Algunos comportamientos humanos más despreciables de que se tenga
conocimiento tuvieron como pretexto la obediencia a órdenes
superiores: los nazis ejecutaron a seis millones de judíos y
asesinaron y maltrataron a varios otros millones de ellos porque así
lo mandaba la “ley”.
Lo oyes todos los días. No pienses, obedece los reglamentos, incluso si son absurdos.
Tu destino será vivir una vida de servidumbre emocional si
tienes que acatar las leyes y reglas todo el tiempo. Lo
importante es determinar por ti mismo cuáles son las normas que
funcionan y cuáles pueden romperse sin perjudicar a los demás ni a
ti mismo.
La ley está para servirte a ti, y no para hacer de ti un sirviente.
Los reglamentos tontos no desaparecerán jamás, pero tú no
tienes forzosamente que ser parte de ellos. No armes un lío, ya que
atraerás la ira de los demás y te crearás obstáculos. Simplemente
toma tus propias decisiones mientras los otros siguen las ovejas del
rebaño.
Todo progreso implica una oposición violenta, pues es un insulto a los viejos reglamentos que ya no tienen vigencia.
Siguiente entrada: Estrategias para escapar de la norma y de la culpa
Para saber más sobre este tema, sigue leyendo en Tus Zonas Erróneas.
Para saber más sobre este tema, sigue leyendo en Tus Zonas Erróneas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario