- Etiqueta la desaprobación con nuevas respuestas que empieces con la palabra tú. Por ejemplo, te das cuenta de que tu padre no está de acuerdo contigo y se está enfadando. En vez de cambiar de posición o defenderte, simplemente contesta “tú te estás enfadando y piensas que yo no debería pensar como pienso”. Esto te mantendrá en contacto con el hecho de que la desaprobación le pertenece a él y no a ti.
- Puedes negarte a discutir o tratar de convencer a los demás de lo acertado de tu posición, y simplemente creer en ella. No tienes por qué estar de acuerdo con los demás, pero no busques el conflicto.
- Corrígete en voz alta cada vez que vayas en busca de aprobación.
- Toma nota de cuántas frases afirmativas pronuncias y cuántas en forma de interrogación. ¿Acaso haces preguntas, pides permiso y aprobación, en vez de dar tu opinión de frente?
- No se trata de eliminar toda aprobación externa, si no de evitar que cualquier pequeñez te inmovilice. Los aplausos son agradables y la aprobación es una experiencia muy satisfactoria. Es muy agradable sentirse aprobado. Lo que buscas es la inmunidad ante el dolor cuando no logras lo que buscas.
Siguiente entrada: Un nuevo yo, la ruptura con el pasado
Para saber más sobre este tema, ver el menú de Agosto 2013, Tus Zonas Erróneas.
Para saber más sobre este tema, ver el menú de Agosto 2013, Tus Zonas Erróneas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario