En una reunión de amigos, Alberto, un recién incorporado al grupo, que a mí me recuerda a Valentino Rossi :), comentó que "hay que luchar por un amor".
"Luchar" suena a "dificultades". ¿Realmente se ha de insistir en estar con alguien cuando las cosas no fluyen? ¿No será más bien al contrario, que nos hacemos unos plastas, enviando mensajes a personas que no desean recibirlos y que tampoco desean contestarlos, y si lo hacen, es por cortesía? ¿O quizás esperamos, que a base de insistir, cambie de parecer? Sin embargo, algunas personas que conozco me han explicado que, al principio, pasaban de los que más tarde han sido sus parejas".
Mi madre, ahora de 74 años, cuenta que le dio bastantes calabazas a mi padre, y no obstante, él ahí, insistiendo, hasta que ya se hicieron novios.
Una compañera de trabajo de 49 años, también me dice más o menos lo mismo de su marido. "Al principio no me gustaba. Sólo quería ser amiga suya. Estaba con él porque teníamos muchas gustos en común.
Otra excompañera de trabajo está casada con el amor de su vida, que conoció en el instituto, pero le costó bastante trabajo conseguirlo, pero ahí están ahora, felizmente juntos desde hace años, y por lo que yo sé, enamorados.
Incluso mi cuñada me cuenta que mi hermano no le gustaba nada al principio, y en cambio, es el amor de su vida también. Nunca he oído a ninguno de los dos hablar mal uno del otro. Es lo que tod@s queremos.
La revistas digitales que circulan por internet, sin embargo, insisten en que no valen las súplicas ni parecer deseparad@, ésto va en contra de toda seducción!
En
Revista Digital, Verdadera Seducción, se insiste sobre ésto:
Suplicar a alguien es hacerle perder todo el interés. Es un principio muy básico que se usa mucho en marketing. Si vas por la calle y algo dan gratis, te interesarás porque es gratis, pero cuando lo den al cabo de 2 minutos lo habrás perdido porque no tiene valor alguno. Pero cuando algo te cuesta de conseguir, por muy insignificante que sea, al haber sido difícil o económicamente difícil lo guardarás como un tesoro.
No va equivocada esta revista cuando dice "cuanto más supliques y supliques, cuanto más te arrastres más se blindará la otra persona , menos interés tendrá por ti y más se aproximará a etiquetarte como su osito de peluche".
La Revista Arte de Seducción no contempla "rebajarse" como opción para seducir a alguien, ya que hemos de disfrutar con el proceso:
Cuando se habla de si hay que ceder para seducir a alguien, suena a una especie de “lucha” contra el otro, como que alguien “pierde”, pero es que la seducción no debe ser eso. Si te sientes regalo verdaderamente no notas eso de “ceder”, sino que “te sale” ofrecer sin esperar nada a cambio.
Cuando preparas un regalo a alguien que te encanta, ¿notas que estás cediendo o lo haces porque disfrutas verdaderamente? ... si estás disfrutando cuando haces un regalo te sientes ORGULLOSA en el sentido positivo, pero no sientes que estás cediendo.
En definitiva, ¿hasta qué punto hay que ceder para seducir? NUNCA se debe ceder para seducir sino sentir que uno disfruta realmente seduciendo a la otra persona, que NO es cuestión de tragarse el propio orgullo, sino de sentirse tan bien que estás orgulloso de ti mismo, que te sientes regalo.
Según otra revista, Estrategia de la Seducción, a veces generamos un mensaje ambiguo porque no queremos herir a nadie, inventamos excusas para evitar ser directos y pedir al otro que se esfume.
El punto es que al hacerlo generamos un mensaje ambiguo el cual algunas personas no captan y siguen “luchando”, “mostrando méritos”, “autocalificándose”, “demostrando”, “vendiéndose mejor”, en últimas rebajándose y “regateando” su propio precio, es decir, disminuyendo su valor para obtener la aprobación del otro/a. Si rebajas tu precio no te muestras como premio, sino como oferta, diciendo “aprovéchame que estoy en descuento y te puedo ofrecer lo mejor del mundo”.
La revista enumera una serie de excusas que utilizamos para esquivar a un pretendiente que no deseamos.
1. Aún no me siento preparada para una relación.
2. Tengo heridas que aún no me permiten confiar en alguien.
3. En este momento no tengo tiempo para asumir una relación y lo que ello implica, me encuentro en un momento de la vida muy ocupado.
4. Eres extraordinario, pero no sé que me pasa. Sólo dame tiempo.
5. Soy un caos y no mereces alguien así
y subraya que el peor error es ser insistente, ser demasiado intenso/a.
Sin embargo, se recomienda ser sincero/a y admitir que la otra persona nos gusta, a pesar de que nos haya rechazado. También nos recomienda no obsesionarnos en conseguir un "sí", en hacerle cambiar de opinión, no a suplicar ni a mendigar amor!
Según el autor, nuestro peor enemigo es la impaciencia:
¿Cuál es tu peor enemigo? Bueno, de hecho son varios: la impaciencia, o el deseo de tener algo ahora mismo, el miedo a no encontrar algo mejor y tu propio sentimiento de desprecio a ti mismo y reprobación que busca amor y aprobación en otra persona.
Además, para agravarlo, nuestro cerebro lucha por obtener el SÍ, y ésto no nos deja vivir en paz:
Lastimosamente el NO, el rechazo crea en nosotros una fuerza inconsciente que desea obtener un SI, nos frustra enormemente y algo dentro busca demostrar que lo podemos lograr. En ciertos escenarios funciona, no deberías quedarte con el primer rechazo, y debes perseverar, pero en relaciones humanas, debes conservar tu valor, tu estima, no forzar las cosas.
Me quedo con las últimas palabras "debes conservar tu valor, tu estima, no forzar las cosas".
Las revistas
Cromos ,
Amorik y
Viù tienen unos artículos que está muy bien sobre este tema, y el blog
Mujeres sin Cadenas habla de las maneras cómo se humillan algunas mujeres para retener a su amor.