Algunas veces, los amigos se convierten en algo poco saludable y se necesitan terminarlas. Puedes sentir que tus amigos esta simplemente usándote para propósitos meramente egoístas o que su personalidad natural termina irritándote o lastimándote constantemente.
Confía en tu instinto. Si tu amigo reacciona a tus planteamientos con hostilidad, es mejor que termines con la amistad. Solo debes continuar con la amistad si hay algo positivo respecto a ser amigos que te gustaría preservar.
Recuerdas que necesitas una verdadera razón PARA seguir siendo amigos, no una razón para no dejar de serlos. Pon en primer lugar tus necesidades y consideraciones.
Después de una conversación incómoda, es probable que ambos necesitaréis un poco de tiempo para pensar bien las cosas y reiniciar vuestra amistad. Traer estos asuntos a colación y esperar que la amistad sea normal demasiado rápidamente puede causar una tensión no intencionada así como el fingimiento de una normalidad que no existe.
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Nada es para siempre
Poner fin a una amistad puede sentirse como un fracaso personal, a pesar de que no lo es. De hecho, la mayoría de las amistades no duran para siempre. Las personas cambian y sus vidas siguen trayectorias distintas.
Los cambios en la composición de la red social vinculados con la edad no constituyen una pérdida, sino que son el resultado de un cambio motivacional en las metas sociales. No se pierden amigos, sino que se selecciona otro tipo de amistades.
El promedio de duración de una amistad tiende a ser de 5 a 7 años.
Eso es lo que afirma el sociólogo Gerald Mollenhorst, que investiga cómo el contexto en el que conocemos a alguien influye en nuestra red social personal. Según él, usted pierde la mitad de los miembros de su red social cada siete años. (Fuente aquí)
Algunos signos que te ayudarán a decidir si es el momento:
1. Dejas de comunicarle tus preocupaciones e inquietudes. Esto disminuye el nivel de intimidad que necesita una relación para conocerse y crecer.
2. Ya no te interesan sus necesidades. Te molesta escucharla, cuándo te comunica sus necesidades te parecen reproches.
3. Desapego. El apego debe tener límites, en exceso te vuelve dependiente y limitado, pero en su justa medida, te permite la sana convivencia, cuando ya no queremos estar en un amigo el apego se diluye y se expresa con falta de atención.
4. Confianza. Cuando ya no existe confianza, ya no hay nada. Es el momento de terminar, una amistad como cualquier relación se basa en la confianza, cuando ya no existe, no hay un por qué continuar con ella.
5. No deja que el otro sea auténtico. Se crea un desequilibrio de poder en el cual una de las partes tiene demasiado control sobre el otro.
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6. Damos más que recibimos. Uno de los aspectos que hace grande la amistad, como el amor, es la capacidad de dar sin esperar nada a cambio. Pero esto no significa que seamos sólo nosotros quienes debemos dar y el otro recibir, sino que tiene que haber un equilibrio entre lo que los amigos dan y reciben. De lo contrario, más que sus amigos, somos sus cuidadores, y el otro no dudará en manipularnos con sentimientos de culpa cuando queramos equilibrar la balanza.
7. No nos aceptan cómo somos. Cuando somos amigos de alguien, le aceptamos tal y como es. Esto no significa que no le ayudemos a mejorar en determinados aspectos, igual que nuestro amigo hace con nosotros.
8- No te ofrece apoyo. Los amigos son una base esencial en la que apoyarnos cuando estamos pasando por un mal momento, al igual que nosotros lo somos para ellos. Si tu amigo siempre busca tu apoyo cuando lo necesita pero nunca está cuando lo necesitas tú, es el momento de replantearse la relación de amistad.
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9- No comparte buenos momentos con nosotros: cuando no encontramos en un amigo o amiga ese espacio de cariño mutuo que le da sentido a la relación, que nos lleva a planear un paseo, una salida al cine o cualquier otra actividad para compartir un buen momento, algo no funciona. Es preciso, entonces, analizar la situación para encontrar la base del problema. Cualquiera puede estar ocupada. Pero cuando realmente quieres estar rodeado de personas, haces tiempo para estar con ellas.
10- Si hay una frialdad en la relación, no nos devuelven las llamadas o no hay interés en encontrarse, aunque sea de vez en cuando, será necesario poner un punto y final, para no gastar energía o angustiarse por un vínculo que no vale la pena.
11- Cuando en lugar de hacernos bien, esta relación nos mina la autoestima, nos debilita psicológicamente y nos menoscaba la valía.
"El primer paso antes de terminar una amistad es considerar, muy cuidadosa y seriamente, si quieres terminar una amistad en particular o si sólo quieres desconectarte”, señaló Jan Yager, un entrenador en amistad y autor de “When Friendship Hurts: How to Deal With Friends Who Betray, Abandon or Wound You” (Cuando duele la amistad. Cómo tratar a amigos que traicionan, abandonan o hieren. Simon & Schuster, 2002). “Por lo general, será mucho más agradable alejarse, y dejar de compartir tanta información confidencial".
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