Mi amiga Marisa me llamó ayer, cabreada con su pareja, porque descubrió mensajes de whatsapp de una ex, a la que conoció cuando Marisa y él estuvieron un tiempo separados. Sin embargo, se siguen escribiendo y la chica no para de poner "Me gusta" en el Facebook de él.
¿Son justificados los celos que siente Marisa? ¿Tiene que estar en guardia y poner los límites o más bien es mejor dejarlo pasar? ¿Tiene él que cortar toda conversación con su ex? ¿Cuál es el límite entre la obsesión y la normalidad? ¿Cómo se debe actuar ante la sospecha que que otra persona quiere ligarse a tu pareja?
Según la revista digital Entusiasmado.com, tener celos no es malo en sí mismo:
"Todos tenemos un límite de lo que estamos dispuestos a aceptar. Algunos tenemos el límite más cerca, y otros más lejos. Cada uno ha de conocerse para saber cuál es ese límite y lo que está dispuesto a aguantar. En todo caso el límite ha de permitir que la libertad de la otra persona tenga suficiente cabida."
"Los celos justificados son aquellos que sientes cuando ves que tu pareja está yendo más allá de la linea roja que tú, normalmente de manera inconsciente, has marcado. Que nadie te haga sentir mal por tener ese tipo de celos. Cada uno escoge su tipo de relación y si la persona con la que estás no tiene la misma idea lo mejor es que os separéis."
Quizás tenga razón el autor de esta revista digital, y mejor preguntemos a nuestras amistades, para ver qué piensan:
"A veces uno mismo no es demasiado objetivo mirando sus propios asuntos. Si tienes algún amigo o amiga que conozca tu situación pregúntale: ¿Crees que soy demasiado celoso o que es mi pareja que tiene un comportamiento poco adecuado?. Si tienen confianza te lo dirán, si no tienen confianza quizá no te lo digan abiertamente pero puedan darte alguna pista de cuál es el problema."
La revista digital Psicologosenbilbao admite que es normal tener un arranque de celos aunque nos advierte cuándo estamos traspasando el límite:
"Una cosa es ser celoso y otra es tener un arranque de celos. Es lógico sentir celos cuando vemos que alguien invade nuestro espacio y nuestros derechos. "Pero cuando esta actitud es generalizada y algo paranoica y nos hace estar alerta ante cualquier amenaza probable, ya se trata de una persona celosa. Esta actitud no es sana en lo absoluto, ya que crea un estado permanente de estrés y angustia que hace que se vea la vida a través de un cristal oscuro y se perciba sólo lo negativo. Y no sólo sufre la persona celosa, sino los que conviven cerca de ella.
La revista El Confidencial diferencia entre celos reactivos (justificados) y celos de sospecha (injustificados)
"Los celos reactivos aparecen como reacción a un comportamiento de nuestra pareja que nos parece reprobable. De alguna manera, se trataría de unos celos “justificados” que aparecen si, por ejemplo, pillamos a nuestra novia flirteando con otra persona. No dejan de ser algo positivo, pues, si tras sentirlos logramos hablar de ello con nuestra pareja, la relación saldrá fortalecida. Al fin y al cabo, el sentir un celo reactivo, no deja de ser algo positivo, pues significa que realmente sientes algo por la otra persona."
"Los celos de sospecha, por el contrario, aparecen sin la necesidad de que haya una indicación real de traición, o infidelidad, y no son tanto un problema de pareja, como de la persona celosa, que suele tener inseguridad, ansiedad o baja autoestima. Se trata de los celos que debemos evitar, en la medida en que no responden a una realidad, y son los más peligrosos para la pareja –.
Distinguir entre uno y otro es vital, en la medida en que los celos reactivos están justificados, y los de sospecha no. Hablar de esto con nuestra pareja es la única manera de acabar con el problema."
Lo que parece claro es que sentir celos es, en la mayoría de los casos, algo natural, y no necesariamente negativo. Los celos nos hacen darnos cuenta del valor real que tiene para nosotros la persona con la que estamos compartiendo nuestra vida, y sirven, además, para alertarnos de las amenazas que pueden surgir en el transcurso de la relación. Si vemos los celos como una motivación, que nos lleve a tomar medidas para fortalecer nuestra relación, serán algo positivo. Si por el contrario, nos obsesionamos y nos volvemos cada vez más inseguros, pueden conducirnos a actuar de forma injusta, e injustificada, con nuestra pareja. Todo depende de cómo interpretemos nuestras emociones.
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