Recuerda: así como no puedes luchar contra la oscuridad, tampoco puedes luchar contra la inconsciencia. Si tratas de hacerlo, los polos opuestos se fortalecerán todavía más. Te identificarás con una de las polaridades, y te verás arrasado hacia la inconsciencia.
Asegúrate de no albergar resistencias internas, ni odio, ni negatividad. No significa que tengas que soportar pasivamente cualquier situación en la que te encuentres sin hacer nada al respecto. Tampoco significa que dejes de hacer planes o de iniciar acciones positivas.
La rendición es una sabiduría simple pero profunda que implica ceder más que oponerse al flujo de la vida. Es renunciar a la resistencia interna a lo que es, que suele agudizarse cuando las cosas van mal, lo que significa que hay una distancia entre las demandas y rígidas expectativas de tu mente y lo que es. En esa brecha anida el dolor.
Tienes que rendirte si quieres eliminar el dolor y el sufrimiento de tu vida. La aceptación de lo que es te libera inmediatamente de tu identificación mental y vuelve a conectarse con el Ser. La resistencia ES la mente.
OJO! Resignación no es rendición. No tienes por qué aceptar una situación de vida desagradable o indeseable. Tampoco tienes que engañarte diciendo que no hay nada malo. No. Reconoces plenamente que quieres salir de esa situación, pero sin ponerle ninguna etiqueta mental. Por lo tanto, no hay resistencia, ni negatividad emocional. Aceptas el momento como es. Después te pones en acción y haces lo posible por salir de esa situación. Eso es lo que denomino acción positiva, que es mucho más eficaz que la acción negativa, surgida de la ira, desesperación o la frustración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario