Si tu compañero deja de tomar la iniciativa, y tú desesperada has decidido dar el primer paso y si aún así él permanece indiferente a todas tus insinuaciones, tu primera reacción indudablemente será pensar que tiene otra, que ya no te desea o lo que es peor que ya no te quiere.
Pero las cosas no son siempre tan dramáticas, y simplemente puede ser que él no sienta la necesidad de hacer el amor, independientemente de lo que siente por ti. Aunque no lo creas, esto sucede con mayor frecuencia de la que creemos. No sólo nosotras padecemos de pérdida o inhibición del deseo.
Las razones de que esto suceda pueden ser muchas. Por ejemplo, el trabajo, el exceso de tensión, problemas emocionales, insatisfacción personal, o la simple rutina puede haber acabado con su entusiasmo. Créenos. No se debe ni a que ya no le gustes, ni a que hayas subido de peso, ni a que hayas tenido bebé, ni a que se haya enamorado de otra. También, es perfectamente posible que simplemente no tenga ganas.
El apetito sexual no es como el de comer y depende más que de la simple necesidad física. Tampoco quiere decir que haya un problema de pareja, y que vayas camino a la separación o a la ruptura.
Pero entonces, te estarás preguntando cómo actuar y qué hacer para que todo vuelva a ser como antes, y para que él despierte su pasión otra vez. En realidad, antes que nada debes actuar con mucha tranquilidad, paciencia, confianza y buen humor. Si te amargas, te enojas o lo presionas lo único que vas a lograr es que él se aleje más y más.
En caso de que lo que está sucediendo se deba a que no encuentran tiempo, están cansados, hay mucho trabajo, vivan muy de prisa y además saben que cuando lo deseen pueden obtener el contacto sexual, la mejor solución consiste en ponerse de acuerdo para no posponerlo más. Pueden arreglarse de manera especial y hacer una especie de cita, que por lo demás arreglará un poco de romance.
Ahora, si estás ya cansada de intentarlo, de sus excusas y rechazos, y estás por claudicar en tu empresa, vencida y segura de que no te quiere, no te rindas todavía. Olvídate del reclamo directo, porque por lo general no obtienes la respuesta deseada y si él reacciona te quedarás con la idea de que no quería realmente sino que cedió para evitar una pelea o herirte.
Empieza por averiguar de manera cariñosa y cómplice si tiene algún problema ajeno a la relación, pregunta por su trabajo, por su salud, trata de establecer una intimidad pero en el plano emocional. Puedes averiguar si tiene preocupaciones de las que no te habías enterado, si está deprimido, si duda de ti, en fin indaga y construye un canal de comunicación con él.
Cuando te hayas asegurado que no está pasando por un mal momento o que incluso no desea que tú lo sepas, debes respetarlo pues es totalmente comprensible que haya algunas cosas que quiera dejarse para él solo, lo que no indica que no te quiera.
¿Entonces te quedas de brazos cruzados? Claro que no, pero ahora tu ofensiva debe ser juguetona, misteriosa, enigmática e interesante. Empieza por cambiar tu actitud, acércate a él sin ánimo sexual, sé cariñosa, trata de estar muy cerca de su cuerpo, tócalo mucho, bésalo, abrázalo cada vez que puedas.
Luego, por ejemplo puedes dejarle notas en lugares íntimos, en su maletín, en el espejo del baño, o puedes enviarle un correo electrónico o dejarle un mensaje en su teléfono celular. El contenido de los mensajes debe ser una alusión graciosa, divertida y fresca, o incluso picante.
Recuérdale aquella vez en que estaban en el coche de tu amiga y él te besó, y siguieron avanzando, o háblale de que te encanta como su respiración hace cosquillas en tu cuello, o recuérdale cualquier anécdota simpática que hayan vivido juntos, háblale de esas bromas íntimas con las que jugaban anteriormente, tú elige.
La idea es provocar su risa, una evocación de un momento agradable, que se relaje y abandone lo que le preocupa para buscar traviesamente tu cuerpo, para que él recupere la alta temperatura y esté dispuesto a un incendio pasional.
Otras causas
Falta de sueño
Muy a menudo, cuando un hombre atraviesa la adolescencia y juventud, una oportunidad de tener sexo parece ser suficientes para renunciar al sueño. Esto es frecuentemente cierto cuando comienza una relación, pero a medida que las personas y las relaciones envejecen, el sexo puede perder su naturaleza de atracción y el descanso nocturno puede pasar a ser muy tentador.
Problemas de identidad
Cuando los hombres se sienten inseguros sobre su papel en el mundo, su deseo sexual puede disminuir. La depresión puede estar relacionada con esto, pero no siempre. Las cuestiones de identidad pueden surgir cuando: tiene problemas en el trabajo o está sin trabajo, se enfrenta a la muerte de un miembro importante de su familia, pierde la fe acerca de una creencia anteriormente fuerte, y cuando se cuestiona su propia orientación sexual – por citar algunas.
Estrés.
El estrés llega de muchas maneras y puede surgir por: dificultades financieras, enfermedades personales o de miembros de la familia, retos laborales, dilemas paternos, y cuestiones que atañen a otros miembros familiares. Por supuesto, existen muchas más causas de estrés.
¿Qué debes hacer?
En principio es bueno que muestres que te interesa su estado general de bienestar sin empujarlo demasiado a que se abra sobre lo que le está molestando. Es bien importante que le hagas sentir que te preocupas por él y no que el mensaje que reciba es que estás harta de que no hagan el amor, esto puede ser contraproducente.
Dale espacio para que pueda enfrentar las situaciones que le están molestando o afectando. La mejor forma que tienes de ayudarlo es no convirtiéndote en otro problema. Si cada vez que llega a la casa, tú estás hecha una fiera reclamándole porque no están teniendo sexo, seguramente se le quitarán las ganas hasta de estar contigo. Ten algo de paciencia y bríndale todo tu amor.
Cuando lo consideres prudencial, dile que te gustaría tener una charla con él, salgan a caminar y explícale que lo has notado estresado o ausente y te gustaría saber si hay algo que puedas hacer para ayudarlo. Déjalo que digiera lo que le acabas de decir y escucha lo que tenga que decirte.
Si la vida sexual en tu pareja sigue decayendo, explícale que lo amas, que extrañas sus besos y el contacto físico y te gustaría saber si hay algo que puedas hacer para ayudar a que se reviva la pasión en la pareja.
Como opción alternativa, que puede resultar muy efectiva, está buscar terapia de pareja. Debes decirle que consideras que es importante para la relación que hablen de lo que está sucediendo, pero nunca se lo plantees como una obligación. Recuerda que finalmente la relación debe ser algo que satisfaga a los dos y el resultado del trabajo mutuo.
¿Qué hacer cuando nuestra pareja siempre tiene ganas de hacer el amor y nosotros no tenemos ninguna?
Cómo adaptarse a las ganas del otro
Hay parejas en las que se da la situación de que cuando uno quiere sexo el otro siempre está dispuesto. Esto es lo ideal, y de hecho ocurre, pero en una minoría de los casos. Lo normal es que exista una asimetría sexual, que el hombre tenga mayor demanda y la mujer menos. Pero, ¡ojo!, no por norma general.
Hay que tener en cuenta que la falta de líbido no tiene sexo y que también existen hombres a los que no les apetece. Se supone que el rol masculino es “estar siempre dispuesto”, buscando a la mujer en todo momento; pero también existe la posibilidad de que su deseo sexual se vea inhibido en algún momento y que rechace a su compañera. Entonces se corre el peligro de sentirse despreciada y que nuestra autoestima caiga por los suelos, pero antes de llegar a esta situación es mejor poner soluciones:
• La persona con menos deseo marcará el ritmo. Lo contrario sería un desastre. Los sexólogos avisan que es muy difícil que la persona con más deseo sexual marque la frecuencia de las relaciones sexuales en la relación, ya que significaría marcarle al otro un ritmo que le agobiaría y no estaríamos haciendo otra cosa que forzándole.
• Calmarse con el auto-erotismo. En terapia de pareja es lo que se recomienda a las parejas a las que le resulta imposible adaptarse a la demanda del otro. Se les aconseja y enseña que no hay nada de malo en calmar la insatisfacción sexual con el auto-erotismo. Al final todo depende de la importancia que cada uno le de a su sexualidad y como desee vivirla, lo importante es sentirse satisfecho con la propia relación.
Fuentes: Sitios España, Suite101, Mujer.com, Mujerdeelite.com
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Hola, puedes creer que este es mi primer comentario en un blog, (bueno en el mio no pongo comentarios). No nos conocemos y quiero agradecerte tú interés, para que los demás puedan acceder a conocimientos que ya están corriendo por la red, les añades tu salsa y haces una buena amalgama de situaciones que están muchas veces relacionadas y así todos podemos aprender y disfrutar leyendo un poco más.
ResponderEliminarEspero que sigas tan interesante en tus blogs, estoy seguro que además puedes hacer blogs de temas muy diferentes.
Un saludo
Me alegro que te guste :)
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