Es un estado mental involuntario que surge de una atracción romántica combinada con una necesidad obsesiva de ser respondido de la misma forma, pese a no serlo
Este término se refiere al amor obsesivo. Es un estado mental involuntario que surge de una atracción romántica combinada con una necesidad obsesiva de ser respondido de la misma forma.
En el caso de la obsesión o la limerencia, la persona que la padece le produce un deseo de ser amado tan fuerte que llega a causarle un malestar considerable en su vida diaria. Esos pensamientos, sentimientos y conductas obsesivas conducen a la persona a la realización de conductas compulsivas e invasivas buscando la reciprocidad por parte de la persona amada.
Aquella persona que padece limerencia sufre una gran cantidad de pensamientos intrusivos y ve evidencias inexistentes de reciprocidad en cualquier evento externo que involucre, aunque de refilón, a la otra persona. “Me ha mirado: me ama” o “le gustan los macarrones como a mi: está enamorada de mi”.
Si no se manifiesta de esta manera, aparece el miedo al rechazo, la baja autoestima, las inseguridades y la idea de que ''no eres válido''. En el amor, y desde una personalidad estable y en la que existe el amor propio, estas sensaciones no existen ya que se es capaz de ver los cambios como algo normal y la reciprocidad desde un estado 'sano' y no compulsivo.
FASES AMOR OBSESIVO
En su libro “Confusing Love with Obsession” John D. Moore, psicoterapeuta y profesor en la American Military University, plantea que el amor obsesivo tiene cuatro fases:
1. Etapa de atracción: De forma repentina se produce una atracción por otra persona. Aparece un deseo inmediato de establecer una relación, sin tener en cuenta la personalidad del otro. Se llega a confundir atracción física con amor. Se cree que los sentimientos intensos son un indicador que están ante el amor de su vida.
2. Fase ansiosa: En el caso que se logre establecer una relación aparece un deseo intenso de estar en contacto constante con el otro miembro de la pareja. Se hacen manifiesto celos, ansiedad, miedo al abandono e infidelidad. En esta fase las emociones suelen ser intensas y extremas, se viven momentos de alegría intensa a momentos de depresión, ira, miedos e inseguridades.
3. Obsesión: En esta etapa existe una total pérdida de control. La persona que manifiesta la obsesión le es imposible dejar de pensar en su pareja, demanda atención constante, sus llamados y mensajes son frecuentes. También, pueden producirse acusaciones infundadas de infidelidad, como así también conductas obsesivas de seguir a la pareja hasta el trabajo, revisar sus mensajes y objetos personales. Por otro lado, el otro miembro de la pareja empieza a querer alejarse.
4. Fase destructiva: La relación se termina destruyendo. La persona que padece la obsesión se deprime, aparecen sentimientos de culpa, pérdida de autoestima. Así como también odio hacia sí misma, o ira y deseos de venganza.
SÍNTOMAS DE QUE PADECES LIMERENCIA
Efectos psicológicos afectan a las personas que sufren de limerencia. Reconocerse en ellos puede ser una manera de detectar un comportamiento obsesivo, o lo que Van Kirk reconoce como “enfermedad del amor”.
- Cambiar la propia agenda para encontrarse con la persona deseada, adquiriendo un comportamiento parecido al de un acosador;
- desear de forma extrema el bienestar de la persona amada por encima de todo;
- enfatizar lo que se considera admirable en la persona y evitar su parte negativa;
- falsear la actitud para forzar una personalidad acorde a los gustos de la otra persona; o,
- entre otras actitudes, sentir alivio al pensar en la otra persona, al hablar con ella o, simplemente, al mirarla.
- Hay también efectos físicos (como palpitaciones aceleradas, temblores, sudoración inconstante o desordenes alimentarios), pero también peligros latentes.
TRATAMIENTO
Hablar de lo que uno siente con amigos, familia, profesionales puede ayudar a la persona encallada en esta obsesión a salir de ella.
El tratamiento psicológico es la recomendación.
"Si la limerencia contribuye a la ansiedad o la depresión puede perjudicar la salud mental y hay que buscar ayuda psicológica", dice Vencill.
Según Garrido González, lo primero es encontrar la raíz del problema, como los pensamientos obsesivos y recurrentes.
Y se van dando pautas y estrategias para que la persona vaya cambiando la conducta que surge del pensamiento obsesivo.
Si la persona dice 'tengo miedo a que me deje' es el pensamiento, la conducta es 'aferrarme a esa persona, no dejarla salir'", ejemplifica Garrido González.
"Lo primero es parar ese pensamiento y buscar una distracción. Una vez que aprendes a distraerte, el malestar disminuye".
Entonces poco a poco, la persona se vuelve más racional. No se deja llevar tanto por las emociones. Y después de eso empieza a adquirir control, dice la especialista.Ç