Puede ser que tengas intensas resistencias internas a soltar la identificación con tu dolor. Esto ocurrirá particularmente si has vivido muy identificado con tu cuerpo-dolor durante casi toda tu vida, y toda o la mayor parte de tu identidad está invertida en él. Esto significa que a partir del cuerpo-dolor te has fabricado un yo infeliz y te identificas con esa ficción mental. En tal
caso, el miedo inconsciente a perder tu identidad creará una fuerte resistencia a cualquier desidentificación. En otras palabras, preferirás sentir dolor —ser el cuerpo-dolor— que dar un salto a lo desconocido y arriesgarte a perder tu familiar identidad desgraciada.
Observa el peculiar placer que te proporciona ser infeliz. Observa la tendencia compulsiva a hablar o a pensar en tu desdicha.
Tú eres el único que puedes hacerlo. Nadie puede hacerlo por ti. Pero si tienes la suerte de encontrar a alguien que es intensamente consciente, si puedes estar con esa persona y unirte a ella en el estado de presencia, eso te ayudará y acelerará las cosas. Una de las funciones del profesor espiritual es ser ese fuego.
No evitas meter la mano en el fuego porque le tengas miedo, sino porque sabes que te quemarías. No necesitas tener miedo para evitar peligros innecesarios; basta un mínimo de inteligencia y
sentido común. En asuntos tan prácticos, es útil aplicar las lecciones aprendidas en el pasado.
Ahora bien, si alguien te amenazara con fuego o con violencia física, posiblemente sentirías miedo.
pero éste no es el estado de miedo psicológico que estamos comentando aquí. El estado de miedo psicológico está divorciado de cualquier peligro real e inmediato. El miedo psicológico del que hablamos siempre se refiere a algo que podría ocurrir, no a algo que ya está ocurriendo. Tú estás en el aquí y ahora, mientras que tu mente está en el futuro. Esto crea una brecha de ansiedad.
Y si te has identificado con tu mente y has perdido el poder y la simplicidad del ahora, esa brecha de ansiedad será tu constante compañera.
Siempre puedes afrontar el momento presente, pero no puedes afrontar algo que sólo es una proyección mental; no puedes afrontar el futuro. Además, mientras sigas identificándote con tu mente, el ego dirigirá tu vida,
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