Cuando nos va bien en la
escuela nos sentimos bien con nosotros mismos y con nuestra
capacidad. Nos sentimos competentes y capaces. Cuando no
aprobamos el curso nos sentimos incapaces o estúpidos y dejamos de
intentarlo. También marca una diferencia la clase de refuerzo que
ser recibe en la escuela. Un padre o un maestro que nos estimula
para que mejoremos y recompensa nuestros esfuerzos, ayuda al niño a
recorrer el camino hacia la autoestima. Las exigencias de
perfección sólo sirven para corroer nuestra sensación del propio
valor.
La inseguridad de la
adolescencia puede producir los primeros sentimientos de timidez o
aumentar los que ya tenemos. La escuela secundaria puede resultar
muy dura. Ser aceptados por los compañeros lo es TODO, como
reconocen las personas tímidas.
Las reacciones que
profesores o padres han tenido con nosotros en la adolescencia nos
pueden marcar en la etapa adulta. Así, si un profesor nos ha llamado
"estúpidos" delante de toda la clase cuando hemos
participado, seguramente no participaremos más. Si has tenido
unos padres sobreprotectores, te dará miedo a enfrentarte a
situaciones nuevas, o si han etiquetado de "tímido" es más
fácil que se fortalezca la conducta tímida. La timidez también
surge de las bromas y el ridículo. Las preocupaciones por el aspecto
físico y la idea del rechazo o la humillación también se
mencionaron son con frecuencia factores inductores de la timidez.
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