Hablar en público es una
tortura para la mayoría de los tímidos. De hecho, el 85 % de la
gente siente angustia cuando debe hablar en público. Así que no
sólo los tímidos tienen que preocuparse por eso. La diferencia está
en la forma como las personan angustiadas y las seguras enfocan
hablar en público.
Casi todos experimentan
alguna excitación física antes de hacer un discurso.El problema
está en que las personas angustiadas interpretan los síntomas
físicos como señal de temos y tienen pensamientos negativos: "voy
a tartamudear, no gustaré al público porqu elo haré fatal,
alguien me hará una pregunta al final del discurso y yo no podré
contestar". El miedo va aumentando, se vuelve irracional y
catastrófico. Con cada pensamiento temeroso, aumentan los síntomas
físicos hasta que usted se mete en un círculo vicioso del que no
puede salir.
¿Creería usted que la
mayor parte del público ni siquiera se da cuenta de la excitación
física del orador? Así es. Hay una irrupción de síntomas físicos
que duran unos treinta segundos, por lo general,cuando usted comienza
a hablar.
Para relajarse, contemple el
discurso como una comunicación en lugar de una tarea. Usted está de
pie ahí para compartir sus conocimientos o ideas con un público que
está ahí porque quiere saber lo que usted sabe. Una actitud de
tarea significa que usted apunta a que le elogien por lo que ha hecho
más que por el contenido del discurso. El estilo tipo conversación
es el mejor, empleando sus gestos acostumbrados y las expresiones
faciales de siempre y conquistando a la audiencia por el contenido
del discurso.
Antes del discurso,
practique la visualización, imaginándose que hace su discurso de
forma clara y concisa. En lugar de inundarse en opiniones negativas
antes de la charla, dígase cosas positivas. "Estoy bien. Estoy
preparado para esto" "He dedicado mucho tiempo y trabajo
para prepararlo y sé que el público apreciará la información que
le daré"
No hay comentarios:
Publicar un comentario