Sólo hay una manera de evitar una discusión: evitarla. Nueve veces de cada diez, cuando uno termina una discusión, está más convencido que nunca que la razón está de su parte. No se puede ganar nunca una discusión. ¿Por qué? Si usted piensa que ha vencido, piense que ha hecho sentirse a su rival inferior, ha lastimado su orgullo, y una persona convencida en contra de su voluntad sigue siendo de la misma opinión.
Puede usted tener razón, puede estar en lo cierto cuando discute, pero no va a modificar el criterio del contricante. Buda dijo: “El odio nunca es vencido por el odio, sino por el amor”, y un malentendido no termina nunca gracias a una discusión sino gracias al tacto, la diplomacia, la conciliación y un deseo de apreciar el punto de vista de los demás.
Aquí hay algunas sugerencias para evitar que un desacuerdo se convierta en una discusión:
- Acepte el desacuerdo: si hay algo que se ha pasado por alto, agradezca a quien se lo recuerde. Quizás este desacuerdo es una oportunidad para corregirse antes de cometer un grave error.
- Desconfíe de su primera impresión instintiva: nuestra primera reacción natural ante una situación desagradable es ponernos a la defensiva. Puede ser para peor, pero no para mejor.
- Controle su carácter: dele a su oponente la oportunidad de hablar. Déjelo que termine. No se resista, defienda ni discuta. Eso sólo levanta barreras. Trate de construir puentes de comprensión.
- Busque las áreas de acuerdo: una vez que haya oído hasta el fin a su oponente, exponga antes que nada los puntos en los que están de acuerdo.
- Sea honesto: busque los puntos donde puede admitir su error, y hágalo. Discúlpese por sus errores. Eso desarmará a sus oponentes y reducirá la actitud defensiva.
- Prometa pensar y analizar con cuidado las ideas de sus oponentes: Hágalo en serio. Sus oponentes pueden tener razón.
- Agradezca sinceramente a sus oponentes por su interés: cualquiera que se tome el trabajo de presentar y sostener objeciones, está interesado en lo mismo que usted. Piénselos como gente que realmente quiere ayudarlo, y haga amigos de sus oponentes.
- Posponga la acción de modo que ambos bandos tengan tiempo de repensar el problema: sugiera realizar otra reunión más tarde, para presentar nuevos datos. Al prepararse para esta reunión, hágase algunas preguntas difíciles: ¿Tendrán razón mis oponentes? ¿Su posición tiene bases ciertas? ¿Mi reacción solucionará el problema, o sólo aliviará mi frustración? ¿Mi reacción alejará o acercará a mí mis oponentes? ¿mi reacción elevará la estima que tiene la gente de mí? ¿Qué precio tendré que pagar por ganar? ¿Si no digo nada,el desacuerdo se desvanecerá? Cuando dos personas gritan, no hay comunicación, sólo ruido y malas vibraciones. Es mejor que grite uno, y el otro escuche;y luego al revés, si hace falta.
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