- Las cosas claras y los mismos objetivos son claves para empezar una amistad
- Si duele ver y saber del otro es mejor poner tierra de por medio
Querer ser amigo puede ser una excusa para acercarse: Cuando se termina una relación eso de 'podemos seguir siendo amigos', por lo general, no suele funcionar nunca. Al menos así lo advierten los expertos en la materia. Siempre una de las dos partes estará más dolida que la otra y querrá en el fondo, intentar recuperar ese amor perdido, por lo que eso de 'seamos amigos' sólo será una excusa para volver a acercarse a la otra persona, haciéndose más daño a sí misma todavía.
Se hace más difícil superar la ruptura. Muchas veces, el querer que haya 'buen rollo' nada más terminar la relación, no es más que una forma de seguir alimentando algo que ya está roto, y así es prácticamente imposible superar esa ruptura y esa pérdida. Está claro que lo ideal es quedar como amigos, pero para ello tienen que darse una serie de circunstancias, y sobre todo, como todo en la vida, tiempo, mucho tiempo.
Para que seáis amigos:
Hay que decir adiós sin rencores:
El que se decida terminar la relación, no significa que haya que despedirse con rencor o con odio, dice Silvia Carpallo, periodista, con Máster en Sexología, Educación Sexual y Asesoramiento autora del libro Decirte adiós con un te quiero, . De hecho, a veces, si somos capaces de asumir que es mejor acabar, pero guardándonos el mejor de los sentimientos, seguramente nos sea más fácil pasar página y no vivir siempre arrastrando esos fantasmas escondidos en el armario".
Siempre que una relación se acaba, se necesita pasar por un proceso de duelo, un tiempo para que esos sentimientos se enfríen, y sobre todo para no enredarnos en recaídas o en malentendidos. Pero una vez transcurrido ese tiempo, hay muchas personas que tienen muy buena relación, o al menos buena relación con sus exparejas -lleguen o no al punto de ser amigos-. Sin embargo, para que exista ese buen rollo, incluso amistad, es clave que la ruptura haya sido buena", añade.
Acuerdo de dos:
La psicóloga Silvia Congost, autora de Cuando amar demasiado es depender y Autoestima automática lo tiene muy claro: El único caso en el que podemos ser amigos de un ex, es cuando los dos hemos decidido de mutuo acuerdo dejar la relación porque se acabó el amor. Es decir, ya no nos queremos como pareja y al mirar al otro ya no vemos más que un buen amigo". Además, en este tipo de situaciones apenas hay que hacer un proceso de duelo, no hay sufrimiento y ambos actuamos de acuerdo con lo que sentimos sin herir al otro.
Cuándo hay que hacer contacto cero:
En cambio, aclara esta especialista, "cuando uno deja al otro y ese otro no quiere dejar la relación, lo mejor que podemos hacer es tomar distancia, cuanta más mejor, para que con el tiempo y el contacto 'cero' podamos cerrar la herida que esa ruptura nos deja". Por tanto, "podremos tener una buena relación con un ex (aunque no haya amistad) cuando no nos haga daño el contacto con él/ella. Si sufrimos cada vez que le vemos o que alguien nos explica algo de él/ella, sin duda es mejor evitarlo", insiste Congost.
Respeto
"Lo que tiene que haber es una relación de respeto, y en esa relación de respeto incluye también respetar a la otra que tenga la otra persona, y mantener una relación en la que no haya un vínculo afectivo que no confunda a la otra persona. Esa relación de amistad se pueda seguir manteniendo siempre y cuando las dos partes lo quieran, porque a veces hay uno que no quiere por el daño sufrido o por otros motivos". Por lo tanto, concluye Ramírez, básicamente, es el respeto y que coincidan que ambos tengan el mismo objetivo.
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