Un buen método para no agobiarnos ante una tarea que nos parece compleja o pesada es dividirla en las pequeñas partes que la componen.
Una manera muy útil de dividir una tarea en unidades manejables consiste en limitar el tiempo que dedicará a esa tarea. Luego se puede dedicar a hacer algo más agradable, haya terminado o no con la tarea.
Podemos limitar el tiempo que dedicamos a las tareas del hogar, si nos parece que eso nos quita tiempo de hacer otras cosas. No importa que la casa no esté perfecta.
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