Puedes parar esa locura que corroe la salud y la vida volviendo a tomar conciencia del momento presente. Siente la respiración. Siente el aire que fluye dentro y fuera de tu cuerpo. Siente tu campo de energía interna. Lo único que tienes que afrontar, con lo que tienes que lidiar en la vida real —en oposición a las proyecciones mentales imaginarias—, es este momento. Pregúntate qué «problema» tienes ahora mismo, no el año próximo, mañana o dentro de cinco minutos. ¿Qué está mal en este momento? Siempre puedes lidiar con el ahora, pero nunca podrás lidiar con el futuro, y tampoco tienes que hacerlo.
«Algún día lo conseguiré.» ¿Está tu atención tan absorta en los objetivos que reduces el momento presente a ser un medio para un fin? ¿Ha desaparecido la alegría de tus acciones?
¿Estás esperando para empezar a vivir? Si has desarrollado este patrón mental, independientemente de lo que hagas o consigas, el presente nunca será
suficientemente bueno; el futuro siempre parecerá mejor. Una receta perfecta para la insatisfacción permanente y el descontento.
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