- Esforzarnos en controlar nuestros pensamientos catastrofistas. Si nos resulta muy difícil este control, siempre podemos intentar distraernos con otros pensamientos más positivos, o podremos traer nuestra mente a situaciones pasadas o futuras que nos hagan sentirnos bien.
- Cortar los pensamientos que nos indiquen que no hay salida y forzarnos a tomar distancia dela situación. De nuevo, si tenemos dificultades para lograrlo, podemos darnos autoinstrucciones continuas y precisas.
- Emplear la observación como método que nos permitirá tomar la suficiente distancia, recuperar la objetividad y analizar nuestras auténticas opciones. En lugar de centrarnos en lo que estamos sintiendo, encaminaremos nuestros esfuerzos a describir cómo están actuando los otros, cómo se muestran, cómo esperan que reaccionemos nosotros, cómo se extrañan de nuestro aparente control.
- Reforzarnos en momentos de crisis. Es decir, en lugar de centrarnos en las dificultades y hundirnos por la situación, animarnos sin parar en esos momentos, decirnos a nosotros mismos que seremos capaces de salir de la crisis, mostrarnos seguros de nuestras posibilidades, creer en nuestro potencial y saber que, si miramos bien, esos difíciles momentos esconden nuevas oportunidades.
- Mostrarnos "seguros" ante los demás. Verbalizar nuestra confianza en nosotros mismos, ordenar a nuestro cerebro que "nos siga" y no se entretenga con pensamientos catastrofistas, que sólo le conducen a sufrimientos inútiles. Para ello, aunque nos cueste, nos forzaremos a decir incluso lo que aún no sentimos, por ejemplo, "Seguro que voy a salir de esta crisis, puedo lograrlo, me sentiré muy satisfecho por mi actuación, sabré encontrar las consecuencias positivas..."
- En lugar de compadecernos a nosotros mismos, nos animaremos por las nuevas opciones que se nos han presentado.
- Recordar que otros difíciles momentos vinieron acompañados de enseñanzas muy útiles.
- Premiaros en estas circunstancias, haced aquello que os gusta (pasear, bailar, hablar con personas positivas, tomar el aire...), recuperaros del esfuerzo realizado para seguir superando lo que aún quede por venir.
Es normal que en momentos de crisis nos sintamos sin fuerzas para nada, incluso que no nos apetezca lo que habitualmente nos causa bienestar, pero, aunque nos dé pereza hacer las cosas que normalmente nos gustan, ¡tenemos que forzarnos y hacerlas! Al final, nuestra mente nos lo agradecerá ye empezará a actuar en nuestro favor. Una vez dado este paso, nos será más sencillo ver las oportunidades y las salidas.
Inicio La Inutilidad del Sufrimiento
Siguiente entrada: El sufrimiento inútil en el amor
Fuente: La Inutilidad del Sufrimiento. Claves para Aprender a Vivir de Manera Positiva. María Jesús Álava Reyes.
Inicio La Inutilidad del Sufrimiento
Siguiente entrada: El sufrimiento inútil en el amor
Fuente: La Inutilidad del Sufrimiento. Claves para Aprender a Vivir de Manera Positiva. María Jesús Álava Reyes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario