viernes, 1 de noviembre de 2013

¿Quién le provoca la irritación?



Es natural creer que los sucesos externos le están molestando, las acciones estúpidas y egocéntricas de los demás le producen irritación.

Cuando piensa así, se está engañando a sí mismo porque en realidad las otras personas no pueden provocarle irritación. La amarga verdad es que usted es el que genera toda la rabia que experimenta.

La irritación, como todas las emociones, es la consecuencia directa de sus cogniciones. Sus sentimientos son el resultado del significado que le atribuye al hecho, NO del hecho en sí.

Los sentimientos que experimentamos con respecto a los acontecimientos negativos son generados por las interpretaciones que nosotros les damos.

La ira puede ser un cuchillo de doble filo. Las consecuencias de un estallido impulsivo casi siempre acabarán volviéndose en su contra. Aun cuando sea objeto de un verdadero agravio, puede que no le convenga irritarse por eso.  El dolor y el sufrimiento que se inflige a sí mismo al sentirse ultrajado pueden ser mucho más fuertes que el impacto del insulto original.

En muchos casos su irritación es la consecuencia de sutiles distorsiones cognitivas. Como sucede en el caso de la depresión, muchas de sus percepciones son retorcidas, unilaterales o simplemente erróneas. Al aprender a reemplazar estos sentimientos distorsionados por otros más realistas y funcionales, se sentirá menos irritable y logrará un mayor autocontrol.


Fuente: Sentirse Bien, una nueva terapia contra las depresiones. David Burns

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