La gente sana y realizada está libre del
sentimiento de culpa y de toda la ansiedad que se produce cuando se
usan los momentos presentes inmovilizándose por hechos que
sucedieron en el pasado.
La total carencia de culpa es una de las
características de las personas sanas.
No los verás nunca manipulando a
los demás diciéndoles lo malos que han sido.
Ellos no se enfadarán contigo, simplemente no te harán caso, te
ignorarán. En vez de molestarse contigo, preferirán irse o cambiar
de tema.
Igualmente la gente libre de zonas erróneas no
se atormenta con preocupaciones. No
están dispuestos a pasar sus momentos presentes sufriendo por cosas
que pueden suceder en el futuro y sobre las que no tienen ningún
control.
Esta gente vive en el presente y no en el
pasado o en el futuro. No se
sienten amenazadas por lo desconocido y buscan nuevas experiencias
que no les son familiares. No
hacen proyectos para un acontecimiento futuro dejando que pasen
largos períodos de inactividad mientras esperan ese acontecimiento.
Estos individuos gozan siempre porque
sencillamente se dan cuenta de lo absurdo que es esperar para
disfrutar.
Esta gente tan sana es notablemente
independiente. El amor de esta
gente no lleva implícito la imposición de valores propios en el ser
amado.
Dan gran importancia a la intimidad del
ser humano, lo que puede hacer que los demás se sientan rechazados.
Les
gusta gusta estar solos a veces, y se preocupan mucho de proteger su
intimidad.
No
se comprometen sentimentalmente con mucha gente. Son
selectivos respecto al amor, pero son también profundamente
afectuosos.
Si
alguien los necesita, rechazan esta necesidad por encontrar que es
perjudicial para la otra persona tanto como para ellos mismos. (un poco duro, no?)
Quieren
que las personas que ellos aman sean independientes, que hagan sus
propias elecciones y que vivan la vida por sí mismas. Y
a pesar de que puedan disfrutar de los demás y desear estar en su
compañía, quieren aún más se las puedan arreglar sin muletas ni
apoyos. Así pues, el
momento en que empieces a apoyarte en esta gente, te darás cuenta
que ellos por su lado empiezan a desaparecer, primero emocionalmente
y luego físicamente también. Rehúsan depender de la gente y que
dependan de ellos en una relación madura. (lo veo egoísta!)
Encontrarás muy poca búsqueda de
aprobación entre estos individuos
felices y realizados. Son muy independientes de la opinión de los
demás, sin importarles prácticamente nada si a la otra persona les
gusta lo que ellos dicen o hacen. (O sea, que van a la suya. No está mal contar con la opinión de los demás.)
Saben
reír y hacer reír. Descubren el humor en casi todas las
situaciones. Les
encanta ayudar a los demás a reírse y les resulta fácil crear buen
humor. Son
hacedores, gente activa.
Les encantan las cosas desproporcionadas e incongruentes, pero su
humor no tiene hostilidad: jamás
usan el ridículo para hace reír. No se ríen de la gente, se ríen
con la gente. Se ríen de la vida y lo ven todo como un gran
divertimento, aunque toman muy en serio sus proyectos. Son gente
divertida que vale la pena tener en cuenta.
Son
gente que se acepta a sí misma sin quejas. Jamás
se quejan de cosas que no pueden cambiar. No los oirás rebajándose
a sí mismos o deseando futilmente algo imposible.
Para esta gente, un problema es realmente sólo
un obstáculo que hay que vencer y no un reflejo de lo que ellos son
o dejan de ser como personas.
Si la lucha puede provocar un cambio, entonces
lucharán pero jamás lucharán inútilmente. No
son mártires. Son hacedores. Son también gente que ayuda a los
demás.
Son
incapaces de estereotipar. No son gente superficial que juzga a los
demás por su aspecto exterior.
No son gente enfermiza. No
andan contándole a los demás lo mal que se sienten o lo cansados
que están.
Otra característica de estos individuos
es la honestidad. Sus respuestas no son evasivas ni pretenden
mentir respecto a ninguna cosa.
Esta gente no culpa a los demás.
No
están obsesionados por lo que otros hacen o dejan de hacer.
No
se meten en habladurías ni propagan informaciones tendenciosas y
malvadas.
Los
hacedores hacen. Los críticos culpan y se quejan.
No están llenos de “debes” respecto
a la conducta de los demás. No se preocupan mayormente por
el orden y la limpieza. Para esta gente, la organización es
simplemente una manera útil de actuar y no un fin en sí misma.
No saben aburrirse. Son
agresivamente curiosos. No les preocupa hacerlo bien o hacerlo mal.
Si algo no resulta, o no logran grandes beneficios, entonces se
descarta en vez de lamentarlo.
Siempre están estimulados por la posibilidad
de aprender más y no creen jamás que son un producto terminado.
No se sienten nunca superiores ni actúan
como si lo fueran, alardeando de sus méritos para que otros les
aplaudan.
No tienen miedo al fracaso. No
equiparan el éxito en una empresa con el éxito como ser humano.
Saben que el fracaso es sólo un índice de opinión de otra gente.
Así, se atreven a probar cualquier cosa y a participar en las
cosas simplemente porque es divertido.
Aceptan
a los demás como son y trabajan para cambiar los hechos que les
desagradan.
Estos felices mortales no son nada
defensivos. No hacen jugarretas ni tratan de impresionar a
los demás.
No
son tercos discutidores y
reconocen la futilidad de tratar de convencer a alguien para que sea
como ellos. No tienen necesidad de ganar una discusión o de
persuadir a su contrincante de lo equivocado de su posición.
No
son críticos y tampoco sienten placer por las desgracias ajenas.
Se
tratan muy bien a sí mismos. No
tienen espacio para sentir autocompasión ni autorechazo ni para
odiarse a sí mismos. No es que no tengan
problemas, pero no están inmovilizados emocionalmente a causa de sus
problemas.
No corren tras la felicidad, simplemente viven
la felicidad y cuando llega, es su retribución.
Para saber más sobre este tema, ver el menú de Agosto 2013, Tus Zonas Erróneas.
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