viernes, 1 de noviembre de 2013

Bloqueadores del afrontamiento

Su nuevo programa de control de ira tendrá algunos fallos espectaculares entre los muchos éxitos. En primer lugar, no se culpe. Las viejas costumbres son muy difíciles de erradicar. En segundo lugar, aprenda de sus errores. Complete una ficha de Planificación de la Ira después de cada ocasión en la que sus esfuerzos de afrontamiento no funcionen. Lo más importante, sin embargo, es que adopte una mirada realista sobre los factores que podrían estar bloqueando el uso de sus nuevas técnicas de control de la ira. 


El siguiente ejercicio le permitirá examinar los seis obstáculos más comunes que dificultan el control efectivo de la ira.


  1. Cree que se avergonzará si los demás se dan cuenta de que está practicando las técnicas de relajación.
    ¿Hasta qué punto es muy obvia una respiración profunda? Obsérvese en el espejo realizando una. Verá que no es tan obvio.
  2. Cuando se enfada no se acuerda de utilizar las habilidades de afrontamiento.
    La mayoría de personas se enfrentan a eso, porque la ira tiende a borrar todo lo demás de la mente. No obstante, el problema es superable. Lo que necesita es un recordatorio. Una estrategia sencilla consiste en llevar puesto algo inusual que le sirva como recordatorio de que tiene que hacer un alto y enfrentarse a la situación. Un anillo nuevo o algo similar podría funcionar, o ponerse el reloj en la muñeca que nunca lleva,o cambiarse la laca de uñas. También podría ponerse recordatorios por casa (cartelitos), como Respira cuando te saquen de quicio.
Reconozca, también las situaciones en las que ha logrado afrontar la situación.
  1. No recuerda ningún pensamiento de afrontamiento durante una provocación
    Nadie piensa con claridad cuando está molesto, pero si realiza algún tipo de Planificación previa ante provocaciones que se produzca con regularidad, el resultado será mejor. Ante la provocaciones que aparecen sin más, y que uno no puede preveer, necesita un pensamiento de afrontamiento genérico contundente. Consulte la lista general de pensamientos de afrontamiento para encontrar alguno que pueda resultarle eficaz como respuesta de afrontamiento multiusos. A continuación, comprométase firmemente a utilizar ese pensamiento de afrontamiento siempre que empiece a sentirse molesto. Memorícelo. Practique alguna manera de recordarlo a lo largo del día.
  2. No le escucharán si afronta la situación con éxito y deja de estar enfadado.
    Muchas personas temen perder su ira. Creen que nadie les escuchará si no se muestran agresivas y hostiles. Paradójicamente, es todo lo contrario. Cuando siempre se habla a gritos y enfadado, los demás dejan de escuchar. Se ponen a la defensiva y buscan razones para ignorarle. Realice un inventario mental rápido de sus experiencias de ira recientes. ¿Se sintió escuchado? ¿La persona objeto de su ira expresó algún interés por sus necesidades y sentimientos? ¿Se tuvo en cuenta su punto de vista? Es muy probable que la mayoría de esas experiencias no tuvieran un resultado positivo. Los demás estaban demasiado ocupados protegiéndose de su ira como para escuchar realmente lo que usted tenía que decir.
  3. Cuando está molesto desea castigar a los demás por sus errores.
    Si controla su ira, nadie paga por sus transgresiones. Ese sentimiento no es nada raro. Resulta difícil modular la ira cuando se quiere utilizar al mismo tiempo como un arma. Ese deseo, a pesar de ser comprensible, tiene un impacto negativo en sus relaciones y en su vida.
  4. La ira le parece el único modo de protegerse
    La ira le protege de dos tipos de amenazas. En primer lugar, puede ayudarle a repeler las presiones, las exigencias y los ataques de los demás. La ira, además, le ayuda a bloquear las amenazas interiores (emociones como la vergüenza, el dolor, el miedo y la culpabilidad).
Cuando alguien le molesta o le amenaza, la ira puede ser una respuesta adecuada y sana. Es una señal para que los demás se apartenEn la mayoría de los casos, sin embargo, la ira resulta excesiva. No la necesita. Una afirmación clara y asertiva suele ser suficiente para que los demás le escuchen.



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