un tipo de comportamiento enfermizo que otorga el control de uno mismo a un tercero. (de Tus Zonas Erróneas).

Cuando leí ésto por primera vez pensé que era exagerado, pero con lo que he pensado de este chico al pedirme disculpas por llevar el coche de su hermano, he pensado que algo de razón tenía  Ir detrás de una persona que no quiere estar contigo también es una forma de disculparte por ser como eres, de mostrar necesidad, inseguridad y aprobación, que es precisamente un repelente de la atracción, que aún aleja más al otro, y  para más inri, deja tu autoestima por los suelos, porque te sientes abandonad@, rechazad@. Disculparse es una manera de perseguir, y todo lo que persigues, huye. Y enviarle mensajes de amor a una persona que no te valora, es una manera de disculparse (perdona que no soy como tú quieres que sea, pero te envío este mensajes porque necesito que me quieras).

NO TE DISCULPES POR TU CIRCUNSTANCIA.
NO TE DISCULPES POR EXPRESAR TU OPINIÓN.

Ahora bien, qué dicen las revistas digitales sobre el tema de las disculpas?

Según la revista El Confidencial, estas son las reglas de oro a la hora de pedir perdón.

1) Corto y dulce
Lo mejor es que no te extiendas en disculpas muy largas. Es pedante y nada necesario. Además, corres el riesgo de que la otra persona acabe enfadándose más. Un perdón directo y breve es dos veces bueno. Recuerda que la clave es limar asperezas y que la otra persona sabe de tu arrepentimiento, además de allanar el terreno para una conversación futura más profunda.

2) No hables de ti.  Aquí el único protagonista es la persona ofendida, clávatelo a fuego. Frases como "estoy tan avergonzado" o "soy una persona horrible, me siento fatal" no harán más que agravar el problema. Si la parte dañada comienza a sentir la necesidad de consolarte, mal asunto. Solo discúlpate de forma sincera, y guarda tus emociones para una charla posterior.

3) No pidas que te perdonen. Olvídate de decir "¿me perdonas?" o "por favor, acepta mis disculpas". No estás en condición de exigir nada, recuerda que quien ha fallado aquí eres tú. La parte dañada verá si le sirven tus excusas o no, y debes darle el tiempo que estime necesario. Si solicitas su exculpación, parecerá que solo te has disculpado para sentirte tú mejor.

4) Di que te digan cómo arreglarlo. Recuerda que la protagonista es la persona ofendida, y debes hacer que se sienta como tal. Si el perdón no va a buen puerto siempre tienes la opción de pedir que te digan cómo restaurar el daño causado. "¿Qué puedo hacer para corregirlo /  remediarlo / compensarlo?" es la frase mágica. Si te dice que no puedes hacer nada, no insistas, retírate. Muchas veces, la persona ofendida solo necesita tiempo para digerir todo y pensar si te quiere seguir teniendo en su vida como antes de aquello.

5) Que sea de verdad
Para pedir perdón de forma eficaz es necesario ser consciente de que se ha hecho un daño importante al otro. Hay que ponerse en su lugar e intentar sentir el dolor que está sintiendo la persona dañada. Si tus disculpas no son sinceras, no servirá de nada. Un perdón de verdad y con sentimiento vale más que diez falsos. Recuerda: solo se trata de ser empático y de que el otro vea que de verdad lo estás sintiendo y te sientes mal por lo realizado.

6) Promete que no volverá a ocurrir
Al sentido "perdón" ha de sumarse un "no volverá a ocurrir". La confianza y amor que tenía el otro en ti está dañado por lo que has hecho, y darle un mínimo de seguridad en el futuro le hará más fácil perdonarte. No lo repitas, con una sola vez es suficiente. Y, como hemos dicho, dilo solo si lo sientes de verdad.

7) Nunca añadas un "pero"
La parte afectada solo quiere escuchar una disculpa sincera, así que no intentes buscar explicación o excusas que minicen el daño que has causado. Lo hecho, hecho está, y ahora no es el momento de dar justificaciones. "Lo siento pero no tenía opción" o "perdona pero no pensé que..." es un error garrafal que no hará más que agrandar el entuerto y teñir de falsedad tu excusa. Las explicaciones déjalas para la conversación posterior.

8) Tampoco un "si"
Ni pero, ni "si". "Lo siento si te ha molestado" o "perdona si sientes que fui desconsiderado..." son un error total. Es como si estuvieras diciendo que para ti no es ofensivo lo que has hecho, pero como a la otra persona le ha molestado pues te disculpas. Tu perdón acabará pareciendo superfalso.

Según la revista VIX, pedir disculpas fortalece las relaciones, y si no se hace, las consecuencias serán negativas:

...tener el hábito de no pedir disculpas después de una discusión puede tener un efecto perjudicial en la relación. Cuando no se hace, la otra persona puede sentir que no se toman en cuenta sus sentimientos.

Saber pedir perdón es esencial para fortalecer las relaciones. Es algo saludable poder reconocer cuando cometemos algún error, pero ese reconocimiento no significa castigarnos por lo que hicimos mal, sino todo lo contrario, demuestra valentía, aceptación y cariño.

La revista Protocolo cree que la disculpa no es un acto de humillación:

Disculparse es un acto de humildad, de respeto y de buena educación. Hay que aprender a disculparse. Disculparse no es un acto de humillación, como algunas personas creen, sino un acto de generosidad y de grandeza por parte de quien ejercita esta acción. Por ejemplo en el Reino Unido, le piden disculpas por cualquier tropezón, empujón, pisotón o cualquier otra torpeza por el estilo. Es algo natural y que ejercitan de forma espontánea.

Yo pienso que si lo puede llegar a ser una humillación y puede llegara a crear el efecto contrario, que no te quieran volver a ver, según como se haga.

La revista Euroresidentes da consejos de CÓMO DISCULPARSE:

Esperar el momento oportuno : Intentar disculparse cuando todavía se está furioso es buscar problemas, es mejor esperar a calmarse antes de disponerse a enterrar el hacha de guerra. Esta táctica tiene el beneficio añadido de que si esperamos lo suficiente, puede incluso que se disculpe antes la otra persona.

Ser perseverante : Si hemos hecho algo realmente malo, debemos estar preparados para la posibilidad de que nuestra disculpa no sea aceptada. En algunas circunstancias, “lo siento” suena realmente inadecuado, pero es todo lo que tenemos, por lo que hay que insistir. Repetir una y otra vez estas palabras puede aumentar el impacto de nuestra disculpa; también suele ayudar acompañar la disculpa con grandes gestos. Las flores son una elección popular y auto humillarse en público también suele funcionar bien.

Evitar tener que disculparse : Es fácil discutir y no solo con otros miembros de la familia; también con compañeros de trabajo, amigos o parejas. Las oportunidades de que se produzcan tiranteces son interminables. Lo ideal sería que raramente acabáramos llegando a un conflicto (y en caso de hacerlo, que fuese culpa de otro), pero en realidad, todos acabamos cayendo en el error en alguna ocasión. Puesto que no conviene vivir con heridas y resentimientos, en ocasiones no queda otro remedio que disculparse.