jueves, 31 de diciembre de 2015

Encadenar relaciones o relaciones paracaídas... ¿es tan malo como dicen?



Mi amiga Marisa se va a Cuenca a recibir el 2016 con su nuevo amor, Tomás. Por lo visto él tiene una casa allí. Unos cuantos días románticos para acabar el año, no está nada mal. A pesar de que mi amiga ha tenido varias relaciones desde que la conozco, con una media de una por año, los hombres a los que ha conocido se han entregado a ella, se han enamorado, vamos. Luego, cuando se han ido conociendo, han ido saliendo a la luz los defectos, han empezado los reproches, las quejas, y al final, la ruptura, pero incluso así, los ha tenido detrás insistiendo en volver.

Siempre he oído que es malo empezar una relación cuando has finalizado otra recientemente, pero ...¿es tan malo como dicen? ¿No es un poco cierto el dicho popular  de que "un clavo quita otro clavo"? Después de todo, no es fácil encontrar una persona con la que quieras compartir el resto de tu vida, y es normal, en cierta medida, que se encadenen los fracasos. ¿Hay que mantener un duelo entre relación y relación? ¿No es mejor aprovechar el momento de la vida en el que estás y vivir momentos intensos y maravillosos con la persona que está dispuestos a dártelos? ¿Por qué obligarse a estar sola o solo si has conocido a alguien que te ilusiona, que te gusta, que está por ti y te lo demuestra?

Creo que hay que vivir el momento, y solamente renunciar al inicio de otra relación si se está sufriendo, si la nueva persona que entra en tu vida hiere tu dignidad. De hecho, he encontrado un artículo (sólo uno, eso sí), que habla de los beneficios de tener una nueva relación al poco tiempo de haber acabado con la anterior.
  • EMOL : Confirmado: Un clavo sí saca otro clavo y es bueno para la autoestima

Ahora bien, ¿cuándo estamos pasando el umbral y estamos arriesgando nuestro bienestar emocional por estar en pareja? Es el momento de navegar por la web y dejarnos aconsejar por lo que gente experiencia y expertos opinan sobre el tema.

Si te sientes identificada / o con lo que se expone a continuación, es el momento de cortar la relación!
  • Amar no es sinónimo de sufrir. La búsqueda del amor es una de las necesidades básicas del ser humano; el afecto nos convierte en seres fuertes, pero si al alcanzarlo nos entregamos en exceso y no acertamos a delimitar los sentimientos, la pasión se puede convertir en veneno. “No puedo vivir sin ti”, “vivo por y para ti”, “sin ti no soy nada”... son frases que encierran mucho más que amor. Son un claro síntoma de que el deseo se ha convertido en necesidad, y amar en un tormento. Los dependientes emocionales albergan una gran carencia afectiva y por ello se anulan a sí mismos y, aun siendo conscientes de su infelicidad, se entregan completamente a relaciones de pareja destructivas. Es como si estuvieran enganchados al amor, como si fueran adictos al afecto.  
  • Existen una serie de conductas que se repiten en personas dependientes, y si las conocemos nos pueden servir a modo de aviso. La primera y principal señal es el miedo a la ruptura. Sin pareja se sienten abandonados, solos ante el peligro, como si no tuvieran la disposición necesaria para enfrentarse al mundo si no es en compañía de alguien del cual dependen. Y ese miedo conlleva otro patrón que también se repite, la tendencia a encadenar relaciones.Los dependientes emocionales suelen tener parejas desde la adolescencia, y si es posible intentan estar siempre con alguien. Después de una ruptura, vivida como un acontecimiento verdaderamente catastrófico, intentan reanudar la relación por muy nefasta que haya sido o bien buscan a otra persona que cubra su necesidad extrema de estar acompañados de alguien”, comenta Castelló.
  • La dependencia emocional provoca relaciones de pareja desequilibradas en las que se sufre mucho, y eso hace que el autoestima del dependiente se vaya minando, pero aunque se estén consumiendo prefieren ese tipo de relación a quedarse solos.
  • Pero por mucho que adopten un papel de sumisión, las personas dependientes suelen manejar a su antojo a la pareja, ya que recurren a menudo al chantaje emocional. “Es su única herramienta. Necesitan sentirse protegidos, y es el instrumento de manipulación que tienen más a mano. Normalmente utilizan estas técnicas de manipulación con su pareja, pero también lo pueden hacer con su gente cercana. “Hay muchos casos de madres y padres que generan dependencia emocional en sus hijos”, asegura Navarro. No obstante, en realidad lo único que consigue es quitar autonomía al hijo.
  • Y con todo, no podemos dejar de sentir que la necesidad forma parte de la esencia humana. A pesar de que nos gustaría poder solos con todo, en el día a día comprobamos que no podemos, que necesitamos el apoyo de alguien. Queremos ser más autosuficientes pero siempre acabamos recurriendo a las personas que nos rodean, generalmente a la pareja. No debemos asustarnos por necesitar a las personas que tenemos alrededor. 
  • ¿Y dónde se encuentra ese límite entre la dependencia saludable y la tóxica? En los síntomas de adicción. la necesidad de estar cada vez más cerca de la otra persona y con más intensidad. “La gente que toma alcohol, por ejemplo, para poder sentir lo que sentía antes con una copa ahora necesita tres. Algo parecido sucede con los dependientes emocionales. Cuando empiezan a estar bien con una pareja van estirando la cuerda, con el peligro de que sobrepase el límite”, comenta el psicólogo Navarro. Un ejemplo muy claro de adicción a otra persona es vivir pendiente del teléfono móvil y en un constante mensajeo cuando no se está con ella
  • Cuando la dependencia emocional nos afecta a nivel social, laboral, personal o de salud, ya podemos decir que hemos cruzado la línea de la normalidad”. En estos casos la tensión emocional acaba provocando actitudes de huida por parte de la pareja: empiezan a pasar más tiempo en el trabajo, con los amigos... y, simultáneamente, el dependiente se sume en una sensación de frustración. 
  • Aunque no haya ni datos ni estudios oficiales, los psicólogos apuntan que hay más mujeres que hombres entre los dependientes emocionales. “Dos de cada tres casos que recibo en consulta son mujeres”, confirma Castelló. “La mujer tiene más desarrollada la capacidad de establecer relaciones y vínculos afectivos que el hombre, con lo cual a los hombres nos es más sencillo romper un lazo si no nos gusta. Si a eso le añadimos el factor cultural, sobre todo en las culturas tradicionalmente machistas, entre las mujeres se acentúa más la predisposición a ser dependiente emocional”. Navarro subraya especialmente el factor cultural: Un hombre dependiente no está bien visto. En cambio, una mujer dependiente es casi esperable, incluso deseable”.
  • Para evitar caer en la adición al amor y tener que acudir, en última instancia, a un profesional, Castelló recomienda centrarse en la prevención basada en cuatro puntos
    1. El primero y crucial, es mejorar la autoestima: “En la medida en que la relación de la persona consigo misma mejore, su necesidad afectiva disminuye. Esto es casi matemático. Hay que potenciar el diálogo interior, reducir la autocrítica destructiva, fomentar la valoración propia”. 
    2. El segundo, es mejorar las relaciones interpersonales, “sobre todo, disminuyendo la necesidad de agradar, y en el caso de que haya un comportamiento hostil o de rechazo hacia los demás, promoviendo una mayor vinculación hacia ellos”. 
    3. Por otra parte, es esencial aprender a intervenir directamente en las relaciones de pareja, evaluando si esta es agradable o enfermiza. Si resulta así, debería aprender a poner en marcha mecanismos para solucionarla o romperla. 
    4. Por último, es fundamental interiorizar pautas para preparar futuras relaciones sanas: “Hemos de tener muy clara la idea de equilibrio entre las dos personas”. Es posible aprender a querer sin que el amor haga daño.  (Fuente: La Vanguardia)

Pero no todo el que empieza una relación poco después de haber roto otra lo hace para evitar el duelo.
Una persona puede iniciar el duelo por su relación mientras está en ella. Quizás ya sabe que antes o después se acabará, y cuando por fin termina, su proceso de duelo está en una fase avanzada.

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