No confundas la rendición con una actitud de "ya nada me puede molestar" o "las cosas ya no me importan". Si la miras de cerca, verás que tal actitud está teñida de negatividad en forma de resentimiento oculto, de modo que no es rendición, sino resistencia enmascarada.
Observa cómo tu mente crea la resistencia, etiqueta la situación, a ti mismo, a los demás. Observa el proceso de pensamiento implicado. Siente la energía de la emoción. Al centrar toda tu atención en el ahora, la resistencia inconsciente se hace consciente y ése es su fin.
La negatividad, la infelicidad o el sufrimiento, sean del tipo que sea, y la resistencia siempre es inconsciente. La rendición (energía espiritual) no está sujeta a la ley de polaridad (energía mental), que dicta que nada puede existir sin su opuesto, que no puede haber bien sin mal. Quienes funcionan con energía mental, que aún son la vasta mayoría de los pobladores de la Tierra, siguen sin darse cuenta de la existencia de la energía espiritual,que pertenece a otro orden de realidad.
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