Los adolescentes o los padres puede pedir ayuda psicológica cuando:
- El estado de ánimo está afectando negativamente el funcionamiento en el ámbito escolar, o social y/o se observan frecuentes arranques de ira y/o malhumor.
- Si se presentan estados depresivos, mostrando una actitud negativa, con acompañado de falta o aumento de apetito, dificultad para dormir e ideas relacionadas con la muerte.
- Cuando hay baja autoestima, reproches, conductas autodestructivas o hay También cuando se observan conductas adictivas en relación al alcohol, las drogas y el uso de Internet.
- Si existe desorientación vocacional, dificultad para encauzar la propia vida o enfermedades psicosomáticas como cefaleas, intensas gastritis, colon irritable y/o trastornos de alimentación como la anorexia, bulimia y obesidad también debiera consultarse.
Que el niño o adolescente no hable o lo haga en poca medida en una reunión (sea de iguales o de adultos), nos llama menos la atención que el hecho de que se pase cuatro horas ininterrumpidas delante de la pantalla de un ordenador navegando, y apartando, o dejando de lado temporal y consiguientemente otras obligaciones. Pudiendo llegar en ambos casos a dos tipos diferentes de problemas: uno de ansiedad social, por ejemplo, y otro de adicción no tóxica; en este caso, a Internet. Es cierto, mi hijo apenas habla con la familia. En el primero de los casos “no llega”, y, en el segundo, “se pasa”. Pero en ambos está generando posibles o probables problemas psicológicos.
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