Forma de relajación progresiva.
Se utiliza desde la década de 1920. y en general se considera el pilar principal para aliviar el estrés con éxito. El principio básico consiste en poner los músculos en tensión, mantenerlos así entre cinco y siete segundos y relajarlos. Céntrese en un grupo muscular cada vez. Repita el paso tantas veces como sea necesario para lograr el efecto deseado.
Técnicas de relajación avanzada
Realice la respiración diafragmática o profunda: colóquese una mano sobre el pecho y otra sobre el abdomen, justo por encima de la cintura. A continuación, inspire profundamente de manera que el aire llegue hasta el estómago. Cuando inspire, la mano colocada en el abdomen subirá, mientras que el pecho apenas se moverá. Concéntrese en el estómago y envíe la respiración hacia abajo hasta que llene su estómago. Permite que la respiración estire y relaje ligeramente su abdomen. Hágalo varias veces. Al realizar este ejercicio estará enviando un mensaje al cerebro de que todo va bien.
Visualice escenas que le produzcan ira y practique la respiración diafragmática. Note cómo influye la respiración profunda en su nivel de tensión mientras imagina la escena. Repítalo varias veces.
Relajación sin tensión: consiste en concentrarse en cada parte de su cuerpo, notar la tensión, inspirar, expirar, y relajar el músculo: pies, glúteos, músculos del pecho, abdomen, espalda, brazos, bíceps, cuello, hombros.
Estas técnicas de relajación deberían formar parte de su rutina diaria, ya que ayudan a reducir los niveles globales de estrés y reacción. Hágalo siempre que se encuentre en una situación provocadora. La clave del éxito consiste en practicar, practicar y practicar. Con el tiempo, ejecutará estas técnicas de manera automática, del mismo modo que conduce una bicicleta o conduce un coche.
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