sábado, 11 de enero de 2014

Bajo el fuego de la crítica



Muchos episodios depresivos se ponen en marcha por culpa de una crítica externa: nuestra crítica interna puede desencadenarse  por la cáustica observación de alguna otra persona. Por ello, es importante manejar la desaprobación sin tomar una actitud defensiva ni perder la autoestima.


La crítica resulta más demoledora a unas personas que a otras, ¿a qué es debido? . La respuesta es simple: NO son las personas o sus comentarios lo que le molesta, sino los pensamientos negativos que se desencadenan, de los cuales USTED es el responsable. Nuestra reacción emocional será las consecuencia de estos pensamientos.

Normalmente, se dan tres tipos de errores mentales (distorsiones) cuando se activan estos pensamientos dañinos:

1- Generalización excesiva
2- Pensamiento todo-o-nada
3- Filtro Mental
4- Etiquetación, etc

El primer paso para superar el temor a la crítica tiene que ver con su propio proceso mental: aprenda a identificar los pensamientos negativos que experimenta cuando le critican. Luego escriba respuestas racionales que sean más razonables y menos perturbadoras.

Cuando la gente le critica, los comentarios que hacen pueden ser correctos o incorrectos. Si son incorrectos, usted no tiene razón alguna para sentirse mal. Se trata del error del otro, no del suyo.

Por otra parte, si la crítica es exacta, tampoco hay razón alguna para sentirse abrumado. No somos perfectos. Simplemente hemos de reconocer nuestro error y tomar las medidas necesarias para corregirlo.

Lo esencial del asunto es que sólo SUS pensamientos pueden angustiarle, y si usted aprende a PENSAR de una manera más realista, SE SENTIRÁ menos angustiado.

Ver también:

Paso 1 ante el ataque verbal: preguntas específicas. 

Paso 2 ante el ataque verbal: el desarme.

Paso 3 ante el ataque verbal: Negociación

Paso 1 ante el ataque verbal: preguntas específicas.


EMPATÍA.
Cuando alguien está atacándole o criticándole , puede que lo que diga el crítico sea correcto, incorrecto o parcialmente correcto. Pero no es prudente concentrarse en esa cuestión al principio. En cambio, plantee a esa persona una serie de preguntas específicas destinadas a averiguar exactamente lo que quiere decir. Trate de no emitir juicios o estar a la defensiva cuando hace las preguntas. Pida sin descanso más y más información específica. Trate de ve el mundo a través de los ojos del crítico. Si la persona le ataca con tópicos insultantes, pídale que sea más concreta y que indique exactamente qué es lo que le disgusta de usted. Esta maniobra inicial puede ayudarle mucho a sacarse de encima al crítico y a transformar una interacción ataque-defensa en otra de colaboración y respeto mutuo.

Al hacer preguntas específicas reduzco al mínimo la posibilidad de que me rechace. Además, al escucharlo le estoy prestando una atención especial para poder comprender la situación tal como la ve usted. Esta actitud tiende a diluir cualquier irritación y orientar el intercambio hacia la solución de los problemas en lugar de llevarlo a la atribución de culpas o el debate.

Ésta es la primera regla: aun cuando piense que la crítica es completamente injusta, responda con empatía haciendo preguntas específicas. Aunque le insulte, continúe haciendo preguntas. Este método frecuentemente calmará los rugidos del león y sentará las bases para crear una discusión más sensata.



Paso 2 ante el ataque verbal: desarmar al crítico

Si alguien le está atacando verbalmente, tiene usted tres opciones:

1- Resistir y devolver los disparos (esto suele terminar en guerra y destrucción mutua)
2- Escapar o tratar de esquivar las balas (esta actitud a menudo produce humillación y pérdida de autoestima)
3- Quedarse en el mismo sitio y desarmar hábilmente al oponente (la solución más satisfactoria)

¿Cómo se logra esto? Es simple: ya sea que su crítico tenga razón o esté equivocado, inicialmente busque , una manera de coincidir con él., admitiendo su error y buscando una alternativa.

Ahora, suponga que la persona que le está atacando le está haciendo críticas que para usted son injustas y en absoluto válidas. ¿Qué pasaría si resulta poco realista que usted cambie? Es fácil: usted puede coincidir en principio con la crítica o puede hallar una pizca de verdad en la afirmación y estar de acuerdo, o puede admitir que la aflicción de la persona es comprensible porque se basa en su manera de percibir la situación.

Éstas son las reglas del juego:

1- buscar la manera de coincidir con el adversario.
2- evitar los sarcasmos y las actitudes defensivas
3- decir siempre la verdad

De esta manera, el irritado crítico, por lo general habrá perdido ímpetu. Dado que yo no contraataco, sino que, por el contrario, busco la manera de coincidir con mi oponente, la persona parece quedarse rápidamente sin municiones: he logrado desarmarla.

Como práctica, puede escribir diálogos imaginarios entre usted y un crítico hostil, pensando cómo podría contestar.

Notará que usted tiene una tendencia profunda, casi irresistible, a defenderse cuando se le acusa injustamente. ERROR! Si usted cede ante esta tendencia, verá que la intensidad del ataque de su oponente aumentará.

Paso 3 ante el ataque verbal: devolución y negociación

Una vez que haya escuchado a su crítico, empleando el método de la empatía, y lo haya desarmado encontrando alguna manera de coincidir con él, se encontrará en condiciones de explicar su posición y sus emociones con tacto pero con firmeza, y de negociar cualquier diferencia real.

Supongamos que el crítico está absolutamente equivocado. ¿Cómo puede expresarlo sin ser destructivo? Se trata de algo sencillo: puede expresar su punto de vista objetivamente reconociendo que podría estar equivocado. Evite endilgarle etiquetas destructivas a su crítico.

Si el crítico sigue sermoneándole, reiterando una y otra vez el mismo tema, usted simplemente puede repetir su respuesta con cortesía pero con firmeza una y otra vez hasta que la persona se canse.

A veces la solución será algo intermedio. Quizá tenga que transigir en parte, pero si ha aplicado correctamente las técnicas de la empatía y el desarme, es probable que consiga más de lo que desea.

En muchas ocasiones usted estará totalmente equivocado y el crítico tendrá razón. En este caso el respeto de su crítico por usted probablemente aumentará. Entonces agradezca a la persona que le haya proporcionado la información y pida disculpas por cualquier daño que pudiera haberle causado.

Quizás usted piense que tiene derecho a defenderse cuando alguien le critica y se pregunta por qué debe quedar bien con la otra persona. ¿No es humano irritarse y perder los estribos?

Lo crucial de este método no estriba en expresar o no lo que siente, sino en la manera de hacerlo.  Si usted estalla, puede sentirse bien momentáneamente, pero a la larga puede que le perjudique y se ha privado de la posibilidad de aprender lo que el crítico estaba tratando de demostrarle. Y lo que es peor, usted puede llegar a experimentar una reacción depresiva y castigarse excesivamente por su ataque de malhumor.

martes, 7 de enero de 2014

Sentirse Bien Estando Solo

Las personas que no tienen pareja (llamadas ahora singles) tienen mayores dificultades cuando tienen tiempo libre, como los fines de semana o festivos. Estos momentos de soledad pueden llegar a ser insoportables y conducir a la depresión.

Un plan de actividades es una estrategia útil para superar la melancolía de la soledad que sobreviene los fines de semana.

Podemos planear ir a la peluquería, salir de compras, visitar un museo, leer un libro o pasear por un parque. El pan diario de actividades puede ayudarte para organizarte a combatir el letargo y la apatía.


En un principio es conveniente escribir un plan  por horas. Aún cuando sólo podamos realizar una parte del plan, el simple acto de crear un plan de acción para cada día puede resultar inmensamente útil.

Es contraproducente pensar que no tiene sentido hacer nada solos, ya que nos quedaremos en casa y entonces nos sentiremos desdichados.

Podemos incluir en nuestro plan de actividades algunas que realicemos solos y otras con compañía (amigos, familia). Quizás nos sorprendamos al ver que las cosas que hicimos solos fueron más gratificantes de lo que pensábamos. Además, cuando vamos solos es más fácil que conozcamos a alguien, sobretodo si son actividades "sociales" como patinar, in en bici, jugar a paddle o bailar salsa, por decir algunas.

En Barcelona puedes aprender a patinar gratis (http://www.patinarbarcelona.com/ o https://www.facebook.com/groups/Joaquimgalvez/) y también hay numerosas escuelas de salsa. Yo aprendí en la Antilla (http://www.antillasalsa.com/es/escuela.html).

(Si quieres saber más sobre este tema, te recomiendo el libro Sentirse Bien de David Burns, Una Nueva Terapia contra las Depresiones)

Siguiente entrada: Distorsiones cognitivas, la clave de nuestros problemas

Distorsiones Cognitivas, la clave de nuestros problemas



La mayoría de nuestros problemas emocionales los causamos nosotros mismos, vemos cosas donde no las hay, distorsionamos la realidad. Los psicólogos han clasificados estas distorsiones en 15 categorías, listadas a continuación.

Cuando tengamos problemas, es útil mirar esta lista y buscar alternativas a nuestra interpretación de los hechos.

DISTORSIONES COGNITIVAS
ALTERNATIVAS (MODIFICAR LAS DISTORSIONES COGNITIVAS)
1. Filtraje o Abstracción selectiva: usted elige un detalle negativo de cualquier situación y se fija exclusivamente en él, percibiendo así que toda la situación es negativa.

Cuando usted está deprimido, todo lo que permite entrar usted en su mente es negativo.
Buscar aspecto positivos de la situación.
2. Pensamiento polarizado (todo-o-nada)
Las cosas se valoran como buenas o malas, blancas o negras, olvidando grados intermedios. 

Esta manera de evaluar las cosas no es realista, porque la vida rara vez es completamente blanca o negra.  Si usted trata  de situar sus experiencias en categorías absolutas, a la fuerza estará constantemente deprimido, porque sus percepciones no se ajustarán a la realidad.

Graduar la situación. Preguntarse: ¿Entre esos dos extremos, hay grados intermedios? ¿Hasta qué porcentaje eso es así?

3. Sobregeneralización (generalización excesiva)
Sacar una conclusión general de un solo hecho particular sin base suficiente
Cuando usted generaliza en exceso, llega arbitrariamente a la conclusión de que algo que le ha ocurrido una vez volverá a sucederle una y otra vez.

Palabras que se suelen decir:
"Todo...Nadie...Nunca...Siempre...Todos...Ninguno"
Concretar y buscar pruebas. Preguntar:
¿Cuántas veces ha ocurrido eso realmente?, ¿Qué pruebas tengo para sacar esa conclusión? ¿Hay algún caso contrario a que eso sea siempre así?



4. Interpretación del pensamiento

Usted supone que otras personas le desprecian,  sin base alguna , y no se toma la molestia en comprobarlo.

Quizás usted responda a estas reacciones negativas imaginarias retrayéndose o contraatacando. Esta conducta contraproducente puede actuar como una profecía que se cumple a sí misma e iniciar una interacción negativa en una relación cuando en el fondo no pasaba nada.
Buscar pruebas, dejar de suponer. Preguntarse: ¿Qué pruebas tengo para suponer eso?, ¿Puedo hacer algo para comprobar si esa suposición es así? Indagar porqué la otra persona ha reaccionado de una manera que no le gusta.
5. Visión catastrofista
Adelantar acontecimientos de modo catastrofista para los intereses personales, en ponerse sin prueba alguna en lo peor para uno mismo. .Las palabras que se suelen decir son: 
¿Y si me ocurre a mi...tal cosa?".
Dejar de anticipar, centrarse en el presente y valorar posibilidades. Preguntarse: ¿Otras veces lo he pensado, y que ocurrió realmente?, ¿Qué posibilidades hay de que eso ocurra?


6. Personalización
Las palabras que se suelen decir son: 
"Lo dice por mi", "Hago esto mejor (o peor) que tal".


Buscar pruebas y efectos. Preguntar: ¿Compararme cuando salgo perdiendo, me ayuda en algo? ¿Qué pruebas tengo de que eso es así? ¿Tener menos de algo que otra persona, me convierte en menos persona, o en una persona con menos de eso (concreto)?
7. Todo / ningún control
O bien la persona se suele creer muy competente y responsable de todo lo que ocurre a su alrededor, o bien en el otro extremo se ve impotente y sin que tenga ningún control sobre los acontecimientos de su vida.
Las palabras que se suelen decir son: 
"No puedo hacer nada por...”, "Solo me sentiré bien si tal persona cambia tal", "Yo soy el responsable de todo...”
Buscar pruebas y otros motivos para el caso. Preguntarse: ¿Qué pruebas tengo para creer que eso depende solo de eso?, ¿Puede haber otras causas o motivos que hayan afectado a esto?






8. Justo / injusto
Valorar como injusto todo aquello que no coincide con nuestros deseos, 

Las palabras que se suelen decir son:  No hay derecho a...”, "Es injusto que...”, "Si de verdad tal, entonces...cual".
Dejar de confundir lo que se desea con lo justo. Escuchar los deseos de otros. Preguntarse: ¿Tiene esa persona derecho a una opinión distinta a la mía?, ¿Si las cosas no salen como quiero son injustas, o tan solo suceden de manera distinta a como me gustaría?

9. Si cambiase...
Creer que el bienestar de uno mismo depende de manera exclusiva de los actos de los demás. La persona suele creer que para cubrir sus necesidades son los otros quienes han de cambiar primero su conducta, ya que creen que dependen solo de aquellos
Comprobar si usted puede hacer algo, haga el otro algo o no. Preguntarse: ¿Qué pruebas tengo para creer que el cambio solo depende de esa persona?, Aunque eso no cambiase, ¿Podría hacer yo algo?


10. Lo pienso, luego es verdad 
Consiste en creer que lo que la persona siente emocionalmente es cierto necesariamente. Si una persona se siente irritado es porque alguien ha hecho algo para alterarle, si se siente ansioso es que hay un peligro real.
Descubrir el pensamiento automático que acompaña a la emoción y comprobarlo. Preguntarse: ¿Qué pensé para sentirme así? ¿Tengo pruebas para creer que eso es así siempre?

11. Etiquetación:
Cuando etiquetamos negativamente, globalizamos de manera general todos los aspectos de una persona o acontecimiento, reduciéndolo a un solo elemento. Esto produce una visión del mundo y las personas estereotipada e inflexible. 
Buscar casos que escapen a la etiqueta Preguntarse: ¿Yo soy así 100%, o hay otros aspectos de mi que escapen a esa etiqueta?. Hacer lo mismo cuando calificamos a otra persona.

Cambie su manera de hablarse a sí mismo: "cometí un error" en vez de "soy un fracaso".
12. Culpabilidad
Atribuir la responsabilidad de los acontecimientos bien totalmente a uno mismo, bien a otros, sin base suficiente y sin tener en cuenta otros factores que contribuyen a los acontecimientos.

Lo que hace la otra persona es finalmente responsabilidad suya, no de usted.
Buscar otros motivos o razones para el caso. Comprobar la utilidad. Preguntarse: ¿Qué pruebas tengo para creer eso?, ¿Puede haber otros motivos distintos a los que yo achaco a esto?, Culparme, ¿Qué problema cambia?
13. Deberias
Mantener reglas rígidas y exigentes sobre como tienen que suceder las cosas o cómo se tienen que comportar las personas.
Flexibilizar la regla. Comprobar su efecto. Preguntarse: ¿Qué pruebas tengo para decir que eso debe ser así necesariamente?. ¿Puedo comprobar si es tan grave si eso no ocurre como yo digo que debería ocurrir?
14. Tengo razón sí o sí
Tendencia a probar de manera frecuente, ante un desacuerdo con otra persona, que el punto de vista de uno es el correcto y cierto. No importa los argumentos del otro, simplemente se ignoran y no se escuchan
Dejar de centrarse solo en sí mismo. Escuchar al otro. Preguntarse:
¿Estoy escuchando realmente al otro?, ¿Tiene esa persona derecho a su punto de vista? ¿Puedo aprender algo de su punto de vista sin hacerme una idea prejuzgada de ella?
15. Ya se solucionará 
Tendencia a no buscar solución a problemas y dificultades actuales suponiendo que la situación mejorará "mágicamente" en el futuro, o uno tendrá una recompensa en el futuro si la deja tal cual.
Buscar las soluciones en el presente. Preguntarse: ¿Tengo pruebas para decir que no puedo hacer algo ya para cambiar esto?, ¿Qué podría ir haciendo ya?
16. Descalificar lo positivo

Transformar las experiencias neutras o incluso positivas en negativas.

Por ejemplo, cuando nos elogian, nos descalificamos "Quiere quedar bien y nada más".

La hipótesis que predomina en su pensamiento depresivo es "yo soy de segunda clase", "ha sido casualidad, no tiene importancia".

Anotar las cosas positivas que nos han dicho o nos han pasado  y desechar cualquier pensamiento negativo. Agradecer los cumplidos.
17. Error del adivino
Usted imagina que sus predicciones negativas como un hecho, aunque no sean realistas (no tiene evidencias).

Por ejemplo, usted piensa que su amigo le ignora porque no le responde su mensaje, pero quizás es que no le ha llegado.
Comprobar nuestros pensamientos preguntando a la otra persona.

Entradas relacionadas:

¿Quién le provoca la irritación?
Culpabilización
Etiquetado global
Generalización excesiva
Magnificación o catastrofismo
Exigencia excesiva
Conclusiones precipitadas o lectura de pensamiento
Pensamientos desencadenantes de la ira


jueves, 2 de enero de 2014

¿Cómo convenzo a mi hijo de que vaya al psicólogo?





Aquí hay diferentes argumentos que puedes utilizar para convencer a tu hijo o hija que vaya al psicólogo /a.

  • Los psicólogos no solamente tratan a personas que tengan algún tipo de trastorno mental sino también a personas que desean mejorar, superar sus dificultades y tener una vida plena y satisfactoria. 
  • No le van a decir lo que tiene que hacer, sino que le orientarán sobre diversas alternativas que por experiencia les ha funcionado a muchas personas. 
  • Al final, la persona será la que decida cómo desea sentirse y cómo desea llevar su vida. 
  • Pedirle  que considere qué es lo peor que le podría suceder si asiste a una cita con el psicólogo.
  • Vencer los pre-juicios sobre que el psicólogo se pondrá en su contra. Los psicólogos no suelen juzgar a las personas ni buscar culpables sino encontrar las mejores alternativas de solución para que la persona libremente pueda optar por la que considere más conveniente para su caso específico.
  • Puede resultar contraproducente insistirle o forzarle a hacer algo de lo que la persona no está convencida. Por lo tanto, se recomienda persuadirla de que el objetivo principal es el bienestar de todos los integrantes de la familia, que se trata de mejorar su calidad de vida, la cual aparentemente no debe ser muy satisfactoria para dicha persona en la actualidad y, como todos, deseará gozar de una vida tranquila y plena.
  • Motivar a la persona haciéndole comprender que la situación actual aún está a tiempo de poder ser solucionada. De lo contrario, los conflictos podrán incrementarse y luego podría resultar más complicado resolverlos conllevando incluso a otros problemas. 
  • Hacerle ver el daño que se está provocando a sí mismo y a los demás pero dejando claro que no es una mala persona sino sólo alguien que necesita ayuda. Vale aclarar que en ocasiones la persona no está muy interesada en los daños que se provoca a sí mismo pero en cambio, se preocupa por el daño que pueda hacerle a su pareja o a su familia. Entonces éste será el campo de batalla principal: mostrarle que la ayuda psicológica no sólo podría ayudarle a él mismo sino que también podría ayudar a ese otro significativo. Debemos tener presente que en esta técnica lo más importante es no denigrar a la persona sino mostrarle que necesita ayuda e incluso motivarlo diciéndole que su problemática tiene solución. Caso contrario podríamos causar más mal que bien.
  • Aprovechar los momentos t en los cuales la persona se percata que algo no está bien, esos instantes en que duda de sus comportamientos y se pregunta si sería posible eliminarlos.
  • Hacerle comprender que el psicólogo es un profesional que no sólo atiende las psicopatologías sino que también nos ayuda a encauzar la vida y a superar las dificultades. En este caso es importante puntualizar que el psicólogo no le juzgará ni le dirá lo que tiene que hacer. El psicólogo es sólo un profesional que le mostrará alternativas para solucionar su problema y le acompañará en el camino.
  • Dejarle la idea de que no pierde nada con acudir a una consulta; si no le agrada, siempre podrá buscar otro profesional.
  • No presionarle. A nadie le gusta sentirse presionado o pensar que otra persona se está inmiscuyendo en sus asuntos privados. Por ello, los argumentos que se usen deberán ser moderados en el tono emocional.
  • Detectar las verdaderas cosas que le son significativas a la persona porque éstas se podrán usar como un argumento que le convenza. Algunas personas pueden negarse a hacer las cosas por sí mismos pero lo harían por los otros o por mantener un trabajo o una pasión.
  • Explotar la disonancia cognitiva. Generalmente no soportamos la disonancia cognitiva, por ello, si una persona es muy flexible en su vida cotidiana, no soportará que le digamos que su falta de flexibilidad le impide ir al psicólogo. Una estrategia que no es la ideal pero que la persona asumirá como un desafío personal.

Si todas estas técnicas no funcionan siempre es posible encontrar profesionales que realicen una consulta a domicilio donde la persona y el psicólogo podrán llegar a un acuerdo para iniciar a recibir la terapia (o no).

Cuándo un adolescente necesita un psicólogo




Los adolescentes o los padres puede pedir ayuda psicológica cuando:
  • El estado de ánimo está afectando negativamente el funcionamiento en el ámbito escolar,  o social y/o se observan frecuentes arranques de ira y/o malhumor.
  • Si se presentan estados depresivos, mostrando una actitud negativa, con acompañado de falta o aumento de apetito, dificultad para dormir e ideas relacionadas con la muerte.
  • Cuando hay baja autoestima,  reproches, conductas autodestructivas o hay También cuando se observan conductas adictivas en relación al alcohol, las drogas y el uso de Internet.
  • Si existe desorientación vocacional, dificultad para encauzar la propia vida o enfermedades psicosomáticas como cefaleas, intensas gastritis, colon irritable y/o trastornos de alimentación como la anorexia, bulimia y obesidad también debiera consultarse.


Que el niño o adolescente no hable o lo haga en poca medida en una reunión (sea de iguales o de adultos), nos llama menos la atención que el hecho de que se pase cuatro horas ininterrumpidas delante de la pantalla de un ordenador navegando, y apartando, o dejando de lado temporal y consiguientemente otras obligaciones. Pudiendo llegar en ambos casos a dos tipos diferentes de problemas: uno de ansiedad social, por ejemplo, y otro de adicción no tóxica; en este caso, a Internet. Es cierto, mi hijo apenas habla con la familia.  En el primero de los casos “no llega”, y, en el segundo, “se pasa”. Pero en ambos está generando posibles o probables problemas psicológicos.

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Adicción al juego online

Atención e Investigación de Socioadicciones

Barcelona - C/ Forn 7-9 Local 08014 Barcelona - Tel. 93.301.30.24 Fax 93.301.87.44

Para concertar visitas llamar al Tel. 93.301.30.24

La persona con este problema se caracteriza por jugar online durante un tiempo excesivo, más de 3 horas diarias y esta conducta se mantiene aunque se vaya convirtiendo en una obsesión que va reportando graves consecuencias negativas (fracaso escolar, conflictos familiares…).

Es un problema más habitual en adolescentes y jóvenes pero no es exclusivo de esta franja de edad. Estas personas empiezan a jugar como una vía de escape y entretenimiento pero terminan necesitando jugar para no sentir malestar, nervios… con el tiempo se muestran incapaces de reducir el tiempo de juego o de mantenerse sin jugar.

Normalmente este tipo de problemas se da con los denominados juegos de rol online, estos juegos por sus características facilitan el “enganche” a ellos.

Señales de alarma

  • La necesidad de estar jugando durante más tiempo va aumentando de manera progresiva hasta que produce una total pérdida de control sobre el tiempo que se invierte. Los intentos de control o reducción son infructuosos, la persona se muestra incapaz, es superior a ella.

  • Una de las señales de alarma más importante es el progresivo aislamiento. La persona poco a poco deja de hacer cualquier actividad, no se relaciona con amigos y familia y prefiere mantenerse jugando.

  • Abandono de responsabilidades: el fracaso escolar es muy habitual en la gente más joven, comienza con una bajada del rendimiento pero finalmente puede darse un absentismo escolar. En las circunstancias más extremas el estudiante puede llegar a plantear a sus padres el abandono de los estudios y no por ello plantearse el acceso al mundo laboral, se quedan al margen de su desarrollo personal y profesional, optan por una indeterminación.

  • En los adultos puede bajar el rendimiento laboral e incluso poner en peligro su estabilidad, debido a un injustificado absentismo. En amas de casa se puede apreciar un abandono de sus responsabilidades en el hogar en cuanto a limpieza, compras...

  • Problemas de atención y concentración debido a que la persona piensa continuamente en el juego y sus estrategias. Por el contrario, cuando la persona juega se centra tanto en el juego que es muy difícil llamar su atención.

  • Cuando la persona no puede jugar o se le impide, experimenta una serie de estados negativos como inquietud, angustia, depresión o irritabilidad, sin embargo cuando la persona juega puede experimentar estados de euforia y sobreactivación.

  • Pueden darse una variedad de síntomas físicos como consecuencia del mantenimiento prolongado de la postura y la conducta de juego: sequedad ocular, dolores de cabeza, dolor de espalda y articulaciones...

  • Pérdida de peso o excesivo aumento por una mala alimentación y deficiente ejercicio físico.

  • Alteración del ritmo de sueño. Se duerme pocas horas y habitualmente lo hacen durante el día, dejando las noches para jugar. De este modo se produce un desajuste que hace ir a la persona siempre cansada.

  • Descuido en el aseo personal.



Un problema creciente es que ciertos jugadores se aíslan progresivamente de su vida real y se obsesionan por su actividad en esos mundos virtuales compartidos.


Síntomas del problema

  • Obsesión: pensar continuamente en el juego.
  • Tolerancia: necesidad cada vez más mayor de pasar más tiempo en el juego para conseguir satisfacción, o recompena decreciente para un mismo tiempo de juego.
  • Pérdida de control: incapacidad de controlar, parar o disminuir la dedicación al juego.
  • Síndrome de abstinencia: ansiedad o irritabilidad cuando no se puede participar en el juego.
  • Negación: p.ej. mediante mentiras a familia y amigos acerca del nivel de implicación en el juego.
  • Ignorancia de consecuencias adversas: p.ej. cometiendo actos ilícitos para mantener la actividad, o mintiendo a otros para obtener financiación.

Todo sobre los porros


Indicios

  • Ojos colorados (pero se pueden poner colirio).
  • Pupilas dilatadas.
  • Olor en la ropa y en los dedos.
  • Cuando les da el bajón tienen un hambre atroz.
  • Si es fumador habitual, mostrará falta de atención, ojos achinados. Empieza a hablar y olvida lo que dice.
Cambios en el comportamiento
  • Falta de aseo en el cuidado personal.
  • Cambios de humor.
  • Deterioro en las relaciones con la familia y amigos.
  • Aumento del absentismo escolar.
  • Pérdida del interés en los deportes.
  • Cambios en los hábitos de comer o dormir.
  • Ver más indicios en esta página.
Riesgos relacionados con la marihuana 

  • Psicosis, 
  • Depresión, 
  • ansiedad, 
  • pensamientos suicidas y trastornos de la personalidad. 
  • Uno de los más citados es el “síndrome amotivacional” que describe una disminución de motivación o pérdida de interés en participar en actividades que antes eran gratificantes.

Los porros destrozan el cerebro del adolescente

DETRÁS DE ALGUNOS TRASTORNOS PSIQUIÁTRICOS Y DE COMPORTAMIENTO JUVENILES ESTÁN LOS PORROS.

  • Fumar porros de forma habitual en esta etapa vital incrementa las probabilidades de desarrollar con los años un trastorno psicótico
  • Se asocia a una alta tasa de fracaso escolar debido a problemas de memoria y de concentración y una mayor frecuencia de episodios depresivos y ansiedad. 
  • La investigación nos indica que el pronóstico es sombrío para los que lo hacen antes de los 15 o 16 años»
  • entre dos y tres porros diarios, una cantidad que los expertos consideran de claro riesgo para un desarrollo cerebral saludable.
  • Los estudios recientes indican, no obstante, que las consecuencias pueden ser muy distintas para el cerebro de un adolescente, que se encuentra todavía en pleno desarrollo y maduración. «Hasta los 22 o 24 años no alcanza su máximo metabólico y funcional»,
  • El riesgo de desarrollar esquizofrenia se multiplicaba por seis entre los que fumaban cannabis de forma regular a los 18 años.
  • No hay una edad segura para empezar, aunque es cierto que el riesgo disminuye a medida que se cumplen años y es mayor si se fuma antes de los 16»
  • Detrás de muchos fracasos escolares está el cannabis y eso nos debería poner en guardia y hacernos reaccionar»
  • La falta de percepción de peligro es una de las razones que esgrimen los expertos para explicar el alto nivel de consumo de la droga entre los más jóvenes y también uno de los principales motivos de alarma. Las encuestas escolares revelan que una cuarta parte de los alumnos considera que fumar de forma regular no produce problemas y muchos piensan que el riesgo es similar o inferior al del tabaco.
  • roblemas escolares y de conducta, comportamiento violento (verbal y en ocasiones físico), deterioro de la autoestima, patología psiquiátrica, como depresión o brotes psicóticos, trastorno del control de los impulsos… Estos son los síntomas más comunes 
  • La mayoría de adolescentes va a terapia lo hacen empujados por su familia, ya que no tienen conciencia de que su hábito cause problemas. 
  • Socialmente se ha menospreciado el riesgo de dependencia del cannabis, pero existe. Como también existe el síndrome de abstinencia, que se manifiesta de forma más leve y tolerable que el de otras drogas porque el organismo elimina el THC lentamente. Irritabilidad, ansiedad, disminución del apetito, cansancio, insomnio, dificultad para concentrarse son los signos habituales.
  • Al igual que en otras adicciones, abandonar el consumo no es sencillo. Tras entre seis (como mínimo) y 18 meses de psicoterapia, un 40% logra mantener la abstinencia pasados dos años.
  • Para los jóvenes es fácil disponer de dinero y los porros les resultan muy asequibles, uno cuesta aproximadamente un euro. «Cambian el bollo de la merienda por el ‘canuto’