sábado, 17 de mayo de 2014

Primero la acción, luego la motivación!


Las personas que postergan las cosas suelen confundir la motivación con la acción. Usted espera tontamente sentirse con ánimo antes de ponerse a hacer algo. Como no tiene ganas de hacerlo, automáticamente lo pospone.

Su error estriba en que cree que primero viene la motivación, que después conduce a la acción y el éxito. Pero por lo general es la revés: la acción debe venir en primer lugar y la motivación aparece más adelante.

No ha de esperar a tener ánimos para hacer algo!

La relación entre sus pensamientos, sentimientos y conductas es recíproca: todas sus emociones y acciones son el producto de sus pensamientos y actitudes, y viceversa. De eso se deduce que si cambiamos nuestra conducta, nos sentiremos mejor respecto a nosotros mismos, si actuamos, ejerceremos una influencia positiva en la forma en la que estamos pensando.

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