lunes, 23 de septiembre de 2013

Hablando en público

Hablar en público es una tortura para la mayoría de los tímidos. De hecho, el 85 % de la gente siente angustia cuando debe hablar en público. Así que no sólo los tímidos tienen que preocuparse por eso. La diferencia está en la forma como las personan angustiadas y las seguras enfocan hablar en público.

Casi todos experimentan alguna excitación física antes de hacer un discurso.El problema está en que las personas angustiadas interpretan los síntomas físicos como señal de temos y tienen pensamientos negativos: "voy a tartamudear, no gustaré al público porqu elo haré fatal, alguien me hará una pregunta al final del discurso y yo no podré contestar". El miedo va aumentando, se vuelve irracional y catastrófico. Con cada pensamiento temeroso, aumentan los síntomas físicos hasta que usted se mete en un círculo vicioso del que no puede salir.


¿Creería usted que la mayor parte del público ni siquiera se da cuenta de la excitación física del orador? Así es. Hay una irrupción de síntomas físicos que duran unos treinta segundos, por lo general,cuando usted comienza a hablar.

Para relajarse, contemple el discurso como una comunicación en lugar de una tarea. Usted está de pie ahí para compartir sus conocimientos o ideas con un público que está ahí porque quiere saber lo que usted sabe. Una actitud de tarea significa que usted apunta a que le elogien por lo que ha hecho más que por el contenido del discurso. El estilo tipo conversación es el mejor, empleando sus gestos acostumbrados y las expresiones faciales de siempre y conquistando a la audiencia por el contenido del discurso.


Antes del discurso, practique la visualización, imaginándose que hace su discurso de forma clara y concisa. En lugar de inundarse en opiniones negativas antes de la charla, dígase cosas positivas. "Estoy bien. Estoy preparado para esto" "He dedicado mucho tiempo y trabajo para prepararlo y sé que el público apreciará la información que le daré"

No hay comentarios:

Publicar un comentario